Sin vuelta atrás

Un mal reencuentro

Xie Lian y Hua Cheng esperaron 800 años en soledad vagando en búsqueda de sus propios ideales, uno lleno de desgracia vago por el mundo, el otro camino por los mismos lugares que él otro atravesó con la esperanza de reencontrarse con esté y protegerlo de los peligros de los diferentes reinos, con el corazón vacío la esperanza acababa lentamente y solo un rayo de luz les hizo mantener convicción en sus deseos.

Cuando se reencontraron, solo fue el de túnicas rojas el que sabía con exactitud la identidad de la otra persona, le ayudo de cerca, moviendo hilos en silencio, enfrentando a celestiales y fantasmas por igual. Saliendo victoriosos unieron sus almas, tres reverencias dieron inicio a una historia que uniría por la eternidad sus corazones, ahora 10 años todo lo malo quedo en el pasado.

La eternidad suena dulce en sus oídos, la fragancia de los cerezos armoniosamente acompañados de canticos de aves tan hermosas que hacen compañía a la pareja.

El cielo pintado de un azul turquesa sobre sus cabezas, el viento soplando a través de las ramas de los árboles, hojas danzando en una melodía insonora, los verdes pastos bellamente decorados por flores de diversos colores, un hermoso paisaje para dos seres que no son calificados como humanos, ya que su belleza resalta sobre cualquier mortal que haya pisado este basto mundo.

Las túnicas rojas y el tintinar de cascabeles son indicio del andar un rey que posee un aura temida y alabada al mismo tiempo, con el poder de acabar de un solo movimiento a cualquier oponente que tenga el valor de enfrentarle, Xue Yu Tanhua una calamidad digna de su nombre. Acompañado de un Dios vestido de inmaculadas telas blancas, muchos le conocen como el Dios de la desgracia y todo aquel que le rece cargara consigo la mala suerte de aquel Dios, sin embargo, pocos conocen su historia; la travesía que duro siglos, en los cuales atravesó tantas caídas, tropiezos, enredos, risas y amarguras, para finalmente dedicarse a ayudar a la gente común. Un gesto noble proveniente del Príncipe heredero de la extinta Xian Le.

En todos los reinos, cada que se hablaba de Taizi Dianxia y Xue Yu Tanhua los callejones, las avenidas más concurridas se llenaban murmullos, chismes y rumores acerca del matrimonio perfecto, de la buena relación del fiel creyente y la flor más bella de todos los cielos. También se habla de la ferviente pelea de los cielos contra el emperador celestial, la cual ganaron con fuerza, inteligencia y sobre todo confianza mutua, una tan fuerte que, sin importar el lugar, el momento o circunstancia estarían siempre para protegerse mutuamente.

Aquel matrimonio envidiado por muchos y adorado por otros es más fuerte que cualquier juramento o contrato.

Fantasmas idolatraban aquella relación, amaban a ese Xie Daozhang que llegó para quedarse. Recibiendo con brazos extendidos a la actual pareja de un fantasma capaz de devastar ciudades enteras con solo chasquear sus dedos.

Los años que gozaron de tranquilidad absoluta, donde ambos respondieron a cada rezo hecho ante un altar que contiene una hermosa estatua de plata, una calamidad que gobierna la tierra y un Dios que protege al débil desde los cielos.

Una cálida tarde de primavera, los arboles del cerezo tan vividos y deslumbrantes con flores de cinco pétalos, ambos fueron a dar un paseo por la montaña, después de una tediosa batalla contra un fantasma errante que no dejaba de repetir "¡Volverá! Hacedme caso ¡Acabara con nosotros!", aunque no era muy fuerte, tenía una ventaja en agilidad e inteligencia para escabullirse, no fue fácil para Xie Lian al principio, pero una vez que se dio cuenta de la debilidad de su contrincante derrotarlo no fue complicado.

Aquél fantasma tenía la necesidad de ver su reflejo en aquel lago cristalino en el cual la pelea se llevó a cabo. Parecía buscar algo, solo que no lo encontró.

Xie Lian lo alejo rápidamente, ese fantasma había aterrorizado a todas las personas que llegaban al lago, el poblado cercano tenía la necesidad de ir para abastecerse de agua, lo cual ya no podían hacerlo.