Tempus fugit

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Luces de colores iluminan las calles anunciando la próxima llega de la Navidad, a la vez siento la brisa chocando con mi piel haciéndola erizar aún teniendo dos abrigos sentía como un frío atravesaba mis poros. Mis fosas nasales se deleitaban con ese olor a castañas y algodón de azúcar que provenían de  un puesto.
Sin embargo mi mirada se centra la plaza que tenía frente a mí, esta contaba con luces que formaban como una guirnalda que rodeaban el hermoso árbol central de la plaza pero mi atención no la tenía este, sino unos ancianos que su cabellera escaseaba de  lanosidad, su piel contaba con un rugosidad que el paso del tiempo había marcado, ambos contaban con una mascarilla y a dos metros estos me causan nostalgia al pensar que vivirán una Navidad lejos de su familia, personas vulnerables que ya hicieron uso de su dulce primavera, la bella juventud que ellos guardan en su memoria, una trayectoria de vida dura que ahora se ha visto marcada.

El Interior De Una Adolescente... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora