𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝚄𝙻𝙾 15

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Se removió en la cama al oír su teléfono sonar y soltó un bufido, antes de ponerse boca abajo, extender la mano y tomar la llamadaㅡ ¿Hola? ㅡ contestó adormilado, levantando un poco la cabeza, frotándose el ojo derecho.

ㅡ Hola ¿puedes abrirme la puerta?
Traje un combo de desayuno para los dos ㅡ.

Abrió los ojos en grande y saltó de la cama con los cabellos todo desarregladosㅡ ¡es sábado por la mañana!
¡Todavía es muy temprano! ㅡ Exclamó mientras corría hacia el baño para al menos arreglar ese desastre de cabellera que tenía.

ㅡ Son las once de la mañana, sólo faltan una hora para que sea el mediodía.
¿Es temprano para ti todavía?
Planeaba venir a las ocho de la mañana ㅡ.

ㅡ Aish, realmente eres... ㅡ colgó la llamada y dejó el teléfono a un lado, cepillándose rápidamente los dientes mientras se peinaba los cabellos con los dedos.
Terminó y fue casi corriendo para la entrada.
Soltó un suspiro suave tratando de calmar la respiración por la corrida y abrió la puerta, viendo al morenoㅡ siempre consigues lo que quieres ¿verdad? ㅡ.

ㅡ Buen día ㅡ ingresó después de que el dueño del departamento le cedió más espacio, ignorando completamente ese reproche y siguió al menor hasta su cocina por petición del mismo.
Dejó ambos combos de la cafetería que frecuentaba sobre la mesa y tomó asiento luego de pedir permiso, demostrando los modales que había aprendidoㅡ ¿en verdad despertaste recién? ㅡ.

Le dio una mirada en la que se notaba la leve hinchazón del rostro y bebió agua tibia, como todas las mañanas. Tradicionalmente lo hacia para despertar al metabolismoㅡ ¿Qué te trae aquí un sábado por la mañana? ㅡ.

Sonrió sobre los labios, contemplando al menor con esa enorme playera que usaba, se veía tan adorable en él, dejaban ver esas piernas tan preciosas que tenía y que pudo contemplar también en esa noche del jueves, por oportunista y reconocía que no estuvo bien hacerlo tampoco.
El rostro de recién despierto le parecía todavía más enternecedor que quería tomarlo y llenarlo de besos, pero si lo hacía, en ese mismo instante corría el peligro de recibir diez navajazos como mínimoㅡ Oh... Realmente... Sólo quería verte ㅡ.

ㅡ ¿Sólo eso? ㅡ.

ㅡ ¿Crees que es poco? ㅡ.

ㅡ ¿Soy mucho para ti? ㅡ.

ㅡ Bastante ㅡ.

Esto hizo que el chico guardara silencio y nuevamente el rubor fuese quién hablara entre ellos. Incluso podía percibirse como  un pequeño brillo titilar en sus ojos.
Con cierta timidez, fue a tomar asiento a su ladoㅡ ¿Qué trajiste para el desayuno? ㅡ.

ㅡ Sé que te gusta el capuchino, así es que te traje uno con un trozo de torta de chocolate ㅡle extendió la bolsa que contenía ese combo para que lo abriese él mismo y se ocupó del propio.

ㅡ ¿Qué tal te sientes después de eso? ㅡ quitó el seguro del vaso y así lo bebió desde ahí, mirándolo expectante a su respuesta.

ㅡ Mejor, la rabia no me dejaba dormir en esos días.
Después de dejarte aquí el jueves... Dormí tranquilo, en paz ㅡle dio un sorbo al café heladoㅡ ¿por qué? ㅡ.

ㅡ No quiero que te pase nada malo ㅡ respondió mientras se limpiaba unas migas que le habían quedado a los costados del labio, por la mordida que dio a la tortaㅡ así sea psicológico ㅡ luego de tragar el pedazo, bebió del capuchino de vuelta.

Hyunwoo no podía creer lo que estaba escuchando del menor.
Después de mostrarse tan repulsivo, le soltaba palabras tan dulces y que jamás pensaría oírlas de él, especialmenteㅡ pero soy yo el que quiere protegerte ㅡ Agregó apoyando discretamente el brazo en la cabecera de la silla donde se sentaba el menor.

KiHyun dejó de beber del vaso y miró al mayor en silencio.
Nuevamente estaba ahí, el corazón, latiendole a mil por hora.
Nunca había sentido la necesidad de ser resguardado, protegido, cuidado y querido por alguien hasta que conoció a Son Hyunwoo, el hombre más jodidamente atractivo y el más dulce que haya conocido en la vidaㅡ pero yo también quiero cuidarte ㅡ.

Le acarició por debajo del mentón, acercándose lentamente a él.
Sentía un cosquilleo en todo el cuerpo, el corazón a punto de salirse del pecho a medida que la distancia se hacia más y más pequeña.

KiHyun entre cerró los ojos, entregado a lo que el cuerpo le decía qué hacer, quieto, aguardó por él, con los latidos acelerados en gran medida.

❝ ¿Qué hago?
¿Cómo lo beso? ❞

Ambos labios se unieron.
La calidez de ambos se acariciaron y el mayor tomó la iniciativa de agarrarse del labio inferior ajeno, disfrutándolo en un beso paulatino, cariñoso.
El moreno pudo notar el temblor de un inexperto en el menor, pero lejos de molestarlo, le encantó.
Lo abrigó en un abrazo, rodeándole de la cintura para atraerlo más y guiar el beso con la santa paciencia del mundo.
Se perdió en la textura de esos rosados labios, en el sabor mezclado de chocolate, capuchino y él.

En su inexperiencia, KiHyun, intentaba seguirle el hilo y no entorpecer ese precioso acto de unión, por lo que tímidamente movía los labios.
Elevó las manos hasta colocarlas tras la nuca adversa, adquiriendo mayor confianza en el beso.

Tuvieron que separarse y el moreno se encargó de dejarle más besos cortos en los labios antes de dejarle uno en la mejilla, sintiendo después cómo se escondía el menor en su cuello.
Ganas de gritar de pura felicidad y salir corriendo por toda la ciudad de la ferviente emoción, le sobraban, pero había costado tanto tener su cercanía, tenerlo así, tan entregado que no cometería el absurdo de dejarse llevar por las emociones del momento.
Le acarició la espalda y dejaba apretones suaves en la cadera adversa en un gesto tierno.

ㅡ Shownu ㅡ.

ㅡ ¿Sí? ㅡ.

ㅡ Quiero estar contigo... ㅡ.

ㅡ Y estamos juntos ahora ㅡ.

ㅡ No... ㅡse ruborizó bastante y colocó el rostro frente a frente para verloㅡ quiero estar contigo... En la cama... ㅡ aclaró con la vergüenza invadiendole por completo, pero no podía callar más ante ese deseo que no se le quitaba de la cabeza.
Hace tiempo que no estaba en paz, porque no era lo suficientemente valiente para decirlo y ahora, era el momento.

❝Un poco de mí... ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora