𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝚄𝙻𝙾 5

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Día martes, veintidós de setiembre

KiHyun estaba mirando el papel de la cuenta bancaria, sin prestarle atención con el bolígrafo entre los dedos. Había estado varios minutos así, no lo notó hasta que fue llamado por el dueño de la empresa.

ㅡ Joven Yoo ㅡ golpeó la mesa del contador que ahora era su ayudante más personal, preocupado ya por verlo perdido en ese papelㅡ ¿algo no está bien con esa cuenta?
Puedes decírmelo si es así ㅡ.

Parpadeo varias veces y miró el papel, pasando a verlo a él, estaba algo desorientado y dejó el papel en la mesaㅡ no, no, todo está bien. Solamente creo que... necesito un poco de aire ㅡ avisó antes de pedir permiso y salir casi corriendo de la oficina.
Apenas estuvo lo bastante lejos, dejó de caminar rápido, pensando en todo lo que estaba aconteciendo.

Era incapaz de descifrar lo que sentía cada que el moreno se acercaba para fijarse en el trabajo o se colocaba a lado suyo para hablarle. Perdía todos los estribos, sin darse cuenta, estaba completamente desatento de lo que hablaban y solamente se fijaba en esas facciones tan perfectas que poseía.
¡Esos labios! ¡Se veían tan suaves y exquisitos! El grosor de los mismos lo hacía más apetecible a la vista.
Con el aroma del alto, ya estaba en ese estado hipnótico, ignorando todo y prestando atención a lo que es él, perdiéndose en el encanto desbordante del mayor.

Se quitó los lentes secándose las lágrimas que se salían, miró las mismas, atónito.
En la vida había brotado alguna lágrima y por supuesto que no entendía por qué lo estaba haciendo en ese desespero.

❝ ¿También las personas lloraban cuando estaban desesperadas?❞

Un trueno le hizo salir de ese ensimismamiento y levantó la mirada al frente encontrándose con el jefe viéndolo preocupado.

ㅡ ¿Pasa algo?
Me habías dicho que no te asustan las tormentas ¿ya te asustan ahora? ㅡ Agregó el moreno, con el ceño fruncido de la preocupación.
Nuevamente estaban en una situación semejante por el que, hace dos meses atrás, se habían comenzado a hablar. El clima estaba enfurecido, pero esta vez, la electricidad seguía a pie y eran ellos dos, a las diez de la noche, en medio de ese pasillo.

Bajó la mirada de él y se colocó los lentes guardando absoluto silencioㅡ Quiero irme a casa ¿puede llevarme? ㅡcuestionó tranquilamente, más que seguro de llevar a cabo lo que la noche anterior afirmó.

ㅡ Ah... Por supuesto... Pero el clima está muy fuerte todavía, cuando se apacigue, te llevaré sin problemas a casa ㅡ explicó con una pequeña sonrisa, aliviado de recibir un pedido del menor.
Pensó que ya se estaba ganando su confianza, realmente era un chico muy callado y demasiado estricto en la labor.
Estaba interesado en ese pequeño, mucho más de lo que puede interesarse un jefe hacia su empleado eficiente. Quería conocerlo como el chico que era fuera de la oficina y que le pida llevarle a casa, era un paso enorme y una oportunidad a aprovechar.

ㅡ Pero yo quiero ir ahora mismo. Si no puede, pediré un taxi. Me disculpará bastante, realmente no me siento bien ni en condiciones de continuar trabajando ㅡ reafirmó, mostrándose tajante en el pedido, viéndolo directamente a los ojos.

Esa mirada que le estaba dando el menor, causó que un escalofrío le suba por espalda. Primera vez que se correspondían miradas por mucho tiempo y en vez de atender a la señal de peligro que los instintos le indicaban, optó por pensar que solamente era el impacto de ver finalmente esos ojos por mucho tiempo mirándolo y la atracción que tenía hacia élㅡ No, no. Te llevaré yo.
Déjame traer las llaves y vendré, no tardaré ㅡ avisó apresurado y fue hasta la oficina a pasos rápidos.

KiHyun vio al alto alejarse y sonrió ladino calculando desde ya, cómo cometería tal acto.
Desde aquella maldita noche, esa estúpida charla en la cafetería, el simple nombramiento del moreno lo dejaba medio tonto. Ocupaba cual intruso su mente, en todo momento y odiaba pasar por eso, no quería ni investigar qué estaba sintiendo en sus recientes veinticinco años de vida.
Era un obstáculo que debía eliminar, no permitiría que nadie ni nada lo entorpezca.

ㅡ Listo ㅡ soltó un suspiro suave al verlo y le regaló una sonrisaㅡ acompáñame, el vehículo está en el estacionamiento ㅡ señaló al ascensor antes de llevar la delantera.

El de menor estatura, le respondió con la misma sonrisa, fingiendo dulzura para seguirlo despuésㅡ le agradezco su disposición, señor Son ㅡ añadió tierno mientras se recostaba por una pared del ascensor.

ㅡ No me digas señor Son, trabajamos hace tiempo juntos, dime Hyunwoo o Shownu, como gustes ㅡ presionó el botón para descender y le sonrió de vuelta.

ㅡ Muchas gracias, Shownu ㅡse corrigió después, dibujando una preciosa sonrisa que incluso los ojos se formaron en media luna.

Se enterneció al oírlo de esa manera y derritió completamente por esa sonrisa que estaba recibiendo.
Poseía una sonrisa angelical, etérea, la única sonrisa que podía considerar extremadamente bella. Desde ahí, prometió hacer lo posible para volverla ver, si era necesario ser su chófer diario, lo haría sin importar quéㅡ De nada... ㅡle respondió, en un tono bobalicón, inmerso en su encanto.

❝Un poco de mí... ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora