Amor propio en peligro de extinción

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Al final van a tener la razón los que dicen que la juventud es la generación pérdida. Dejamos ir nuestros sueños porque nos dicen que no podemos llegar a ellos, dejamos que nos consuma el miedo a descubrir lo desconocido, nos martirizamos por no poder conseguir esa perfección que no existe,  mostramos nuestros defectos como si no tuviéramos virtudes, dejamos que muchos tengan poder sobre nosotros. Dejamos ir la dulce juventud por priorizar lo que esperan los demás de mi y no lo que yo espero de mi ser. Dejamos al amor propio en una jaula quedando en peligro de extinción. Y es que para poder abrir esa jaula hay que saber que la vida es un camino interminable pero no imposible.

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