Su cumpleaños seguía sintiéndose como una fecha que no valía la pena celebrar, pero era demasiado tarde para cancelar sus planes de salir a comer con Baek Hyun y Jong Dae. Además, incluso si lo hacía y ellos se mostraban comprensivos, su madre era la que sin duda comenzaría a preocuparse en exceso. No podía permitir que eso pasara.
—¡Felices veintidós, mi Se Hunnie! —Su madre entró a su habitación, mirándolo con una sonrisa y acercándose después a darle un fuerte abrazo—. Ay, has crecido tanto, pero no dejas de ser mi pequeño y querido bebé... —Dejó un beso suave en su mejilla y se apartó, sujetando sus manos un momento entre las propias.
—Gracias, mamá —le sonrió de manera bastante débil, pero honesta.
—¿Listo para salir?
—Sí —se soltó del agarre ajeno, volteó a verse en el espejo y terminó de acomodar su cabello rápidamente—. Baek Hyun y Jong Dae me llevarán a comer samgyeopsal* y después de eso creo que caminaremos un rato por un centro comercial, nada más.
—Me parece genial, cariño.
La señora Oh sentía un gran alivio al ver que su hijo estaba dispuesto a salir y hacer algo por su cumpleaños en vez de sólo quedarse encerrado en su habitación. Se Hun alcanzó su teléfono celular para avisarle a sus amigos que pronto estaría en camino hacia el restaurante que habían acordado y así salió por fin de su casa.
—Volveré temprano —le prometió a su madre antes de cerrar la puerta principal.
Antes de tomar el camino correcto, volteó hacia donde estaba el hogar de Lu Han, recordando que éste le había dicho que se encontraría ocupado el doce de abril, pero que tendría listo un obsequio para él al día siguiente. Sonrió, apneas sintiéndose capaz de esperar con paciencia para saber de qué se trataba.
La comida con sus amigos fue bastante agradable, le dieron un descuento especial por poder demostrar con una identificación que estaba festejando su cumpleaños e incluso le llevaron una rebanada de pastel de queso al final para desearle un feliz día con una simpática canción. Una vez que salieron del restaurante, Baek Hyun y Jong Dae revelaron cuál era su regalo para el más alto: un álbum edición limitada de su grupo favorito.
Se Hun se emocionó bastante y abrazó a ambos mientras agradecía una y otra vez, asegurando que eran los mejores. Guardó el álbum y se fueron al centro comercial más cercano para dar un paseo, entrando a algunas tiendas y viendo las vitrinas de otras, compartiendo a la vez un rato divertido entre bromas. A pesar de lo poco que le gustaba su cumpleaños, el castaño tenía que admitir que se la estaba pasando bien.
—Debería irme —dijo cuando empezó a oscurecer—. Le prometí a mi mamá que regresaría temprano a casa.
—Está bien —contestó el rubio—, yo también debería volver ya.
—Fue divertido salir con ustedes hoy —comentó el pelinegro.
—Lo mismo digo —asintió Se Hun—. Muchas gracias por todo, hablo en serio cuando digo que ustedes son lo máximo.
—Oh, por favor, ven aquí —Baek Hyun rodeó el cuerpo de Se Hun con ambos brazos y le dio un par de palmaditas en la espalda—. Feliz cumpleaños, amigo.
Jong Dae tardó poco en unirse a aquel abrazo, haciendo que éste fuera uno grupal y dándole también una felicitación al castaño.
Cuando llegó a casa, su madre lo sorprendió con algunos adornos, un videojuego nuevo y un pequeño pastel de frutas decorado con una barrita de chocolate en la cual se leía la frase Happy Birthday**. La señora Oh sabía que para Se Hun era muy difícil alegrarse en su cumpleaños, pero de todos modos se negaba a dejarlo pasar sin darle al menos un regalo así.
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Una buena dosis [HUNHAN]
FanfictionSe Hun estaba cumpliendo diecinueve años cuando perdió a su padre. Después de ese día, teme que algo en su interior haya quedado roto para siempre y que no pueda volver a ser él mismo. ⚠ PROHIBIDO COPIAR O ADAPTAR ESTA HISTORIA.