Prologo

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Solo tengo que decir que esperad mucho fluff, en grandes cantidades.

Serán capítulos cortos.


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Renacer tantas veces podía ser cansado, pero tenía que reconocer que había valido completamente la pena.

Gracias a ser el maestro de la muerte había vivido muchas vidas diferentes, algunas mas llamativas, otras menos, pero siempre había faltado algo.

Ya fuera que renaciera como hombre o como mujer, siempre le faltaba el amor de una familia, el tener unos hermanos o hermanas cariñosos que quisieran estar con él.

Por eso le había pedido a la muerte después de morir en esta ultima vida un pequeño favor.

Quería conocer el amor de familia, le era igual si era hombre o mujer, solo quería saber lo que era ser amado por tus familiares mas cercanos.

Y al parecer se le había concedido la petición.

Había renacido como el hermano pequeño, incluso de su gemela, por lo que tenía dos hermanos mayores un padre amoroso y una madre amorosa.

Por desgracia su madre había pasado poco tiempo después, por lo que se había quedado con su padre y sus dos hermanos.

Al parecer había sacado la mala salud de su madre por lo que era muy fácil que se enfermara gravemente, lo que a su vez a lo largo de los años había preocupado en demasía a toda su familia.

Después de todo tanto el hermano mayor, Touya, y el padre, Fujitaka, no querían perder de nuevo a alguien por una enfermedad. Después de todo al parecer había sacado el carácter dulce y delicado de su madre, al igual que su apariencia, desde el color del pelo hasta los ojos, por lo que era de suponer que verme enfermo traía malos recuerdos. 

Por eso los dos se habían vuelto extremadamente posesivos con el mas pequeño de la casa y ciertamente eran un par de mamas gallinas, pobre de el, casi no podía hacer nada sin que alguno de los dos le quitara el trabajo que estaba haciendo en ese momento.

Sakura su hermana, obviamente había conseguido los mismos hábitos que los otro dos, por lo que te puedes imaginar el caos que se formaba cuando resultaba estar enfermo o algo.

Aun con todo eso, realmente no podía quejarse, le encantaba su nueva familia.

Al fin había conseguido lo que tanto quería, un amor incondicional.


Quien hubiera pensado que bajar al sótano ese día cambiaría tanto su forma de vida, conociendo a nueva gente y haciendo nuevos amigos.


Pobre Harry, su inocencia le va a costar un buen puñado de acosadores :v

Mein kleiner ZaubererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora