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Las estrellas brillaban de una forma muy hermosa, el cielo era cubierto por aquellos pequeños puntos luminosos, la paz reinaba en el santuario, o al menos eso parecía, pues entre la oscuridad del lugar, apenas iluminado por las luces de un campamento, y algunas de las 12 casas del zodiaco, en la sima de aquellos templos, yacía Athena quien tenía un sentimiento de incertidumbre, sin embargo... Se preguntaba el porqué de aquello, pues aquel sentimiento le resultaba preocupante, sobre todo porque aquello ya le había ocurrido más de una vez, más está vez era diferente, aquel sentimiento era muy parecido a lo que sintió cuando comenzó la guerra Santa contra Hades... Algo estaba por suceder, y se trataba de algo grande, por lo que llamó a Dohko, quien tras haber vuelto a ser Joven, se convirtió en el nuevo patriarca, por lo menos hasta que lograse enseñarle todo sobre el cargo a su alumno, Shiryu de Libra, rápidamente acudió a Athena, inclinándose ante ella al estar en su presencia.

Dohko: - Señorita.... ¿Que es lo que sucede?... -

Pregunto preocupado, pues el hecho de que su diosa lo llamase a altas horas de la noche indicaba que se trataba de algo importante.

Saori: - Dohko... Se que esto podría ser solo cosa mía... Pero presiento que algo está a punto de pasar.... Y se trata de algo grande... -

Dijo mientras lo miraba algo triste a los ojos, haciendo notar a Dohko que se sentía mal, pues a pesar de haber pasado por muchas cosas, aún era inexperta como diosa, aún no sabía regir el santuario y el ahora patriarca lo comprendía, por lo que sonrió de forma leve, para luego acariciar su cabello de forma leve.

Dohko: - Descuide señorita... Lo comprendo, si lo dice usted puede ser que se trate de algo importante, ¿Gusta que envíe a un par de caballeros dorados para comprobar que todo esté bien? -

Preguntó con una leve sonrisa en su rostro, a lo que Saori, mirando en otra dirección aceptó, a lo que Dohko sonrió para luego dejar de tocar su larga cabellera y hacer nuevamente una reverencia antes de retirarse.

Dohko: - Bien, así será señorita, y descuide, tal vez todo esté bien por esta noche, descanse... -

Se fue, dejando a Saori sola, quien se recostó nuevamente en cama, escuchando como enviaban a Camus y Aioria a vigilar, junto con sus respectivos herederos, quien tuvieron que ir por insistencia de sus maestros, pues querían que aprendieran algo de aquello y no sólo que se quedarán dormidos en su respectiva casa.
Sin embargo a uno de ellos no le había parecido bien aquella idea, pues el caballero Hyoga de Cisne se notaba un tanto molesto, cosa que Camus y Aioria pensaban, se trataba de que el, al igual que otros tantos caballeros de Bronce, le tenían odio a Ikki únicamente por ser hermano del "Traidor" Shun, más esto no parecía importarle al ahora heredero de Leo, quien a solamente permanecía en silencio, mirando a Hyoga de reojo, ya que no parecía importarle nada desde ese día, cosa que a todos les parecía extraño, más no lo cuestionaban al respecto.

La jornada transcurrió de forma normal, pues no había sonido alguno, a excepción de algunos grillos que cantaban cerca, además del sonido de algunas hojas que eran removidas de forma leve por el viento.
Por otra parte, en una mazmorra oculta en lo más profundo del Santuario, podía escucharse quejidos de dolor y agonía, se trataba de Shun, el anterior caballero de Andromeda, quien había sido aprisionado tras la traición hacía Athenea, el pequeño lucía bastante mal, su cuerpo estaba lleno de moretones y rasguños, además de que se allaba muy desnutrido, y su cuerpo era más delgado... Al parecer la vida no lo había tratado muy bien en ese lugar, en ese momento se allaba vomitando en una esquina de la habitación, esto ya tenía artos a los guardias, quienes no dijeron nada, ni tampoco se acercaron a él para ayudarlo, pues les daba asco solo verlo...

Shun no podía hacer nada, más que llorar, mientras su cuerpo se deshacía de la poca comida que había en su organismo, si es que a eso se le podía llamar alimento, aquello no era tan grave, le parecía normal al chico, quien estaba acostumbrado a que eso pasara de vez en cuando, más en aquella ocasión era diferente, ya que sentía un fuerte dolor en el estómago, esto sin contar que gracias a la poca luz de las antorchas del pasillo que conducía a su celda, no le permitía ver con claridad, como era que algunas manchas rojas se podían divisar en el vómito, necesitaba ayuda, más el peli verde guardó silencio, sabiendo que aún si pidiese ayuda, nadie iría a ayudarlo...

Los únicos que aún lo apoyaban y que sabía estaban dispuestos a ayudarlo no estaban por ninguna parte, más aún así, quería verlos, por lo que de forma leve, de forma casi inaudible, con la voz entrecortada, dijo.

Shun: - Se-iya... Qu-ie-ro... Ver... A... Seiya... Hy-Hyoga... Shi-Ryu.... -

Al oír aquello, uno de los guardias golpeó la reja con una lanza mientras gritaba molesto.

Guardia: - Ey! Callate! Eres un traidor, no tienes derecho alguno de exigir algo! Ahora callate! O haremos que te calles por las malas! -

Shun aun temblando continuaba pidiendo por sus "amigos" realmente quería y necesitaba verlos, por lo que miró al cuardia con lágrimas en sus ojos.

Shun: - Po-por favor.... Ne-Necesito... Verlos... -

El guardia ya fastidiado, tomó le dio un puñetazo en la cara, haciendo que Shun se alejara de la reja, para luego entrar a la celda, a punto de desatar toda su ira sobre el joven.

Guardia: - Tu lo has pedido traidor... Pensé que ya habías cambiado, pero me Temo que tendré que darte una lección nuevamente-

El pequeño se alejó, cayendo de espaldas contra el suelo, comenzando a retroceder a duras penas, haciendo que el cuardia sonreirá divertido, al verlo de esa manera y al oír sus suplicas.

Shun: - N-no por fa-favor.... N-no otra vez... -

El guardia sin piedad alguna, comenzó a golpear fuertemente al peli verde con un latigo que llevaba consigo, habiéndole un poco la piel con aquellos golpes, los cuales de la nada sesaron, al parecer se debía a que escuchaban ruido a lo lejos, algo que estaba ocurriendo afuera, cosa que hizo al guardia salir de la celda, y derrarla para luego salir a mirar lo que ocurría afuera, notando a lo lejos un fuerte viento, ocasionado por lo que parecía ser, el poder de la explosión de Galaxia, cosa que hizo preocuparse al guardia, quien alertó a su compañero para luego retirarse, dejando a Shun en el suelo, temblando, teniendo leves espasmos de dolor, mientras este pensaba, al oír una batalla fuera que poco a poco comenzaba a volverse más destructiva, que ese sería su final.

3: "El final del sufrimiento parte 1"

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora