Tal vez piensen que decir que empezó la magia es demasiado pero literalmente para mi fue magia.
Estaba una noche durmiendo tranquila en mi habitación cuando sentí que alguien me acariciaba el cabello y me sentía extrañamente en paz, abrí mis ojos lentamente y observé que las manos que me acariciaban eran las de mi... ¿mamá? No era posible, ella ya no estaba terrenalmente, seguro estaba soñando.
Unos segundos después comprobé que aquello no era un sueño pues ella me habló, y como si supiera que estaba en shock me dijo con esa voz que hacía tanto tiempo no escuchaba.
-no, no estás soñando Lisa, estás en el llamado más allá pero no, no moriste, estás aquí porque el superior de este lugar---- decidió que podías venir a conocer dónde estoy yo-
Yo estaba en shock y al escucharla decir todo aquello lo único que hice fue abrazarla para comprobar, que yo estaba allí verdaderamente, ella me abrazó de vuelta y reconocí en su vestimenta ese olor que había sentido el día de su velación, era su olor y yyo no cabía en mi alegría y regocijo. Mi mamá me dijo al oído- ven, te mostraré el lugar en el que vivo desde que dejé la tierra- y pidiendo mi mano me levantó del suelo. Hasta ese momento no había detallado el lugar en el que estaba, todo era de colores cálidos y había ventanas que dejaban entrar una luz acogedora. Por primera vez allí abrí mi boca y dije con voz temblorosa - mami? - ella volteó con una acogedora sonrisa y dijo - que pasa cielo - - que es este lugar, esta habitación- ella sonrió y dijo como repasando puntos en su cabeza - esta es la sala de llegada a los Visitantes, las personas que como tú, se les fue concedido venir aquí y asegurarse que su familia fallecida estaba bien - yo quedé sorprendida ante aquello y le dije - no todos tienen permitido venir?- - no corazón- dijo ella - el superior solo trae a visitarnos a los que tienen las almas mas puras-
Caminamos en silencio hasta salir a un jardín con unas flores hermosas, también había un parque infantil y muchos niños chiquitos jugaban allí. Había unos seres hermosos, parecían ángeles que cuidaban de los pequeños. Mi madre iba saludando a mucha gente que yo no conocía y a todos les decía. - ella es mi hija, el superior la dejo venir a visitarnos- algunos de ellos me abrazaban y otros me daban palmaditas en la espalda.
Era tan hermoso ese lugar que sentía que no me quería ir nunca... entonces la vi, mi bisabuela estaba allí y con los ojos otra vez llenos de lágrimas mire a mi mami como preguntándole si podía correr a ella y con una sonrisa de las tanta ella asintió.....