𝐌𝐢 𝐫𝐞𝐭𝐨𝐧̃𝐨

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Al fin se habían casado y podían tener su felices por siempre, y aunque cierto brujo casi lo arruina todo, fue una celebración increíble.

Hace poco, su marido le dijo que su hija pequeña, Lily, había regresado, pero que no era la única, su hermano mayor llegó con ella. Eso sólo significaba que tenían otro hijo, y tenía que conocerlo de inmediato. En cualquier caso, sabría que se enamoraría de inmediato, como pasó con Lily en su momento.

Tomó sus cosas dispuesto a buscar a su hijo. Salió de la casa casi que corriendo.






Pensaba una y mil veces cómo podría proteger a sus padres, apenas sí podía con Lily, su hermanita que todavía no sabía nada de su secreto, ni lo sospechaba.

Aún así estaba decidido a conocerlos, costase lo que costase protegerlos.

Sólo bastó una chaqueta y unos Nike negros para salir, el resto lo tuvo puesto todo el día.




Llegó al parque rápido, algo le decía que su hijo estaría aquí, quizás un sexto sentido desarrollado rápidamente. Caminó por todo el concreto que formaba el sendero por un buen rato, mirando hacia done pudiera buscando algo que le dijera que está ahí, esperándolo. Sin embargo, nunca vio a nadie parecido para poder identificarlo. Se sentó en un banco apunto de rendirse.

— Debí preguntarle a Mystic a dónde estarían... Seguro ella sabe un poco más que yo.

— ¿También buscas a alguien?

Escuchó una voz a sus espaldas, vio por el rabillo del ojo a alguien encapuchado.

— Llevo un buen rato buscando a mi hijo. Pero no he visto a ninguno de ellos.

— Qué casualidad. Yo busco a mi madre. Pensé que estaría en su casa pero.. Me dijeron que está viviendo con mi papá y no sé a dónde viven.

— ¿Vas a visitarla?

— Algo así. Nunca lo he visto, no lo conozco. Pero sé que es una gran persona.

Sonrió notando que sería una persona de confiar, así que mejor entablar una buena relación.

— Soy Phineas, ¿Y tú?

Escuchó jadear de sorpresa a la otra persona volteó la mirada hacia la misma, cuya estaba de espaldas y apenas se le podían ver sus oscuros mechones.

— ¿Estás bien?

Aquél volteó mostrando su rostro y quitándose la capucha. Los dos se llevaron una sorpresa al ver que al fin encontraron a quien buscaban.

— Soy Felix.

Se levantaron de sus asientos, Phineas se dirigió a él rectificando que fuera quien buscaba.

Efectivamente, ese pelo rojizo oscuro, esos ojos azules, era muy parecido y no podía negar que era suyo, hasta heredó la forma de su nariz. Sus miradas conectaron encendiendo una pequeña chispa entre ellos, algo que los conectó de forma fraternal.

— Te pareces muchísimo a tu padre. — Palpó su rostro permitiéndose sentir una piel muy suave, la cual había heredado de su padre.

Por su parte, aún se sentía inseguro, demasiado. Pero no es momento para secretos, sólo quería ver a su madre.

— Mamá.. Estuve buscándote. Lily me dijo-

— Sí, me casé con tu padre. Ahora vivimos juntos y somos muy felices.

Se lo pensó unos segundos, ahora que estaban aquí debían iniciar estudios en otro lado.

— ¿Crees que podamos acompañarlos?

— Como gustes. Son nuestros hijos, ¿No?

Soltó una pequeña risita, su madre lo abrazó y este correspondió sin reservarse. La familia por fin estaba unida, y nadie podía impedirlo.

¿Cierto?

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