𝐏𝐚𝐭𝐫𝐨𝐧𝐮𝐬

𝟑

Era una linda mañana de enero cuando Isla recibió una lechuza durante el desayuno en su gran comedor, como siempre, estaba ella sola, la carta era de aquel águila, decía que se verían donde siempre para sus lecciones de la tarde, y por que no, ir por un te caliente.

Ella sonrió ante la propuesta de su amigo, realmente cuando ella lo veía por los pasillos a lo lejos le daba un poco de miedo, pero al conocerlo se dio cuenta de que en realidad solo era una fachada para los demás, se alisto y tomo un autobús cerca de su casa hacia la parada mas cercana al caldero chorreante para dirigirse a uno de los edificios abandonados del callejón Diagon.

— Hola tu — dijo al ver a su amigo recargado en la pared de el que se convirtió en su edificio favorito durante las vacaciones.

Se saludaron y entraron, dentro había un viejo piano, probablemente había sido un intento de restaurante elegante, claro que los magos importantes preferían sus mansiones a ir a cenar a algún lugar del viejo callejón comercial.

— Antes que nada mira esto — dijo Wyatt, acto seguido lanzo una luz morada desde su varita al piano, que empezó a tocar una melodía agradable.

— Muy linda — se limito dando un soplido.

— ¿Sabes? No he podido descifrar el porque te es tan difícil crear un patronus, digo, pareces tan feliz que creí que te seria fácil encontrar un recuerdo fuerte —.

— Creo que, es porque no la paso muy bien en casa — se sincero la tejona — Quiero decir, no me quejo, me dan todo lo que quiero, en cuanto mis padres se enteraron que era bruja no dudaron en ir a Gringotts y hacer una cámara de galeones para mi, pero ese mismo es el problema, desde que voy a Hogwarts no me dan atención, cuando regreso a casa en vacaciones se van a trabajar y prácticamente me ignoran, tengo recuerdos felices en la escuela como cualquier persona normal, pero lo que mas quiero es una familia unida —.

— Bueno... de algún modo, conjuro mi patronus mentalizando todos los partidos de quidditch en los que he estado, incluso lastimado, tal vez lo que necesitas es caer de una escoba— ambos rieron un poco.

Ambos quedaron en silencio, no era incomodo, si no todo lo contrario, pasados unos minutos decidieron ir por algo de comer al caldero chorreante. Días después se encontraban en la estación nueve y tres cuartos para continuar con el resto del año escolar, entraron en un compartimiento vacío y hablaron de las bromas que Wyatt les había hecho a sus primos muggles antes de partir de nuevo hacia en castillo.

La cena transcurrió tranquilamente para ambos, hablando con amigos de sus respectivas casas y el como les había ido en las vacaciones de navidad, al día siguiente las clases transcurrieron normales, así como durante lo que restaba de la semana, llegado el primer fin de semana se encontraron de nuevo para practicar el encantamiento patronus, esto hasta la hora de comida porque este trimestre tendrían los TIMO's y nadie quería reprobar, por lo tanto los alumnos de quinto año pasaban horas en la biblioteca estudiando cosas que probablemente vendrían en dichos exámenes.

— Y bien, Isla — dijo Marie, una chica alta, castaña y de Hufflepuff, amiga de Isla mientras estudiaban un poco de pociones en la biblioteca.

— ¿Bien que? — respondió.

— Ya sabes, tu y el chico Brown, ¿Son novios? —.

— ¿QUE? Claro que no, solo somos amigos —.

— Bueno, los chismes dicen que te vieron salir con el durante todas las vacaciones —.

— El saber de chismes no es muy Hufflepuff de tu parte, pero no somos nada, solo me ayuda con lo del patronus, ya sabes, Lupin nos emparejo —.

— Vale —.

El mes de febrero fue tranquilo, salvo por las noticias de el fugitivo Sirius Black, dando paso a la llegada de una primavera tranquila, cada vez mas se acercaban los exámenes y nuestros protagonistas se veían cada vez menos, al llegar las vacaciones de pascua, Isla decidió ir a buscarlo, seguramente iría con el equipo de su casa a jugar quidditch, al llegar al campo solo encontró a unos cuantos de Gryffindor pero no a su amigo de uniforme azul, se quedo pensando "¿Donde estará?", después de meditarlo un rato se dio un golpe a ella misma, claramente debía de estar en la biblioteca estudiando, últimamente no salía de ahí, se dirigió hacia ella a paso veloz chocando de vez en cuando con alumnos de otras casas, claro que se detuvo a ayudar al profesor Flitwick que sin querer había tirado junto con los muchos libros que este llevaba.

— Hola querida, ¿buscas algo? — dijo la señora Pince en cuanto Isla puso un pie en la biblioteca.

— Alguien en realidad — contesto observando las mesas que alcanzaba ver mientras entraba, pasaron unos minutos hasta que dio con su pelirrojo amigo sentado en el alfeizar de una ventana que daba al campo de quidditch leyendo un libro sobre historia de la magia.

Sin apartar la vista del libro hablo — Me sorprende que no hayas venido aquí desde el inicio, vi como buscabas algo allá abajo, ¿Necesitas algo? — dijo el Ravenclaw.

—Ya casi no nos vemos, ¿quieres salir? —.

— ¿Habrá galletas? —.

— Que seria de mi sin ellas —.

Ambos salieron en dirección al lago negro, se sentaron a la sombra de un árbol y conversaron sobre como les había ido el ultimo mes y sobre las posibles carreras que ejercerían al terminar la escuela, como era natural, la ambición de Wyatt era convertirse en auror, para Isla, lo mejor era dedicarse a ser medimaga en San Mungo, así podría cuidar de que los aurores sanaran y no se volvieran locos como el famoso Alastor Moody.

— Medimaga... — observo el ojiverde — Cuando este a punto de morir pediré que tu seas la que sane mis heridas, si tu no puedes, nadie mas podrá, se que te convertirás en la mejor —.

— Ya soy la mejor — puntualizo — también imagino que después de varios años en San Mungo podría ser enfermera aquí mismo en Hogwarts, seria lindo —.

— No te vería con tanta frecuencia, a menos claro, que me den el puesto maldito —.

— Muy inspirador señor, pero se que no necesitaras ir a San Mungo nunca —.

Pasaron la tarde hablando del futro y sobre los incidentes de los años anteriores, imaginando como seria su vida fuera de las clases de encantamientos o de juntar puntos para su casa, era una encantadora escena, ninguno se esperaba nada mas que la felicidad del otro.

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Hola de nuevo!  Vengo a decirles que gracias al apoyo que le han estado dando a la historia, me encanta que les este gustando (sobre todo Wyatt) espero ir creciendo poco a poco.