Cap 6 : Nabiel

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La llegada a un nuevo lugar en el cual vas a tener que vivir por un tiempo indefinido y no conoces nada ni nadie es algo que no suena muy bien para nadie, a algunas personas les pudiera incluso parecer algo emocionante, pero no era el caso de Nabiel.
Aquel día que lleguo junto a sus padres le había sentido muy incomodo la mirada de todos los vecinos viendo a su familia cargar con todos los muebles por la escalera del edificio y mas todavía cuando también estaban personas de su edad. La nueva escuela a la que iría tampoco le dio muy buena impresión, aunque la única razón por lo que sucedió esto era que no conocía a nadie y los compañeros de clases que le tocaron no se veían especialmente amistosos con el cuando se presento el primer día. Pero peor todavía era el edificio donde vivía, para Nabiel esto era la peor de sus desgracias. Había niebla en casi todo el edificio, por donde quiera que se pasaba se veia una niebla espesa que no dejaba ver casi nada cuando caminaba por las escaleras y los pasillos , además le daba un toque terrorífico ya que no se explicaba con que ciencia podia producirse niebla en un edificio cerrado y lleno de pasillos , además que afuera de este no había niebla por ninguna parte.
Nabiel salió por la puerta de su apartamento y se dedicó a dar un pequeño paseo por el edificio para corroborar sus creencias sobre que aquel lugar por lo menos a sus ojos no era natural y además también porque estaba aburrido de estar sentado mirando el mismo canal de televisión todo el tiempo.
Caminaba a paso lento por el  ya que aparte de la intensa neblina que no le dejaba ver bien el camino de por si no había mucha iluminación, la mayoría de las lamparas estaban rotas y las pocas que funcionaban no desprendían suficiente luz. A pocos pasos de el se encontró con una persona, un viejo por así decirlo, era de una edad bastante avanzada y estornudaba muy seguido. Estaba ahí arrecostado a una pared con un cigarro apagado en sus manos.
Nabiel quiso intentar pasar desapercibido pero no lo logro.
- Oye joven sabes que hora es? - le pregunta el viejo
- no tengo reloj- Dice Nabiel
- que importa si hay un montón de relojes en estas paredes. Pero no puedo ver bien que hora marcan -
Nabiel miro a las paredes, a parte de las puertas y la niebla que veía en los pasillos no veia mas nada ahí, y menos algún reloj en ninguna de esas paredes.
- ya los viste? - pregunta el anciano
- que?-
- Los relojes -
-No....no hay relojes en las paredes -
- como que no, están ahí, tampoco aguanto el sonido de sus TIC TAC es un horror, ojalá alguna vez los quite alguien.-

- bueno yo me tengo que ir señor - Dijo Nabiel apresurado
- ¿ Cual es tu nombre jovencito ?- pregunta el anciano
- Nabiel, y el suyo ?-
- Me llamo Steve pero me han llamado siempre como el señor Barner -
- vale-
Nabiel se fue sin despedirse.
Miro de nuevo a las paredes pero no vio ningún reloj, terminó callendo en la conclusión de que aquel hombre debía no estar muy bien de su cabeza, por así decirlo. Pero lo que no pudo explicar es que a pesar de no ver ningún reloj ,un leve, casi imposible de escuchar, un ligero TIC TAC se podía oír  de repente en sus oídos.

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