Troublemakers [Pausada]

Capítulo 4: Atrapadas

Ya es agosto. El verano se había pasado volando. Cuando me quise dar cuenta, ya había empezado el kínder con mi nueva mejor amiga Laura. Al parecer, el día que la sra. Johnson vino a ofrecernos sus galletas de bienvenida (que por cierto, estaban muy ricas) estaba de vacaciones, porque ella y mi mamá arreglaron para que Laura viniera a casa después de la escuela hasta que alguno de sus padres llegara del trabajo, ya que mi mamá trabajaba desde casa y nos podía "cuidar", por así decirlo. Pero hoy, Amanda se había tomado el día porque mi mamá tenía una junta muy importante en el trabajo o algo así, por lo tanto, al salir del kínder en lugar de ir a mi casa, fuimos a la de Laura.

Yo había ido pocas veces, generalmente íbamos a la mía. Estábamos en su habitación jugando cuando de repente dijo

-Ya me aburrí. Juguemos a otra cosa.

-¿Qué propones?

Ella se lo quedó pensando un momento hasta que luego dijo

-Tengo una idea. Sígueme.

Fuimos al cuarto de sus padres. Su madre estaba en la sala viendo televisión así que estaba vacía.

-Quédate vigilando que nadie entre. Yo me ocupo de todo.

Me preocupó un poco que dijera eso, pero le hice caso. Yo estaba de espaldas a ella sin saber lo que hacía. La sra. Johnson seguía mirando tele. Cuando me di cuenta que ella no vendría a la habitación y que Laura tardaba mucho, me di la vuelta para decirle que se apurara. Desearía no haber visto lo que vi. Laura estaba sacando dinero del bolso de su madre. Mi mejor amiga. Estaba robando.

-Laura, ¿¡qué haces!?-le susurré para que su madre no me escuchara y no sospechara nada.

-Tranquila, no es como si fuera una ladrona.-De hecho sí-Es dinero de mis padres, y según ellos es su obligación mantenerme, que creo que significa comprarme lo que yo quiera. Además, en algún momento lo iban a gastar, no creo que lo fueran a tener guardado para siempre.

-En realidad hay gente que ahorra.

-Bueno, mis papás no. Además, hice cosas peores.

¿¡Cosas peores!? ¿Acaso mi amiga era una criminal y no lo sabía? Su expresión tranquila en su cara me inquietaba.

-¿Qué clase de cosas peores?

Al ver mi cara de horror, ella rápidamente dejó el bolso (no sin antes tomar un billete de 20 dólares) y me miró tratando de calmarme hablándome pacíficamente.

-Oh, no es la clase de cosas que crees. Solo un par de travesuras.

-¿Cómo por ejemplo?

-El otro día estuve jugando con fósforos. No sé por qué dicen que son peligrosos, en realidad son muy divertidos.

¿¡Laura jugaba con fósforos!? Yo les tenía un miedo terrible y ella jugaba con ellos. Les tengo miedo porque en Año Nuevo, estábamos en medio del campo ya que mis abuelos tenían una casa allí. Mi papá tiraba fuegos artificiales y a mí me encantaban. De pronto me llamó para que prendiera uno. Yo fui alegremente y me dio un fósforo encendido. Tardé tanto en encontrar la mecha que el fósforo me quemó los dedos y yo como primer impulso lo tiré al suelo. Mala idea. Los pastos secos se prendieron fuego, aunque enseguida llegó mi abuelo con un balde de agua y lo apagó. Y encima de todo esto, yo sí había prendido la pirotecnia, pero estaba fallada y en lugar de salir volando por los aires, se quedó en tierra y explotó. Y fue tal el estruendo que el perro de mis abuelos (que no recuerdo cómo se llamaba) salió corriendo y me mordió. Y todo porque un maldito fósforo me quemó. Por eso les tengo como una fobia.

-Pero los fósforos apagados, ¿cierto?

-Nop. Tyler me enseñó a prenderlos. ¿Te muestro?

Tyler era el hermano mayor de Laura. Era muy irresponsable, pero era divertido y muy buena persona. Lo vi una sola vez, ya que estaba en la universidad y casi nunca pasaba por aquí. Solo para algún cumpleaños, fiesta, o cuando pasaba mucho tiempo sin ver a su familia.