𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝚄𝙻𝙾 20

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Prendió una fuerte luz hacia el desnudo hombre, amarrado de extremidades, quedando suspendido en el aire por la tensión de las cadenas de hierro. Encendió una segunda luz, una tercera, cuarta, quinta hasta llegar al mil de luces encendidas, con eso logró despertar al hombre y aturdirlo.
Aguardó a que se despabile, lo quería absolutamente consciente.
— Hey, Mister B —lo llamó sonriendo ladino después— ¿le gusta lo que hice para usted?
Me dijo que quería que lo sorprenda y ¡Sorpresa! —se soltó a reír al ver su cara de horror.

— ¿Qué demonios tienes en la cabeza? Deja de jugar de esta manera y bájame de aquí, no me gusta tu broma —.

— No es broma —contestó KiHyun mientras observaba las herramientas extendidas sobre la mesa, buscando una especial que no estaba encontrando.

— Sabes que, si te atreves a matarme, te atraparán porque eres el único que está conmigo a estas horas, estúpido —le recordó ya exaltado al ver que no era una broma y aunque lo fuese, mandaría a matar a ese chico tan pronto se librase.

Soltó un suspiro y rodó los ojos para verlo— Vas a morir y te preocupas con que me van a matar —rió sonriendo lascivo— todos tus “amigos” están muertos, te lo recuerdo —tomó la cuchilla y se acercó a pasos lentos hasta él— y adivina quién los mató —abrió los brazos, hizo una expresión de afligido y sonrió después— claro que fui yo —le guiñó colocando una mano en la cintura— aunque… —posó la punta de la cuchilla bajo su propio mentón — si hablas de tus empleados… Todos estarán muertos en estos momentos… La policía pensará que como fue un tiroteo, fue una batalla de bandos… Porque también estás metidos en el narcotráfico —ladeo la cabeza y alejó la cuchilla de sí— bueno a mi trabajo —.

— Espera, espera ¿qué harás? —preguntó jadeante al ver que le tomaba del miembro.

— Oh… Te cortaré el pene como filetes ¿conoces esos cortes de carne que tanto te gustan? Es para que tu familia pueda comer bien después, especialmente tu hijo que está siguiendo tus mismos pasos —explicó en tono aterciopelado y realizó el primer corte fino escuchando felizmente ese grito desgarrador.

— ¡HIJO DE PERRA! —hiperventiló removiéndose agresivamente, pero no hacía más que zarandearse, mucho no se podía mover, estaba firmemente sujeto.

— Ey, con mi mamita fallecida no, eh que me enojo. Ella no tiene la culpa de tener un hijo tan genial como yo —respondió dando el segundo corte mientras levantaba la mirada para ver su rostro. Sonrió dulcemente— que lindo… —.

                                 […]

Lanzó a la bandeja de plata el último trozo del miembro y se estiró haciendo tronar las articulaciones de la espalda por la leve inclinación que tuvo que realizar.
Miró con una mueca al desmayado hombre— ¿por qué todos siempre se descompensan cuando les corto el miembro? —cuestionó mientras se alejaba para limpiar la cuchilla y dejarla a un lado con las demás herramientas de tortura.
Con absoluta tranquilidad fue a ubicar una pequeña escalera frente al hombre y se quedó parado esperando a que despierte, en el último escalón de la cima, con una pinza de hierro.
Al verlo reaccionar de vuelta, formó esa sonrisita que daba más miedo que ternura— Hi, Sir —sacudió los dedos en el aire a modo de saludo— no se me vaya todavía… El diablo de aquí tiene pendientes con usted. Pequeño spoiler, ese diablo soy yo —fue escupido por el hombre y cerró los ojos maldiciendo mientras se limpiaba esa asquerosa saliva— bien… —lo hizo abrir la boca e introdujo la pinza para quitarle uno de los dientes incisivos primero— es para el ratón que visitará por la noche a su hijo. Vamos abra bien la boca, así le llegará mucho dinero —le prendió un puñetazo para dejarlo semi consciente y continuó con la labor hasta dejarlo únicamente con los molares que ya quedaban muy en el fondo y eran más sólidos.
Bajó de la escalera al acabar con esa tortura.

Estaba sumamente emocionado por el final y volteó a verlo con una amplia sonrisa mientras caminaba— saluda a tus amigos por mí y diles que ya nos veremos —advirtió ganándose una débil mirada del hombre, medio muerto.
Encendió la máquina y las cadenas de hierro empezaron a acortarse lentamente, estirando más y más cada extremidad.
Cerró los ojos deleitándose con el estridente grito del hombre y casi inmediatamente después, escuchó el desprendimiento de los huesos y un sonido más fuerte de desgarro de los músculos.
Abrió los ojos y vio caer a lo que era un humano hace segundos atrás, con la cabeza y la caja torácica como únicas piezas anatómicas unidas entre sí. Llevó la mirada a las cuatro cadenas de hierro que sostenían los miembros superiores e inferiores y sonrió sintiéndose tan satisfecho, pudo respirar paz por primera vez en tantos años de su vida.

❝ Así es que… esto es lo que llaman tranquilidad…
Por fin lo conozco, al fin… ❞

❝Un poco de mí... ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora