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— Bien, no se nada de ti — admitió Wyatt sentándose al lado de Isla.

Apenas había pasado una semana desde su ultimo encuentro, durante las clases de Lupin ellos pasaban desapercibidos, entraban después de todos y salían antes que nadie para evitar las preguntas de el. Esa mañana el profesor Flitwick había llamado a Wyatt a su oficina, pues como jefe de su casa estaba enterado de la tarea que le habían dejado en DCAO, mas no lo había visto salir de la sala común mas que para clases y entrenamientos de quidditch, tras explicarle que sus notas podían bajar y expulsarlo sin varita, este decidió acercarse a su compañera para ayudarla en lo que pudiera.

— ¿Quién dijo que podías sentarte Brown? — exclamo la tejona sin apartar la vista de el libro que leía en una banca del patio.

— Ustedes los hufflepuff deberían de dejar de pasar tiempo con los slytherins, se están volviendo igual de agresivos —.

— Si, bueno, ellos por lo menos me enseñan algo —.

— Uy perdón, estaba ocupando con cosas —.

— ¿Ah si? — lo miro interrogativamente — ¿Qué clase de cosas? —.

— Umm... cosas... — dijo nervioso — Como sea, ¿querías conjurar un patronus? Conjuremos un patronus.

Después de pensarlo un buen rato, ella termino accediendo, saco su varita y le pregunto que hacer, extrañamente el águila soltó una de sus características risas, y, para sorpresa de la tejona, le explico que la varita la usarían mas tarde, así que pasaron el resto de la tarde platicando un rato sobre su vida fuera de Hogwarts.

— Entonces, ¡¿Me estas diciendo que nunca has probado un algodón de azúcar?! —.

— Aja... —.

— Eso es un problema grave, les pediré a mis padres que nos envíen uno el próximo fin de semana — dijo una Isla decidida.

— Si tu lo dices — contesto Wyatt dirigiéndose al castillo — Ya es noche, debemos volver o todos pensaran que nos ceno el tal Sirius Black —.

— Espera — se detuvieron en la entrada — No se que te dijeron, pero de todas formas, gracias por escucharme, nadie me había prestado nunca tanta atención al hablarle — la tejona sonrió y se fue corriendo al gran comedor.

. . .

Pasaron los días y cada vez se hacían amigos, los demás la tachaban de loca por juntarse con el amargado, mientras que en los vestuarios del campo de quidditch se rumoraba que el quería algo mas que una amistad, y no se enfocaba precisamente a una relación amorosa seria.

— Brown, tienes a las chicas mas lindas con las familias mas poderosas del mundo mágico, ¿Y usas a una simple nacida de muggles que además esta en hufflepuff? — dijo el capitán del equipo de Ravenclaw.

— Por milésima vez, no quiero nada con ella, es mi amiga por extraño que parezca y solo le hago un favor ayudándola con DCAO — dijo Wyatt serio.

— Si tu lo dices —.

Mas tarde se reunió con su amiga la tejona, que sorpresivamente estaba molesta.

— ¿Es cierto lo que dicen? — hizo una pausa — Ya sabes, tus-tus verdaderas intenciones conmigo —.

— ¿Que? ¡Pero claro que no! —.

— Eso no es lo que dice Derrick —.

— ¿Le vas a creer a una asquerosa serpiente que solo te habla para pedirte las tareas de astronomía? —.

— Bueno, no me has enseñado nada acerca de como conjurar un maldito patronus y es mitad de noviembre, los TIMOS son en enero y solo se lo del examen escrito pero nada, ni una maldita chispa sale de mi varita al tratar de conjurarlo —exclamo una tejona enojada.

— Bien — dijo seriamente — Vamos al lago negro, te enseñare a practicarlo — sin mas, se encamino a su destino.

— ¿Qué hago? —.

— Piensa en algo que te haya hecho reír esta semana —.

— Fácil, el sábado por la mañana, ¿recuerdas? — Wyatt la miro confundido — Estabas con el equipo de quidditch entrenando y al querer tomar la snitch para ver si podías reemplazar a Chang caíste de tu escoba jajaja, fue demasiado gracioso — continuo riendo.

— No sabia que me prestabas tanta atención —.

— Solo por motivos de mi interés —.

— Bueno, repasa ese recuerdo en tu mente al momento de decir el conjuro —.

En ese momento algo grandioso paso, por primera vez desde la varita de la chica salieron chispas plateadas, lo que alegro a ambos estudiantes, a ella por lograrlo y a el por la causa de esto. Mas tarde ese día cada quien regreso a su sala común para prepararse para ir a dormir, ella pensando en el y viceversa, le conto a su diario sobre sus logros y el gran amigo que tenia, por la mañana haría galletas y se las entregaría al profesor Lupin agradeciéndole que le asignara a Wyatt para ayudarla.

Desde la sala común de Ravenclaw los chicos del equipo de quidditch seguían preguntándole a Wyatt sobre su relación con Isla, el negaba rotundamente que se gustaban, aunque el sentía un gran cariño interior por ella, era porque era su primera amiga de verdad en mucho tiempo.

. . .

Pasaron varias semanas de nuevo intentando conjurar un patronus, cada vez Isla avanzaba mas, el día antes de regresar a casa para navidad se encontraban ambos, águila y tejona, caminando por el patio de la escuela donde una particular conversación tenia lugar.

— ¿Iras a casa para navidad? —.

— Claro que no, no me emociona ver a mis padres pelear sobre si podemos usar magia frente a la familia o no, que no es que me importe mucho, siempre le hago bromas a mis primos muggles —.

— ¿Usas magia en casa? No se porque no me sorprende, con ese papel de chico malo que te cargas —.

— El chico malo no quiere que lo expulsen sin varita —.

— Bueno, en cualquier caso, esta es mi dirección, po-podemos practicar en algún rincón del callejón Diagon —.

Wyatt tomo el pergamino de Isla suavemente — Ni en vacaciones me dejas descansar de ti ¿eh? Te mandare una lechuza — dicho esto cada quien fue a comer y terminar el día con sus respectivos amigos.

Dicho y hecho, ambos se veían algunas veces en el callejón Diagon, tomaban un te y practicaban en algún edificio abandonado, se mandaron un lindo regalo de navidad, que aunque Wyatt no era experto en regalos, Isla valoro mucho la sudadera color negra con una margarita estampada en la espalda, su flor de nacimiento, ella en cambio le mando cosas relacionadas al quidditch.

𝐏𝐚𝐭𝐫𝐨𝐧𝐮𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora