4-Carrera de perros
**Starrk**
Trago saliva al mantenerme quieto en la silla en la que llevo ya una hora aproximadamente atado y con los ojos vendados escuchando el silencio de mi alrededor. No sé si Soujun está en la habitación o ha salido, tengo la imperiosa necesidad de gritar, pero me muerdo el labio inferior en su lugar. Tengo que ser paciente, este entrenamiento es totalmente novedoso y nunca sé lo que esperarme. Llevo un mes así, sentándome en una silla atado durante varias sesiones, sintiendo las caricias de Soujun que han conseguido provocarme no solo erecciones instantáneas, sino eyaculaciones sin tocarme, sólo por el deseo de su roce. La gracia de todo es que solo me roza con sus uñas, a veces suave, otras más fuerte, por mi pecho, mis brazos, mi polla...y es el simple cosquilleo de la suavidad de las yemas de sus dedos y la expectación lo que creo que me hace correrme. Es increíble.
- ¿Soujun, estás? - al final rompo el silencio intrigado por llevar tanto tiempo esperando sin sentir sus manos en mi piel. - ¿Amo? -
-Estoy mirándote, Starrk- gruño levemente al ver que solo ha contestado al nombre de amo y puedo sentir como el roce de la ropa que lleva, seguramente un yukata como de costumbre, hace que mi piel se erice por completo.
-Es pronto para emocionarse, pequeño- siseo levemente de dolor al notar como me pellizca mi glande emergente por la necesidad de sus caricias. –Además, sigues siendo un cachorrito desobediente. Nada de llamarme por mi nombre de pila, perro-
-Sí, amo- susurro eso un poco a regañadientes y trago grueso al notar su aliento cerca de mi oído y cómo las puntas de su cabello rozan mi hombro desnudo sensualmente.
-Mucho mejor...me pones tan cachondo cuando me llamas amo con esa voz tan sexy que tienes...- gruño de placer al mismo tiempo que Soujun quita la venda de mis ojos de golpe para poder verle. Al principio parpadeo un poco acostumbrándome a la luz, pero enseguida poso mis ojos en él, viendo como me sonríe deliberadamente como de costumbre y se pone de rodillas entre mis piernas desnudas acariciándome los muslos.
- ¿Qué se te pasa por la mente ahora mismo, Starrk? -
- ¿La verdad? - trago saliva al ver sus ojos brillantes. –En la posición en la que estás, solo pienso en que me chupes la polla- Soujun ríe de manera maliciosa, aunque el sonido de su risa me parece lo más bonito que he oído nunca. Cuando se recompone, no tarda en hacerme jadear cuando sus uñas raspan con delicadeza mi polla que no tarda mucho en ir poniéndose dura.
-Me encanta. Es solo sentir mis dedos y ya te pones tan duro...- cierro los ojos dejándome hacer, disfrutando de sus caricias que hacen que mi polla se ponga como una roca hasta que siento su ausencia cuando se incorpora y va hacia la puerta de la habitación.
-No se te ocurra correrte. Veamos cuantos aguantas- frunzo el ceño con frustración al romperme la ilusión de que fuera a mamármela y no tardo en volver a verle con un plátano en la mano que me enseña agitándolo en la mano como un niño emocionado por un juguete. Dios....
-No me jodas...- noto como mi polla palpita reaccionando más a la presencia del plátano. Lleva obligándome a comérmelo casi todos los días, pero después de haberlo chupado él o habérselo metido en el agujero. Antes el plátano lo odiaba, no me suponía ninguna reacción, pero es verlo y ya lo asocio a Soujun, por lo que me pongo tieso enseguida.
-Mmm...el condicionamiento clásico nunca falla. Ya casi eyaculas con solo ver el plátano, ¿te imaginas que pasará cuando hayas adquirido la conducta por completo y con solo mencionarte la palabra "plátano" te corrieras? – no puedo ni pensar en ello cuando estoy al límite de correrme sin que me haya tocado. Verle como se pasea delante de mí, me duelen hasta los ojos de seguir sus movimientos, con los faldones de su yukata rozando deliberadamente mi polla ardiente y dolorida, tiesa y casi agarrotada por el tiempo que llevo sin poder satisfacerme. Dios...no aguanto más...
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"Perro fiel" (Spin-off)
FanficOscuro, salvaje, seductor...así era él y así le conocí. Bajo esa sonrisa de ángel, se ocultaba la cara del demonio. Me abrió las puertas de su casa y de sus piernas también. Ni en mis más remotas fantasías hubiera imaginado lo que ese hombre me ense...