¿Lo dices en serio?

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Una semana más había pasado, seguía rondando en su cabeza aquella hermosa criatura de 3 meses que su nuevo amigo cargaba en brazos, tan parecido a él, tan angelical y con unos curiosos ojos del mismo color que los de aquel joven mesero.

Frunció el ceño tratando de encajar las piezas.

— Dijo que era su hermano menor... — Comenzó.

Mientras armaba todo en su cabeza, buscaba una libreta entre sus cosas para comenzar a anotar.

— Pero... Es demasiado parecido a él, muchísimo. — Hizo algunos garabatos en las blancas hojas, garabatos que solo él entendía. — Tiene 15 años, es de mi misma edad, ¿No es así? — Golpeaba la mesa con su lápiz de forma suave mientras pensaba. — Veamos... 3 meses, más los 9 meses de gestación... Son 12 meses, quiere decir, 1 año. — Escribió un número en su libreta, mismo que rodeó con un círculo para remarcar. — 14 años... ¡Oh Dios!

Fue a temprana edad, muy temprana edad, según Tanjiro.

¿Quien será la madre?
Él hablo de ella de una forma muy amable.

Sinceramente no me extrañaría que una los padres de unos jóvenes dijeran que es su hijo para encubrir a los mismos.

Giró sobre su misma silla de ruedas y se movió un poco hacia el frente, lo suficiente como para poderse subir a su cama él solo, con la fuerza de sus brazos se impulsó hacia el frente y se arrastró hasta quedar con su espalda pegada a la pared.

Pero... Es imposible que sea padre tan joven.

Suspiró, se había quedado sin explicación alguna para aquel hecho que le parecía curioso.

¿Es mayor que yo entonces?
¿1 año? ¿2 años?

Aún así... Es demasiado joven.

Cerro sus ojos e inhaló conteniendo el aire dentro de sus pulmones lo más que pudo hasta soltarlo.

Esperaba a sus amigos, pero no lo he visto hablar con nadie más en el salón, ¿Serán de segundo año? ¿Tercer año? Estaba caminando el dirección al departamento de segundo y tercero.

Hizo círculos con el dedo índice derecho en su muslo.

— Tanjiro, cariño, ¿Estás despierto? — Habló la dulce voz de aquella mujer que le dió la vida.

El pelirrojo levantó la mirada, puso su mejor si risa y le contestó con una amable voz.

— Si mamá, estaba a punto de dormir, ¿Ha pasado algo?

— No, solo quería desearte buenas noches, no olvides tomar tus medicamentos.

A veces lo olvidaba, sus medicamentos, aquellos que mitigaban el fuerte dolor de cabeza secuela de aquel trágico evento que le hizo perder la movilidad en sus piernas.

Suspiró mirando hacia el mostrador aquel botecito pequeño que contenía tales medicinas, un poco fuera de su alcance, pero no imposibles  de acceder a ellas.

— Si mamá, pasa muy linda noche, te veo mañana. — Respondió con un tono amable y tranquilo para no preocipar a su madre.

— Hasta mañana, cariño. — Unos pasos se escucharon, la mujer se alejaba del lugar hasta quien sabe dónde, probablemente a su propia habitación.

I'm here [ GiyuuTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora