Clan Wittsborg

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Me levanto sobresaltado sobre una cama mullida, entre sábanas muy suaves y rodeado del color rojo de unas paredes que pertenecen a la enorme habitación en la que estoy.

La figura del chico del ascensor me observa desde una silla frente a la cama, sonriendo.

— Ya te has despertado - dice.

— ¿Dónde estoy? - pregunto.

— Las preguntas te las hago yo, después preguntas tú, ¿te parece?

Lo miro y asiento.

— Primero, Axel, NeoSoul, amigo de los lobos, enemigo de los vampiros aun siendo un vampiro. ¿De dónde demonios has salido?

— No entiendo qué pretendes que responda - digo.

— Pues de dónde vienes, cuales son tus orígenes - responde.

— Te lo contaré muy resumido, nací con dos padres, no me hacían ningún caso, luego se suicidaron juntos, me quedé en la calle tras escapar del orfanato, allí conocí a mi hermano, Simmons, un chico de la calle, luego crecí, cometimos un atraco, me dispararon, me iba a morir, una vampiro me dió a beber de sus sangre, me convertí, hui de todas las familias, me hice aliado de los lobos y fui por primera vez al instituto.

Él asiente.

— Te toca - responde.

— ¿Dónde estoy? ¿Quién eres?

Él se ríe.

— Una pregunta por turno - responde, levantándose de la silla y sentándose en la cama, frente a mí, dado que la cama es enorme - pero una será recordar, así que te la responderé. Soy
Brady Wittsborg y estás en la villa Wittsborg.

Lo miro, confuso.

— ¿Quién? - pregunto.

Él me mira, ahora preocupado.

— Brady, te ayudé a huir de esos vampiros en el mercado - dice.

Lo miro, sin recordarlo.

— No sé de qué mercado hablas - respondo.

Él me mira y llama por teléfono a alguien.

— Sí, lo necesito en el dormitorio trece, y ya de paso traiga a los lobos, por favor - pide por teléfono.

Una vez cuelga me mira, serio.

— No me estarás tomando el pelo¿no? - pregunta.

— ¿Por qué iba a hacerlo? No te conozco Brady Wittsborg - respondo.

Él me mira, fijamente además de seriamente y se lleva una mano a la cabeza, sacudiéndola, como si le doliese por algo.

Por la puerta aparece un hombre anciano vestido con una bata blanca, igualito que un médico.

— ¿Los dejo entrar a todos? - pregunta el médico.

— No, sólo al que lo sacó de ése estado, el mayor - responde el chico.

Por la puerta aparece Sergei, que me mira, sin odio, por primera vez en la vida me mira sin odio.

Se acerca a mi lado y me da un puñetazo, haciendo que me lleve las manos a la cara para bloquearlo. Sigue siendo el de siempre, no ha cambiado lo más mínimo.

— ¡Idiota! ¡Has preocupado a Gared y a la manada!

Lo miro, con la misma mirada de odio que él me brinda.

— ¡Y tú desobedeciste las órdenes del anciano! ¡Intentabas matarme!

— ¡Eso no es verdad! ¡No podía matarte! ¡Lo sabes!

Sangre ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora