Capítulo 11: Decisiones y tragedias

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Rider se detuvo mientras subía la escalera, su Master y aliados le imitaron y esperaron expectantes y temor las palabras del Servant.

—Master, encontraremos un cadáver en la escalera, es resiente, debería ser cauteloso—hablaba indiferente, mientras Saber levantaba la espada invisible, observando el bosque que rodeaba la escalera, arboles manchados levemente con el blanco toque del invierno

Shirou tragó saliva, esto era algo que tenía que enfrenta una vez más, la razón por la que lucha, lo que no debe volverse a repetir. Aceleraba el paso.

Shinji puso los ojos en blanco antes de gritarle a su Servant.

—¡No me des ordenes!—Desde ese momento comenzó a caminar con cautela y mirando aterrado los alrededores.

La noche era tan oscura y los copos de nieve caían ocultando todo color, llenando de nieve las frías escaleras, que parecían eternas, cada paso llevaba a ningún lugar, cada paso era igual, el camino no terminaba.

Shirou no sentía el avance mientras su cabeza le gritaba, le recordaba cosas de hace años, de personas que no logro salvar, de las personas que morirán.

El primer signo de avance en la eterna escalera fue el hilillo de oscuro líquido rojizo que creaba un camino macabro que se intensifica con cada escalón y se fusionaba con el hedor fuerte y repugnante de un cadáver resiente.

No se podía llamar humano. Era un cuerpo astillado e incrustado en la escalara del templo. Definitivamente era reciente como había afirmado el miembro más alto del grupo, la sangre y órganos aún estaban frescos.

Las reacciones fueron variadas entre los cuatros. La reacción más notoria fue de Shinji, quien vomitaba la cena después de un grito agudo ante el cuerpo que observaba. Era la primera vez que veía un cadáver y mucho menos unos en tal estado. Rider no se inmuto, solo permanecía atenta, Saber apretó los puños y arrugo levemente la nariz. Shirou caminaba sin vacilar hacia el cuerpo.

—Shirou, cuidado que puede ser una trampa.

Saber le llamaba, pero Shirou no se podía detener. Aunque apenas era reconocible entre la masa de carne, órganos y huesos que antes eran una persona. Algunos hubieran imaginado que el cuerpo fue destrozado por animales, pero Saber y Shirou podían decir que este no era el caso. No faltaba nada, todo el cuerpo estaba en el lugar, esparcidas por los alrededores. Existía un resto central, conformado por la mayor parte del cuerpo, perforados por múltiples heridas que dejaban casi una masa irreconocible, esa era la razón que órganos como los intestinos estuvieran desparramados salvajemente por los alrededores. El brazo izquierdo se encontraba a varios metros del cuerpo, como si hubiera sido cercenado por la fuerza que destrozo a la persona, era un caso parecido para la pierna izquierda. La parte trasera de cráneo habías sido hecha añicos, parecía que aún era reconocible. A simple vista era irreconocible, no podías saber que ropas llevaba o incluso la edad de la persona en un vistazo rápido, pero parecía que el rostro aún estaba por esto Shirou, manchándose las manos de sangre y sesos, giro levemente la cabeza para observar el rostro con el simple objetivo de conocer el rostro de la persona a la que le fallo.

Sus dientes rechinaron.

Le conocía.

(*)

Dos figuras observaban desde uno de los edificios más altos.

Archer miraba hacia el negro cielo con indiferencia, hubiera preferido poder observar las estrella y la luna, incluso observar el amanecer. A su lado, su Master miraba la ciudad con cierta hostilidad, como si estuviera en una cacería ante un enemigo invisible que escapaba de la red imaginaría que tejía, como si de una araña se tratara.

Fate: Hombre de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora