Capítulo 4: Se preocupa por mí

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―Oye, ¿qué haces? ―era Felipe hablando con un tono bajo mientras jalaba un poco mi polo. 

―Entraré, ¿no oíste? Mi papá dijo que me divirtiera, lo hacía en la escuela...en sus tiempos.

―Pero, ¿qué tal si es verdad? ―dijo algo preocupado. 

―¿Le tienes miedo a una cabaña a la que ni siquiera has entrado?

―Es que...

―¿Alguien más va a ir? ―grité para que todos me escucharan.

Nadie dijo ni una sola palabra. Algunos empezaron a hablar entre ellos para disimular el miedo. ¡No me engañaban! Yong Hwa seguía perdido, durante toda la reunión estuvo así, solo miraba al suelo. Aunque de vez en cuando me volteaba a ver. ¿Estaba tramando algo?

―Está bien, voy yo ―se ofreció Felipe. 

―¿De verdad? ¿No vas a salir corriendo como la vez que viste "El Aro"? ―me burlé. Había sido muy gracioso, se cubrió con una frazada durante toda la película, además gritaba y se tapaba los ojos cada vez que algo aparecía de la nada.

Todos se rieron. Lo comprendía, pero ellos tampoco querían ir a la cabaña. ¡Sarta de miedosos! 

―Mejor vámonos ―añadió Pipe―. Ve primero.

Yo solo atiné a reírme, se moría de miedo. 

Llegamos al lugar sin decir nada. La noche era muy oscura, solo se podían ver algunas luces provenientes de los edificios cercanos y las fogatas que los otros grados prepararon. 

―¿Estás seguro de que quieres entrar? ―le pregunté a mi amigo quien no dejaba de mirar hacia todas las direcciones.

―¿Eh? ―reaccionó―. Sí. 

―Quédate aquí, iré al cuarto yo. Mojarás tus pantalones ―bufé. 

―¡Megan! ¿Tienes que ser así? ―se quejó tratando de no hacer notorio su miedo. 

―¡Cállate que te pueden escuchar! ¡Mateo! ¡Mateo! ¿Entiendes?

―Ya, ya, entra. Cuidaré la entrada. 

―¡Miedoso! ―grité entrando a la cabaña. 

Encendí la linterna de mi teléfono e iluminé el camino. El lugar era hermoso, en serio, algo antiguo pero la decoración le iba genial. Algo de polvo se había acumulado y estornudé. Como seguía cerca a la puerta Pipe me escuchó y gritó fuerte. ¿Tan asustado estaba? 

Después de inspeccionar la cabaña por unos minutos, llegué al cuarto del que tanto hablaban los chicos. Abrí la puerta. Todo lucía normal, nada de lo que alguien se pudiese asustar. Entonces, por la ventana que daba hacia el costado de la "casita" vi una cabeza apoyada. Al principio me asusté, pensé que tal vez lo que había contado Darío era verdad. Sin embargo, decidí mirar por la ventana para ver qué era en realidad. Tal vez era mi imaginación. Me acerqué, coloqué mi teléfono en la mesa junto a la ventana de modo que me iluminara y toqué. 

La cabeza era de Yong Hwa, volteó al instante. Pegó un grito en el cielo. ¿Cómo no iba a hacerlo? ¿Quién tocaría una ventana de una seudo cabaña embrujada? 

Luego de que Yong Hwa se tranquilizara y se diera cuenta de que era yo comprendí que no solo le había asustado el toque, fue mi rostro. La linterna solo iluminaba mi rostro, como cuando se cuentan historias de terror. 

Reí como una desquiciada, no podía más. Felipe llegó a donde Yong Hwa estaba, se notaba algo preocupado y yo seguía matándome de la risa. 

Dirigiéndome a la salida se me ocurrió una broma. ¿Qué tal si los asustaba de nuevo? Caminé sigilosamente hasta la entrada. Yong Hwa ya estaba regresando a la fogata pero aún estaba cerca y Felipe esperaba apoyado en uno de los pilares del pórtico. 

Quédate Conmigo | Jung Yong Hwa [CNBLUE #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora