Ojo con la Tormenta

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[PRÓLOGO]

Un otoño como cualquier otro, Bokuto caminó con su bebida caliente en mano por el patio de la Academia Fukurodani.

 Como cualquier otro otoño, abrigó su corpulento cuerpo con ropa de invierno, siempre precavido antes de ir a ver a su amigo Akaashi a su salón.

Un otoño no muy diferente a los anteriores, pues afuera llovía torrencialmente, haciendo que sólo él caminara por los pasillos techados que conectaban diferentes edificios.

Un quejido junto a un chapoteo de cosas sonó sacándolo de su tranquila burbuja. Se preguntó si tal vez era prudente dejar a su amigo esperando mientras él veía de dónde venía aquel estruendo.

Se subió la capucha y corrió bajo la lluvia en dirección a la parte trasera del edificio. Sus chapoteantes zapatos se mojaban con los charcos de agua, entrando a su calcetín. Aún así, no se detuvo y giró hacia el jardín del club de flores.

En el suelo, una persona con capucha, mascarilla y jeans negros rasgados se había sentado en el barro, pareciendo como si no hiciera ningún esfuerzo de levantarse. A su alrededor, un rastrillo, una cubeta y más cosas de jardinería estaban tiradas en el suelo como si fueran esparcidas de tal forma adredemente. 

Bokuto se acercó lentamente, dándose cuenta que cada vez que se acercaba, podía notar que su cuerpo se hacía más menudiento y débil.

- Pequeño, ¿estás bien? -Preguntó tendiendole una mano- Deberías levantarte, hace mucho frío acá afuera.

No respondió pero notó que de sus ojos hinchados y oscuros brotaban un par de lagrimas. Su cuerpo temblaba de cabeza a pies por lo que podía observar. Se concentró en sus piernas que a medida que el pantalón apretaba, daba en cuenta que sus muslos no eran algo que había visto en ningún hombre. Tan femeninamente formados y delimitados.

Se sonrojó un poco y volvió a pensar en que era un chico. No debía cuestionar su cuerpo.

- Bueno venga -Se agachó y lo tomó del brazo- Te llevaré a enfermería, estás mojadisimo. 

-...- Asintió cooperando.

- ¿De qué salón eres? -Preguntó viendo que probablemente tenía la misma estatura que la carnada de Karasuno- Debes ser de primero o segundo, ¿no?.

- Sí, segundo... -Dijo con tranquilidad, pero de un momento a otro, quiso soltarse de sus brazos con desesperación.

- Venga, venga -Lo apretó con más fuerza- Quédate tranquilo. 

Volvieron a los pasillos techados, pero aún así,  él no lo soltó de su agarre hasta llegar a enfermería. Sus piernas y manos temblaban, eran tan delgadas y pequeñas como las de una chica y su calzado probablemente era unas tallas más pequeñas que la de él.

Quitó ese pensamiento y lo sentó en una silla de plástico. Ambos se bajaron la capucha dejando ver sus cabellos. Por lo que notó, tenía cierto parecido a Kenma de Nekoma, sólo que el de él era completamente oscuro y se formaban algunas ondas en algunas secciones.

- Chico, deberías quitarte la ropa -Se acercó a él rápidamente desabrochando su chamarra aunque él solo oponía resistencia- ¡Vamos!, ¡te enfermarás!.

Su débil cuerpo no pudo contra el de él, a pesar de luchar con todo su cuerpo, sólo apuró el proceso bajando la abrigadora tela por sus hombros hasta el antebrazo. Dejando ver su piel y ropa interior.

- ¡PARA! -Gritó pegandole en la entrepierna.

Bokuto esquivó a duras penas el golpe, pero se sintió realmente estúpido por lo que acababa de hacer. Gritó algunas palabras no muy entendibles y salió corriendo de la enfermería, dejando sola al chico. 

Las Flores de Bokuto 🌼 (Haikyuu)  PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora