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Me desperté en una habitación, que pensé que sería mi cuarto del hostal pero al abrir los ojos vi que no estaba en el hostal, estaba en un cuarto con paredes en tonos beige, había una mesita al lado de la cama, justo enfrente de la cama  había una puerta de madera tallada; además de un espejo en el otro lado del cuarto al lado de una pequeña ventana donde también había dos puertas grandes y de madre tallada a mano, entonces me levante de la cama y me acerque al espejo y me di cuenta que ya no tenía puestos mis zapatillas beige, ni jeans o mi blusa azul, en su lugar vi un tipo de camisón de color  blanco. No tengo idea de lo que paso ni cómo es que termine aquí, ni donde esta mi ropa.

Camine hacia la puerta y cuando estaba por abrir la puerta esta se abrió dejándome ver a una joven con un vestido de color rojo oscuro y además traía un tipo de tela blanca en la falda como un delantal, ella al verme se espanto por unos  y después hizo una reverencia pidiéndome permiso para entrar. Yo solo  asentí nerviosa mientras ella entraba en la habitación, pero antes de que pudiera decir algo me dijo que yo debía prepararme para bajar a desayunar, ya dentro del cuarto se acerco  a las dos puertas. Las abrió de par en par sacando unos cuantos vestidos, elegí uno en tonos verdes y antes de que me diera cuenta la señorita; quien obviamente era una sirvienta de este lugar, me ayudo a vestirme;  me volví a parar frente al espejo totalmente incrédula; esto debe ser el sueño más realista de toda la historia, me gira para hacerle una preguntas  a la sirvienta pero ya se había ido.

No le di mucha importancia, no era la primera cosa peculiar que me pasaba últimamente  así que seguí viendo los detalles del vestido hasta que oí como giraba la perilla de la puerta, fui hacia ella y la abrí para encontrarme con un joven más o menos de mi edad y que también estaba vestido con ropa muy peculiar, él estaba sorprendido de verme parada frente a  él pero me dio una cálida sonrisa diciendo

"Buenos días señorita, ¿esta lista?"

Lo único que yo hice en respuesta fue simplemente sonreír  de vuelta aunque me sentía bastante nerviosa, solo podía pensar en que él bien podría ser un loco que me rapto o algo peor así que solo atine a decir "Hola...disculpa, ¿Dónde estoy? ¿Qué ocurrió?" a diferencia de mi él estaba bastante tranquilo "Mi nombre es Sandro Botticelli, estas en el Palazzo di Medici; te encontramos en la calle desmayada, ven conmigo debemos bajar para que después puedas volver a descansar" dijo  ofreciéndome su brazo el cual acepte "Mucho gusto, yo soy Elena..." dije nerviosa mientras caminamos por unos pasillos  hasta llegar a unas escaleras,  tenía tantas dudas sobre todo lo que me estaba pasando así que me anime a hablar otra vez "Cuando hablas de "nosotros" a quien te refieres?" pregunte temiendo que haya pasado una momento muy vergonzoso al desmallarme en las calles de Florencia, él me miro diciendo "Hace dos días estaba caminando por la calle con mis mecenas, Lorenzo y Giuliano de Medici junto con su hermana Bianca, te encontramos afuera de la capilla familiar con una vestimenta bastante extraña y no tenias un buen aspecto, parecía que no habías descansado por mucho tiempo y que te habías desmayado"

Ya sea que esto es una broma o algo distinto le mire avergonzada tras escuchar cómo fue que me habían encontrado y de inmediato comencé a disculparme "Por dios, lo siento mucho, no había comido nada desde que llegue aquí, por favor diles que me siento tan avergonzada" iba a seguir pidiendo disculpas pero él me interrumpió  con  una ligera risa  y me aseguro que no pasa nada. Sandro me dijo  que  ellos lo entendían perfectamente; además de que  Bianca y Lorenzo había pedido verme en cuanto estuviera despierta;  entonces me sentí tan avergonzada de mi misma. Yo no había descansado en el vuelo y no había comido nada más que un par de galletas de avena y un jugo de frutas que me habían dado en el avión.

Sandro tuvo que guiarme por los largos pasillos ya que no conozco este enorme lugar; en un momento llegamos a la entrada de la habitación que me imagino es el comedor. Todo esto no puede ser un sueño, más bien todo lo que veo y la gente que he conocido deben ser actores  o algo así, esto debe de ser una broma de televisión o un show en vivo; mire a todos lados buscando cámaras o micrófonos escondidos pero no vi nada.

Yo estaba viendo lo enorme que eran esas puertas de madera oscura y todos los detalles dorados que tenían en los bordes, yo seguí entretenida viendo cada detalle del lugar hasta que vi que Sandro me miraba con una sonrisa aguantando sus ganas de reír ante mi expresión facial, le sonreí de vuelta sonrojándome de la vergüenza mientras que el me abrió la puerta. La habitación estaba pintada de unos colores amarillos que brillaban con la luz del sol que entraba de las ventanas, había una mesa bastante grande  de roble con un gran festín y muchos platos en frente de cada una de las sillas; fue ahí cuando me di cuenta que había gente en la habitación y que nos recibieron poniéndose de pie

"Buongiorno a tutti! Les presento a la señorita Elena Conti" dijo presentándome a todos los que estaban ahí, recordé a la joven de hace un momento así que hice una reverencia "Elena"  él dijo  llamando mi atención el joven pintor a mi lado, "ellos son mis mecenas, Lorenzo, Bianca y por supuesto su madre la Madonna Lucrecia di Medici" dijo Sandro haciendo las presentaciones, yo voltee a ver a Bianca que se acerco a nosotros y parecía muy entretenida "Me da gusto que ya estés aquí" me susurro para que Sandro no la escuchara yo la mira mal.

No puede ser es Alessandra! Ella  es la chica del hostal, yo no  podía creer que ella también era parte de lo que sea que esto es  pero antes de poder preguntarle qué diablos estaba pasando Lorenzo se acerco a nosotras; es bastante alto y nada que ver con como lo pintarían más adelante cuando haya hecho historia como regente de la ciudad "Un gusto conocerla señorita, espero que se encuentre  recuperada" yo solo asentí con la cabeza llena de nervios ; si mi abuela me viera con quien estoy en este momento; él me extendió su brazo invitándome a sentarme con él al otro lado de la mesa...

"¡Lorenzo! Deja que se siente a desayunar, la pobre no ha comido nada" Dijo  regañándolo la que debe ser Lucrecia di Medici, la madre y cabeza de la familia; para después fijar su vista en mi me dio una sonrisa cálida mientras me decía en tono afable "Es un  gusto conocerte Elena, por favor siéntate, debes de estar muy cansada y con hambre"  yo le sonreí agradeciéndole por recibirme de improviso; de no haber sido por Lorenzo invitándome a sentarme a su lado yo no tendría  la mas mínima idea de donde sentarme,  en cuanto me senté en mi lugar todos los demás hicieron lo mismo en sus respectivos lugares; esto es clásico de los modales incluso en el siglo XXI;  " Nos gusta mucho recibir visitas de las amigas de Bianca... aunque no pensé que te recibiríamos tan delicada de salud" siguió hablando Lucrecia, tuve que ocultar lo mejor que pude mi expresión de sorpresa

¿Cómo que soy una amiga de Bianca? pensé viendo a la joven que estaba justo en frente de mi y ella también me estaba viendo guiñándome el ojo y con una sonrisa cómplice como diciéndome que le siquiera la corriente

"En verdad les gradezco que me reciban  en su hogar, espero  me puedan perdonara por no haberme podido presentar cuando me encontraron" dije  viéndolos a todos modo de disculpa, "Elena viene desde Roma mama y se quedara un tiempo con nosotros" dijo Bianca contestando a las preguntas que muy probablemente su madre estaba por hacerme cosa que agradecí pero también me confundió, ¿yo debo decir que soy de esa ciudad?

Vaya que esto se vuelve cada vez más interesante, "¿cómo están las cosas en Roma?" me pregunto Lorenzo intrigado por mi "ciudad natal". Siendo honesta yo no se mucho de como es Roma en esta época, lo único que se es que dentro de poco un Papa seria un Borgia. "La ciudad es enorme y  bastante ajetreada  pero no siento que este prosperando tanto como Florencia" dije sonriendo  a modo de cumplido ya que esta familia es la que hace que su ciudad prospere.

Finché C'é VitaWhere stories live. Discover now