CAPITULO 4

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NARRA ELLENOR

— ¡Oh Tedros! Necesito mí abanico—Mi madre se dejó caer en el sofá visiblemente alterada por las palabras del mayordomo, hacia tan solo dos minutos que había salido por la puerta provocando que mi madre descargara sus sentimientos contenidos justo ahora y sin tener la mayor pizca de pudor.

—Basta madre, no debes se sacar conclusiones antes de escuchar lo que el duque tiene que decir, la decepción para ti será mayor—Dijo Elise con un tono pausado mientras se sentaba a lado de mi madre y tomaba su mano—No quiero que te decepciones, sabes que Ellenor no tiene la capacidad como para ser duquesa.

Sus palabras parecieron una bofetada en mi contra sin embargo conserve la calma porque al final de todo ella tenía muchas razones para pensarlo pues delante de mi gemela mi comportamiento no era tan perfecto, a pesar de tener el mismo nivel de elegancia ella solía tener gustos más refinados y calculadores que yo.

—Mi querida Ellenor posee un corazón noble que es lo más importante—Aseguró mi madre—Además es el duque que está interesado en ella, nada perdemos con sacar conclusiones.

—No quiero escuchar más del tema de parte de ustedes dos—Ordenó mi padre con una mueca molesta—Ni el mismo príncipe de Inglaterra se merece a mi hija, nadie mencionara esto hasta que escuche lo que Lord Maxwell tenga que decir—Papá logro cortar la incomodidad, me había ayudado a librarme de mi madre por lo menos por unas cuantas horas.

Más tarde mientras caminaba por los extensos parajes llenos de vida natural que rodeaban la residencia mi cabeza no podía dejar el tema, quería zanjarlo de una vez y pensar que el mayordomo se había equivocado y que los temas a tratar eran únicamente de negocios. Sabía que había sido demasiado directa al expresar que no quería tener nada que ver con alguien como él, no porque fuese malo o no me agradase, realmente no quería conocer a alguien que no me hiciera sentir esa chispa que tanto narraban las historias de la señorita Austen.

Amor.

Amor verdadero.

Lamentable para nuestro circulo el amor era un sentimiento que pocas veces se mencionaba, las mujeres de alta sociedad buscaban a alguien que pudiera mejorar su estatus socio-económico sin importarles si al final vivirían una vida de infelicidad, siendo sincera me negaba a aceptar mi destino como esposa de un hombre de alto estatus, siendo como un trofeo a su lado que en todo momento debía permanecer impecable como si se tratara de una muñeca de porcelana.

Esto es increíble.

Bufé y cerré mi libro con fuerza realmente enfadada, esto era lo que estaba evitando desde un principio, no quería que mi madre se hiciera ilusiones pues era fiel creyente de que cada persona tenía un destino cimbrado y que este llegaría sin importar nada.

—No pareces contenta—La voz de Elise me saco de mis amargos pensamientos—No deberías preocuparte por ello, ya mamá tiene demasiado con el último escándalo que te envuelve a Lady Blumer.

No pude evitar suspirar, parecía empeñada en recordarme el último escándalo que me había propuesto olvidar: Thomas Bradbury, no le guardaba rencor pues no podía decir que nuestro compromiso roto era una tragedia y un dolor insoportable para mí sin embargo mi sentir no era mismo para la sociedad londinense, era bien sabido que había estado en boca de todo Londres.

—Muchos han dicho que a pesar de ser extremadamente bella careces de tacto con los hombres y es por ello que Lord Bradbury callo en las manos de Lady Blumer que a pesar de no ser tan agraciada tiene de lo que mi hermana carece—Comentó, ella mejor que nadie sabía los comentarios que sus amigas habían hecho respecto al tema, Lady Blumer, una de sus mejores amigas debía estar feliz por no quedarse soltera para toda su vida.

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2021 ⏰

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La Duquesa de EdimburgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora