impredecible.

Capítulo 1.5

"Si el destino es difícil de comprender, desearía poder amarte por siempre, ya he probado de este mundo agridulce, pero nada es mas bello que la puesta de sol que vi contigo..."

Había pasado una semana desde aquel acontecimiento. Kyo había despertado su sexto punto espiritual pero no lo había activado, ni unido a los demás, lo había despertado de forma brusca hiriéndose a sí mismo, su energía aún seguía descontrolada, pero Iori se encargaba de tenerlo bajo control. Aunque no sabía cuánto tiempo podía controlarlo. Lo que ahora preocupaba a Iori eran las heridas en las manos de Kyo. Los ángeles de la corte suprema celestial ya se habían enterado del suceso, realmente no culparon a Iori, pero si le advirtieron tener más cuidado, más ahora que...

La misión primera que le fue otorgada fue la de cuidar y guiar a Kyo, ayudarlo a despertar los siete puntos espirituales, después, ayudarlo a controlar su energía, entrenarlo, esa era la misión. Sencilla. Pero ahora las cosas habían cambiado, Iori sólo se encargaría de activar y unir los siete puntos espirituales. La corte suprema celestial había decidido que un ángel de nivel superior se encargaría de hacer el demás trabajo, ¿Por qué fue el cambio? Simplemente porque Kyo no era un santo que dirigiría ejércitos de ángeles, no era un ángel estratega, al final, resulto que Kyo era un santo mártir. Un santo destinado a ser sacrificado. Los ángeles superiores eran los encargados de entrenar a los santos que eran mártires.

Iori había escuchado las palabras de los ángeles que integran la corte suprema celestial, no se opuso, dijo que cuando Kyo este más recuperado, entonces se encargara de unir los siete puntos espirituales y después entregarlo al cielo. Los ángeles de la corte suprema celestial, no esperarían mucho tiempo, le exigieron que activara y uniera los siete puntos lo más pronto posible, aunque el cuerpo de Kyo sea herido en el proceso. De todas maneras, él era un santo mártir. Las lesiones serian lo que más obtenga en su nueva vida de santo mártir.

A Iori no le importaba realmente, después de terminar con esta misión, su castigo seria reducido y podrá regresar a hacer algunas labores de las que se ocupaba en el pasado, no como ángel exterminador aun, pero al menos podrá estar lejos de los humanos.

Cuando los siete puntos estén unidos, algunos ángeles de nivel medio bajaran para llevar a Kyo al cielo, de donde no saldrá nunca más, donde permanecerá prisionero hasta que su energía, su vida, se agoten, lentamente.

Siempre era mejor ser un santo orador, porque sus vidas eran tranquilas, orando todos los días para mantener estable y unificado el poder de los dioses, o era mejor ser un santo que dirige ejércitos de ángeles, porque sólo creaban estrategias para combatir a los demonios, cuidaban las fronteras entre el cielo y el inframundo, sus vidas eran largas siempre y cuando tengan ejércitos de ángeles que dirigir. Era bueno ser un santo orador, era bueno ser un santo que dirige ejércitos. Era bueno. Ser un santo mártir era soledad, ser prisionero, estar encerrado, ver como su energía se drena lentamente, ver escapar su vida en cada respiro, agotar su energía espiritual, estar solos, vivir solos, morir solos. Ser sacrificios que el cielo necesita.

Iori miró al castaño que permanecía dormido, pensó que probablemente este chico no volvería a sonreír como siempre lo había visto hacerlo, burlarse con sarcasmo de él, cuando sea llevado al cielo será un cautivo, pero, ¿Kyo permitiría eso? en este tiempo de convivencia entre ambos, había visto que Kyo no era alguien que se doblegaba, era arrogante, rebelde, no se sometía ante nadie, aun sabiendo que su fuerza no era competencia para sus enemigos, aun así peleo, sin su poder activado logro herir a los engendros. No, definitivamente Kyo no permitiría ser sometido. Pero el cielo no daba más opciones, el destino de Kyo estaba escrito, y aunque se oponga, no se liberara de las normas del cielo.