CAP. 9

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CAP. 9

-¿crees que sea ella?- pregunta Daniel aun frente a mí.

-puede que si… o puede que eso es lo que el verdadero traidor quiere que creamos.

La situación se está haciendo más difícil. Ahora viene la parte en la que todos desconfiamos de todos, donde no estamos seguros juntos pero tampoco separados. Puede que en algún momento nos separemos, sea mental o físicamente, de cualquier manera me aterra. No me gusta estar sola.

-el verdadero traidor…¿Cómo puedo asegurarme de que tu no lo eres?- se acerca aún más.

-por favor. Yo quiero salir de aquí tanto como tú, no me andaría con jueguitos de esa clase. Además, en que momento me habría puesto de acuerdo con Spotter, todos quedamos inconscientes, Daniel. ¿Qué no lo recuerdas?

-lo hiciste antes- afirma.

Giro los ojos y me vale que él me vea. Es tan absurdo lo que dice que, temo que acabemos en la paranoia.

-esto es estúpido- digo cruzándome de brazos – ella… ella fue la primera en atacar cuando empezamos. Ninguna de las tres queríamos hacerlo pero… -suspiro –tiene motivos de sobra para que sospeche de ella.

-¿motivos de sobra?- pregunta Daniel frunciendo el ceño.         

-olvídalo.

Me volteo apartando la vista de él y dándole la espalda. Registro los cajones de la cocina integral para buscar velas o lámparas, algo que nos ayude con la iluminación. Nada. En realidad, no es muy común que haya velas en una cocina escolar pero si un par de cajas de fósforos. Agarro de otro mueble tenedores de metal para cada uno, los envuelvo en servilletas para evitar que rompan mi mochila y guardo todo.

-ya vámonos- digo. Me cuelgo la mochila y agarro con fuerza la regla-navaja.

-¿Qué pasara con Nikki?

-creo que sería mejor no comentar nada frente a ellos.

-¿Por qué?

-porque las únicas personas que sospechamos de ella somos tu y yo- al decir esto último, hace un nudo en mi estómago –si no resulta ser Nikki, nos pondremos una soga al cuello, y si lo es, la pondremos en alerta.

Daniel no dice nada más, me mira de forma neutral como suele hacerlo cuando piensa. Abrimos la puerta sin ninguna precaución puesto que el lugar esta vacío… o eso creíamos. La que antes era la cocinera se abalanza sobre mí desde el otro lado de la barra, me agarra del cabello y comienza a jalarlo fuertemente arrancándome algunos cabellos. Me gruñe y como reflejo grito del susto. Daniel aprovecha su distracción y la agarra de la cabeza. Ella me suelta cuando el rubio comienza a estrellar su cabeza una y otra vez en el cristal de la barra, este termina con ella y puedo ver como su cara queda empapada de sangre al igual que a su alrededor.

-¿estás bien?- pregunta agitado.

-si-respondo de igual manera.                                                                                                                                                                              

Rodeo la barra hasta quedar al lado de Daniel viendo el cuerpo de la cocinera, lo pateo un par de veces para cerciorarme de que este realmente muerta. Su cara está destrozada gracias a los golpes que Daniel le proporciono, no huele mal puesto que no lleva mucho tiempo sin vida pero el charco de sangre… y entonces hago lo que desde hace un buen tiempo debía de hacer: vomitar.

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