Se le conocia como la chica perfecta en la escuela una chica de 10, la favorita de algunos maestros, la musica era casi el hecho de que siguiera con una sonrisa en la cara, claro junto el patinaje, el en cambio era todo lo contrario sobre todo por...
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La pelirroja se encontraba mirando su lápiz en clase, estaba tan sumida en sus asuntos que no se dio cuenta de las diversas y pequeñas criaturas amarillas que sobrevolaban y volvían locos a las personas que estaban en el establecimiento. No se dio cuenta de que estaba completamente sola ya que la mayoría de las personas que antes estaban en el salón había salido volviéndose completamente locos.
Tenía un montón de preguntas en la cabeza.
¿Qué tenia que ver esa familia con ella?
¿Por qué la mujer de la fotografía se parecía tanto a ella?
Esas y muchas mas preguntas eran las que la atormentaban cada vez mas. No noto como una de esas criaturas amarillas se metía en su oído, esto terminaría mal.
--Y tengo una última pregunta, ¿Por qué Cony no sabes nada sobre el pasado de tus padres? -- Cuestiono el señor Ulh
--¿Qué? -- Cuestiono la pelirroja completamente inaudible
--¿Porque no le haces caso a Jack? ¿O a la voz de la chica? ¿Qué estas esperando? ¿¡El final de tus días?!--
La pelirroja arqueo la ceja confundida. Miro a su alrededor dé repente ya no había nadie estaba sola, las paredes del lugar parecían más viejas a las que comúnmente veía.
Los escritorios a su alrededor estaban completamente destrozados. En todas partes se podían lograr ver unos grandes rasguños que al parecer los había hecho un animal, aunque parecían más que una bestia los había hecho.
Miro al frente encontrándose con Sabrina, esta estaba sentada en el escritorio mientras sonreía con malicia, en su mano llevaba una daga de color negro.
--Hola chica--Dijo la pelinegra
--¿Que esta...-- La pelirroja se interrumpió a sí misma
--Derrotaste a mi bestia, y a mi engendro, adivina que, ahora no te tocara pelear con algo haci, te tocara pelear conmigo--La de ropas moradas sonrio aún más-- Yo que tu correría ahora
La ojiazul se levantó de su asiento asustada, mientras mantenía la mirada en Sabrina quien solo se dedicaba a sonreírle y jugar con la daga que tenía en manos
Abrió un portal detrás de sí misma y entro en este, saliendo en otra parte de la rara escuela que se le presentaba a sus ojos, camino mirando hacia los lados, estaba demasiado paranoica ese momento.
La ojiazul sintió como choco fuertemente con algo, se tomó la parte afectada en manos mientras que por su oído salía la pequeña criatura amarilla.
