El final de la familia Belle

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Carrie se escondió en el closet, mientras escuhó la puerta de entrada ser azotada dos veces seguido de los llantos de su furiosa madre gritándole a George, se asomó un poco solo para ver a su madre llorando mientras le gritaba a su padre, aún acomodándose la correa.

-¡Acabas de destruir a esta familia!- Peyton le golpeaba desesperadamente el pecho, pero él la apartaba intentando tener la palabra.

-¡Peyton cálmate!

-¡¿Que me calme? No hay excusa para lo que has hecho!

-¡¿Puedes dejarme hablar por un segundo?! ¡Resolveremos esto!

-¡No! ¡No lo ''resolveremos"! ¡El nosotros se acabó! ¡No eres más que un mentiroso! ¿Pensaste en nosotros mientras tenías sexo con esa zorra? ¡¿Pensaste en tu hija?! 

-Me has forzado Peyton, soy un hombre y necesito de ello, y si no lo he podido conseguir contigo, lo iré a buscar a otra parte, pero amo a Carrie y estoy resentido por lo que he hecho.

-¡Eres un maldito! -Lo golpeó aún más fuerte y él detuvo sus manos- ¡Quiero el divorcio! ¡Quiero el divorcio!- Su voz se quebró y cayó al suelo llorando, George se agachó e intentó ponerla de pie, ella rechazó sus manos  y murmuró- Vete, George.

-No me iré Peyton, por favor...

-¡No me quedaré en este estado! ¡Quiero el divorcio! ¡Me llevaré a Carrie!- George apretó sus dientes con ira.

-No te la llevarás- Dijo él, conteniendo sus puños.

-¡Carrie!- La pequeña escuchó su nombre pero no se arriesgó a salir.

-¡No vas a llevartela Peyton!- Su grito la aterró y se levantó dispuesta a tomar a Carrie y escapar de aquel infernal lugar.

-¡Carrie!- dijo la apresurada mamá tomando algunas de sus cosas de la cama.

-¡Dije que no te la vas a llevar!-  George corrió hacia ella y la tomó del brazo fuertemente.

-¡George suéltame!- Ella intentó apartar su brazo pero él la apretó cada vez mas fuerte- ¡Suéltame me lastimas!

Peyton logró liberarse del ataque de su agresivo esposo, gritó de nuevo por su pequeña y él la empujó hacia la pared, Peyton lo miró asustada y le gritó varias veces que la dejase ir, él acercó su puño a la cara de Peyton y la miró rabioso.

-No sobrevivirás sin mí Pey, me necesitas- Peyton intentó no demostrarle miedo a pesar de que estaba aterrada.

-No te tengo miedo George, eres un desgraciado. ahora me iré, no me interesa cuantas veces me amenazes contra la pared, así nos divorciemos, Carrie nunca querrá estar contigo de nuevo, y me encargaré de que así sea.

-¡Maldición Peyton!- Gritó con ira y acto seguido golpeó fuertemente la pared- ¡¿Que debo hacer para que entres en razón?!

-Nada George, voy a dejarte, vamos a dejarte- se alejó de su apresamiento y tomó su valija.

George la miró furioso, conteniendo su instinto animal, en vano, corrió hacia Peyton y la tomó de la nuca, ella se aterró e intentó quitárselo de encima con sus manos, pero no sirvió; George la arrastró hacia la cama y la empujó hasta que cayó en ella, se puso sobre ella y agarró sus manos; pisó su mano derecha con su pie y al dejar su mano derecha libre, la puso en puño y le lanzó un golpe directo a la cara callando así sus gritos. Peyton, paralizada y estrupefacta por lo que acababa de pasar, no se fijó cuando George sacó su otra mano y le lanzó un golpe por el otro lado de su cara, luego tomó de su cabello y lo haló tan fuerte que obligó a Peyton a caminar con él intentando soltarse, Peyton cayó en el sofá, ahí, George tomó la escoba y la golpeó con ella, una y otra vez.

 Tras los agonizantes gritos de su madre, la pequeña sale del closet y observa con horror la desafortunada escena, Tras unos cinco o seis golpes; George se voltea sólo para encontrar la horrorizada mirada de su hijita.

-Carrie, vienes conmigo- Lanzó otro golpe a Peyton, éste la dejó inconsciente. Carrie, horrorizada, pensando que su madre estaría muerta, lanzó un agudo chillido, luego de esto, el timbre sonó, George se alejó de su esposa inconsiente y Carrie corrió hacia ella y sostuvo la cabeza de su madre en sus manos intentando despertarla.

George pasó la mano por su frente y soltó el ensangrentado palo de escoba, respondió con una voz calmada al timbre pidiendo un segundo, y cargó el cuerpo de Peyton a la cama, donde la cubrió con la sábana para hacer de que estaba dormida, Carrie, llorando corrió a su cuarto, George fué tras ella y le susurró.

-Carrie, quiero jugar contigo, ve acuéstate- Carrie temblando se arropó en su cobija- Jugaremos un juego llamado Escóndete del ogro, debes taparte con tu cobija y guardar silencio, no hagas ni un solo ruido- Carrie temblorosa asintió, el timbre volvió a insistir y George se quitó su pantalón, quedando en camisa formal desabotonada blanca y unas bermudas azules, despeinó un poco su cabello y atendió a la puerta. Estaba ahí su vecino Frederick, que había escuchado el llanto de Carrie durante un buen rato y ya se había puesto a descartar la idea de que era un regaño de sus padres.

-Frederick- dijo la calmada y nerviosa voz de George- Perdone el ruido, Carrie no quería irse a dormir y temí que despertase a su madre.

-¿Está todo bien? Creí escuchar un grito de su mujer...

-Oh si si, usted sabe, estrenando la nueva casa- Guiñó el ojo- Y allá está, finjiendo que nada pasó, ¡Vamos Peyton, sal! Es Fred- Hizo de que le gritaba a Peyton, pero no se oyó respuesta alguna- Oh que penosa.

-¿Quién lo diría?- dijo la relajada voz del viejo- Pensé que Peyton era un angelito, ja. George parecerá loco, pero creí que tenías una aventura con la señorita Lee- George lanzó un suspiro.

-¿Sabe? Ella es muy hermosa, pero usted bien debe saber lo preciado que es un matrimonio, y tal vez le haya coqueteado un poco, pero amo a Peyton señor- Frederick, sabio con las palabras del magnate, sonrió y afirmó.

-Tienes razón Belle, aunque el matrimonio te quite cierta libertad, no hay nada más placentero que el beso matutino de tu esposa, lamento mucho haberte interrumpido- guiñó el ojo- Buenas noches George.

-Igual para usted Señor Frederick- le habló por el pasillo mientras el viejo se alejaba.

Carrie lloró durante un buen rato, antes de quedarse dormida entre las sábanas.

(***)

La pequeña se despertó para sentir el horrible olor de su medicina para los raspones, caminó hacia la cocina y asustada y nostálgica vió a su padre, curando con un algodón lleno de medicina, las heridas de su madre; la cual estaba sentada, inmóvil, temorosa por el anterior comportamiento de su esposo, había perdido el brillo en sus ojos y su mirada estaba muerta, mirando hacia un solo punto, habían unos cuantos moretones en sus piernas y brazos, su labio estaba roto y su moretón en la frente horriblemente inchado pero mostrando signos de recuperación ante aquel algodón medicado. George miró a Carrie y le habló con alegría.

-¡Carrie cariño! Ven cielo, el desayuno está en la mesa- dijo y se sobó un rasguño en la cara.

Peyton fingió una sonrisa y con su labio palpitante le habló a la pequeña con su voz quebrada.

-Buenos días princesa.

Carrie murmuró unos buenos días y se acercó a la mesa, donde no podía perder de vista la traumatizada mirada de su madre, la pequeña terminó su desayuno y se marchó de la mesa.

Mi amiga la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora