El trabajo

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En mitad del camino hacia el colegio, me he encontrado con Gabriela, estaba pensativa porque dice de que se ha enterado de que en su clase, alguien ha intentado quemar las mesas de la clase. (Bueno, para mí eso es lo normal, he oído cosas peores, pero, mejor no contarlas, además, Gabriela es un poco bastante paranoica). Aunque, a pesar de eso, la entiendo, yo tampoco quiero acabar chamuscada, bajo los escombros de mi colegio, eso está...

¡Clarísimo!

Yo, como persona buena que soy, porque no he roto ni un plato en toda mi vida 😈, la he intentado consolar.
Además, su vida cada vez se hace más complicada, ella es autista, pero, claro, a sus padres les da igual que sea discapacitada, además, sus hermanos no paran de meterse con ella y en el cole ni te cuento. Yo he intentado ayudarla, pero, hay un problema,....

LOS PROFESORES NO ME CREEN.

Bien, ahora me preguntaréis... ¿Por qué? Pues, es una historia que tiene su gracia, sobre todo porque soy yo la víctima 😅.

Hace mucho tiempo, una niña de mi clase llamada Rocío (mi enemiga mortal), vino un día con un abrigo estrafalario. Ella empezó a presumir delante de toda la clase de que era un abrigo de piel auténtica, pero, yo, (que parece que soy la más lista o algo así), me acerqué a ella y miré su etiqueta que ponía "piel falsificada" entonces, al verlo, se lo dije a toda la clase. Y bueno, aquí viene lo gracioso 😅, Rocío se lanzó sobre mí y empezó a pegarme, y yo, para defenderme, yo también le di una torta, aunque para que sepáis, lo que me hizo ella hacía más daño que lo que le hice yo, y bueno, como cualquier persona mimada y cuentista ella rasgó (a propósito) su abrigo y se puso a llorar. Entonces, la profesora vino y bueno, seguramente a los que os gusta ser rebeldes en clase sabéis lo que pasa después, que te riñen, horas y horas de charlas con tus padres, pagar el abrigo porque creían que yo lo había roto, (ya, lo sé, esa niña es despreciable), y cuando dije que yo no lo había roto, bueno nadie me creyó e incluso, me expulsaron quince días del colegio, ya...

¡Qué injusto!😤😠😡👿

Bueno, y por eso, creen que yo soy una mentirosa. Y ahora me preguntaréis... ¿Y los demás compañeros no hacen nada?

¡PUES SÍ, SON LOS PEORES COMPAÑEROS QUE HAN HABIDO EN LA HISTORIA!

¿Qué puedo decir? Es que es verdad.

Bueno, al llegar al colegio me despedí de Gabriela y entré en mi clase.
Desde la puerta se podía ver cómo mis compañeros de clase estaban corriendo de aquí para allá, gritando y alguno que se le iba la holla tiraba una fila entera de pupitres🙀.

¡En mi colegio todos están pirados!

Yo hice como si nada y saqué mis libros de mi nueva mochila.
Por un momento quise pensar en positivo porque aún no había visto la cara de Rocío.
De repente, alguien me llamó (¡wow! Cuánto tiempo he tenido en pensar en positivo 😒), era Alfredo, el más listo de todo el curso, a veces el es majo (a veces), y otras, bueno, es un muermo total 😴. Yo, me giré hacia él y le sonreí.

– Hola Alfredo, ¿qué pasa?– pregunté.

– Hola, Ana, oye, ¿sabes cuándo va ha venir la profesora? Es que no me puedo concentrar en mis estudios, porque ahora todo el mundo no para de gritar– explicó Alfredo.

– Pues, no, no se cuándo va a venir la profe– le contesté.

El asintió con la cabeza y se fue.
Bueno, en ese momento, mi mente estaba en una fiesta o algo así, porque no paraba de sonreír, y tenía una canción en la cabeza...

¡Qué me estaba dejando loca!🎉

Estaba a punto de levantarme y ponerme a bailar, pero, en ese momento, entró a la persona que más quiero en el mundo 👿...

¡Rocío!👿

Al verme en las nubes, ella sonrió malvadamente y se fue al "pupitre social". ¿Qué es el pupitre social? Es el pupitre, donde todas las chicas populares de la clase, se agrupan y hablan de "sus tragedias".

De repente, como todos los profesores del mundo, aparece la profesora sin aviso y entra en la clase y cómo no, empieza a gritar, y bueno, su grito se oyó por todo el pasillo del curso.

Después de media hora escuchando el sermón del día, la profesora finalizó su sermón diciendo:

– Estáis castigados sin recreo–.

¡Qué magia!😡

Bueno, así se quedó todo.

A la hora del recreo, Gabriela se juntó conmigo, bajando las escaleras.

– ¿As oído el grito que se ha producido a primera hora de la mañana?– preguntó Gabriela.

Yo, sonreí e intenté aguantar la risa, pero, me fue muy difícil y Gabriela sospechó de mi comportamiento.

– ¿Qué pasa?– preguntó Gabriela.

– Es que, la profesora nos gritó a nosotros– contesté.

Gabriela, se tapó la boca con las manos, para que no se le notase que se estaba riendo (aunque se notaba😂). Yo, empecé a reírme, porque me daba tanta gracia...

Durante el recreo, sólo he estado hablando con Gabriela sobre la historia graciosa que os conté antes.

Después de tanta charla, se terminó el recreo y tuvimos que volver al trabajo y estudio 😴.
Al llegar a clase, la profesora, tan siniestra como siempre (es que nadie sabe nada sobre ella, ni siquiera su nombre porque nunca lo ha dicho).

– Hola, chicos, hoy vamos a empezar con un trabajo, tenéis que hacer una obra de teatro sobre los siguientes temas...– dijo la profesora.

¿Os he dicho que esta profesora es de religión? Bueno, si no os lo he dicho, ya los sabéis

– Sobre el nacimiento, la pasión y resurrección, con todos los diálogos que dicen y para qué podáis ensayar lo podéis hacer en el patio o el jardín– dijo la profesora.

Todos los niños de la clase gritaron de felicidad.

– Pero es en grupos y os los voy a decir yo. El primero va a ser del nacimiento, que van a ser Ana López, Rocío Zamora, Guillermo Sánchez y Alfredo García– dijo la profe.

¡Genial!😱

¡Qué horror, ahora, voy a tener que hacer un estúpido trabajo con la gente que más odio! (Bueno, no toda la gente).

– Bueno, vosotros váis a tener que buscar información sobre el nacimiento– dijo la profesora.

– Pero, somos muy pocos– dije.

– No, sois cuarto, tres para los personajes San José, la Virgen María y el niño Jesús y luego uno será el ángel y además, podéis repetir– explicó la profesora.

La búsqueda del tesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora