໒✦❫⋮ Fácil

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—Oh, voy a morir

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—Oh, voy a morir... —se quejó Bambam desde su lugar en el sofá, sintiéndose realmente mal.

Los dolores de cabeza persistían, y el dolor estomacal de la última vez se había repetido en ocasiones, sumándole además una leve fiebre que le provocaba escalofríos y malestar en el cuerpo. No estaba comiendo bien últimamente, y aunque Yugyeom insistiera una y otra vez en que probara bocado, Bambam se las arreglaba para quitarse al Alfa de encima.

Y es que Bambam le gustaba hacer las cosas completas, y si se iba a enfermar entonces era para morir.

El timbre de su departamento sonó, y miró el reloj de su pared, sabiendo perfectamente de quien se trataba. Rodó los ojos por su acción. —Sabe mi contraseña, no entiendo para qué sigue tocando el timbre cuando puede entrar.

Escuchó los ladridos de Dalkyum y sonrió de lado. Desde que había comenzado a enfermar, Yugyeom no siguió dejando al cachorrito para que, a palabras del menor, «mi hyung descanse mejor». Le había dicho que no era problema, pero Yugyeom se negó. Esta situación lo puso algo pensativo, y es que Bambam acostumbraba a no ser tolerante con las personas, es decir, los más cercanos a él podían estar a su lado cierto tiempo, luego Bambam se aburría de su presencia. Sin embargo, con estos dos nuevos personajes era todo lo contrario.

Y lo confundió.

Porque Bambam no tolera a los animales más allá de los gatos, los cuales prefiere no tener por el momento, y con Dalkyum no se sentía hastiado. Quiso pensar que era por su tranquilo comportamiento, y porque el can había sabido ganárselo. También estaba el hecho de que Yugyeom era alguien completamente diferente a él, y aunque se abrumara con lo hablador y energético que era, podía tolerar su comportamiento. Al igual que con Dalkyum, quiso asumir que esta tolerancia se debía a la comida que recibía sin pedir nada a cambio, y lo calmante que era su olor a manzanilla cuando se sentía mal.

El timbre sonó nuevamente, y con dificultad Bambam se levantó del sofá. Tenía una frazada sobre los hombros, y caminaba arrastrando los pies, como si le pesara el caminar.

—Kim puto Yugyeom, me haces parar de la comodidad del sofá para abrirte la puerta cuando fácilmente puedes entrar por tu cuenta —regañó alto, sabiendo que el menor lo escucharía. Tomó el pomo de la puerta y abrió—. Te voy a patea-

Sus palabras quedaron en su boca cuando una flor fue colocada al frente de su cara. Era de tonos rosas y con muchísimos pétalos. Esta fue alejada hasta estar al frente de Yugyeom, ocultando su sonrisa detrás de la flor. Bambam no tenía habla en aquel momento, mirando sorprendido al contrario y asimilando lo que veía.

Volvió en sí cuando sintió las patitas de Dalkyum contra sus piernas, y parpadeó despabilando para agacharse y tomar al cachorro negro en brazos, quien comenzó a dejar suaves lamidas sobre su mejilla y barbilla. —¿Qué es eso?

—Un flor, hyung —dijo obvio Yugyeom, y sin dejar de sonreír se la tendió—. Para usted.

—¿P-para... mi? —murmuró, aún no saliendo de su asombro—. Las flores son para las mujeres.

¡𝗢𝗠𝗘GA! ៚ 𝗬𝗨𝗚BAM [VN#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora