Capítulo II

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•°sicilia, Italia. Medio día. Mansión principal de Vongola°•


En la oficina principal de la mansión, se encontraba un hombre de mayor edad sentado frente a un escritorio de roble donde ya hacian un par de documentos, una taza de te caliente y un plato con una rebanada de tarta, el hombre quien cómodamente en su silla leía un documento que tenía en su mano derecha mientras tarareaba una extraña melodía pero esta misma era relajante para sus oyentes porque ciertamente el hombre no estaba solo en aquella oficina, sus fieles guardianes, compañeros y amigos lo acompañaban en esa tarde tranquila.

El sonido de los toques a la puerta se hizo presente interrumpiendo su melodía

-Adelante-.

La puerta se abrió dejando a la vista a un hombre alto y porte elegante, traje negro pulcro y camisa anaranjada en tono suave, en su cabeza portaba una fedora negra con una cinta del mismo color de su camisa. Avanzo firmemente y con elegancia dejando ver el movimiento de sus características patillas rizadas.

Llegando a un metro del escritorio, reverenció levemente

-Mando a llamarme, Nono-sama-.

-Dejemos las formalidades querido amigo, este viejo ya no es tu superior-. El anciano dejo los documentos y le sonrió al de patillas señalando la silla frente al escritorio para que tomara asiento

-Sigues siendo un jefe mafioso aun si ya dejaste el puesto a tu sucesor Timoteo-. Se sentó en la silla cruzando sus piernas y retirando su fedora dejando a la vista su cabello azabache y sus ojos negro obsidiana- Además yo aun trabajo para ti, así que sigues siendo mi superior-.

El azabache sonrió al ver como el mayor suspiraba ante su respuesta

-Eso no puedo negártelo Reborn, aun si me retiro sigo siendo parte de este mundo-.

Asintió ante las palabras. Miró el par de hojas en el escritorio y como timoteo tomaba otro de esos dichosos papeles

-Pensé que al retirarte te irías a una isla lejana y te olvidarías del papeleo-.

-Y ciertamente lo hice viejo amigo, pero tanto tiempo en este campo hizo que mis años de vacaciones se hicieran aburridos-. Poso las hojas en el escritorio para después sellarlas con su firma en un perfecto manuscrito- Solo de vez en cuando ayudo a mi nieta con sus deberes-.

-Ya veo...-.

-Solo son un par de documentos y yo se los pido Reborn, no hay necesidad de que la hagas hacer una de tus tutorías infernales-.

-Cómo supiste que... Olvidalo-.

Ambos sonrieron por la situación

-Nono-sama-. Coyote, su fiel mano derecha llamo su atención, recordándole su objetivo principal

-Cierto, aunque quisiera charlar por un rato más, esa no es la razón por la que te mande a llamar Reborn-.

-Te escucho-.

Timoteo miro a sus demás guardianes entendiendo que se retiraran a excepción de Coyote puesto que uno tenía que quedarse con el capo mientras los demás lo cuidaban a distancia.

El mayor tomo su taza y bebió un sorbo soltando un suspiro de dichoso gusto

-Últimamente varias familias han estado en constante movimiento, mayormente las enemigas... Se rumorea que están persiguiendo algo de suma importancia, algo así como una fuente de poder-.

-¿Y eso en que mete a Vongola?-.

-La intuición a hablado-. Dijo coyote con seriedad

El pronunciar esas simples palabras hicieron que el azabache se pusiera serio, el pronunciar tan solo a la intuición Vongola significaba muchas cosas, una predicción que los beneficiaba en muchas formas pero tambien los alertaba de cualquier peligro hacia la familia

Guardián del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora