Capítulo 11: Enferma

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Aquí vamos otra vez lunes (como los odio). Y lo peor de todo, estoy enferma. No, retiro lo dicho. Lo peor de todo es que por estar enferma no pude ir a comprar mi vestido para el baile. Por lo menos las chicas decidieron que vayamos a comprarlos el viernes (si es que mejoro), ya que ellas no iban a ir sin mí.

Odio estar enferma. Casi nunca me pasa, y cuando ocurre no lo disfruto para nada. Estoy así desde el viernes, Larry tuvo que retirarme de la escuela porque me sentía muy mal, la fiebre me había subido a los 40 grados y casi me desmayo. Ustedes estarán diciendo "suertuda, estás enferma y no tienes que ir a clases" pero para mí era todo un castigo pasármela en mi casa todo el día sin compañía de nadie. Y peor aún, lo que tenía era "sumamente contagioso" según el doctor, por lo que solamente mi mamá y a veces mi papá entraban a mi cuarto, para darme de comer y cosas así, aunque el sábado vinieron Emma y Sarah con barbijos a pasar el rato conmigo, y ayer Tim llegó con una deliciosa torta.

La verdad me veía fatal, toda la nariz estaba colorada como si me hubiera quemado con el sol (y además tapada por la enorme cantidad de mocos), los ojos vidriosos y rojizos me hacían ver como si hubiera estado llorando, y mi pelo... bueno, mejor ni hablemos. Estuve mucho tiempo en cama (literalmente), por lo que ni siquiera me preocupaba mi peinado. Desde que el médico me dijo que hiciera reposo no había cepillado mi cabello ni una sola vez. En conclusión, me veía espantosamente horrible.

Ya era la tarde, exactamente las 14:30. Hacía como media hora que las chicas habían salido de la escuela, por lo que ya podría mensajearlas. Lo sé, estarán pensando "¿por qué no les hablas mientras están en la escuela? Sólo tienen que ser disimuladas y ya." Ese era el problema. Ellas son todo lo contrario a "disimuladas". Además, el día que lo intentaron el profesor las había amenazado con quitarles los celulares y no devolvérselos. Sí, ya sé que no es nada muy exagerado pero para ellas sí lo es.

En fin, estaba tirada en mi cama viendo un maratón de Hannah Montana. Así es, tengo 16 años y aún así veo Hannah Montana. Estaba vestida con mi ropa interior y una remera un tanto larga que utilizo como pijama.

Miraba le televisión cuando de repente sonó el timbre. Yo no esperaba a nadie, sin embargo puede ser alguien que viene a dejar un paquete o algo por el estilo, o simplemente mi padre que otra vez olvidó las llaves dentro de casa.

Me levanté y me dirigí a la puerta principal. En el camino me iba sonando los mocos, ya que casi no podía respirar por la nariz. Llegué a mi destino y abrí la puerta. Para mi sorpresa, quien estaba en el umbral no era ni el cartero ni ninguno de mis padres, era Johnny. ¿Qué hacía él aquí?

-¿Esperabas a alguien?-me preguntó divertido mientras me miraba de pies a cabeza.

Un poco confusa bajé la vista hacía mi cuerpo y ahí entendí todo. Entre mi remera que era bastante traslucida y el hecho de que no tenía pantalones, mi situación pasó a ser un poco más incómoda y vergonzosa.

-Espera un minuto.-le dije cerrándole la puerta en la cara.

Me di media vuelta y busqué algo que me tapara un poco más. Encontré la bata (o salida de baño, como quieran llamarle). No tenía mucho más a mi alcance así que me la puse.

Ya mejor con respecto a mi atuendo volví a abrir la puerta. Johnny seguía ahí, esperando a que lo invitara a pasar o algo, pero como descortés que soy dije:

-¿Necesitas algo?

-En realidad vine a traerte los deberes de la escuela, ya que estás enferma y todo eso.-dijo mientras se metía en mi casa.

-Gracias, supongo. Ey, ¿quién te ha dicho que podías pasar?-espeté un poco molesta.

-¿Acaso no puedo?

-En realidad, no.

-Muy tarde.-mencionó mientras caminaba por la casa y la inspeccionaba.-Oye, ¿dónde es tu habitación?

-¿Por qué necesitarías saberlo?

-Para dejarte las hojas de los deberes en tu cuarto.

Probablemente si los dejaba en el salón o la cocina se quedarían allí, por lo que accedí.

-Arriba, primera puerta de derecha a izquierda.

Johnny subió por las escaleras casi corriendo y entró a mi habitación. Lo seguí y cuando llegué pude ver como él observaba cada esquina, cada detalle, hasta que vio el televisor y se dio cuenta del programa que estaba viendo.

Mis ojos se abrieron como platos al ver que Johnny miraba con atención el capítulo en el que Miley convence a Lily de que se monte en Blue Jeans, era uno de los episodios de la última temporada. Lloré cuando vi el final de la serie.

No pude descifrar la expresión en el rostro de mi acompañante, ya que la habitación estaba a oscuras (a excepción de lo que iluminaba la pantalla del televisor) y ninguno se molestó en encender la luz. Además, para colmo, el día estaba nublado, así que por más que abriera las cortinas la iluminación seguiría siendo escasa.

-¿Miras Hannah Montana?

-Em, sí.-dije sintiéndome humillada.

-Tranquila, yo también lo veo.-dijo apartando la mirada.

-¿Cómo dices que dijiste?-cuestioné sorprendida. Nunca me imaginé que un chico de 16 años con cierto nivel de reputación como Johnny pudiera ver esta clase de programas.

-Mi hermana lo mira todas las tardes.-dijo encogiéndose de hombros.-Un día vi un episodio con ella y me gustó, así que lo seguí viendo y me enganché.

A pesar de la oscuridad pude notar como sus mejillas se enrojecían levemente.

-Bueno, si no tienes nada más que hacer aquí, agradecería que puedas irte.-dije lo más educada y amable que me fue posible. No quería ser cortante con él, no ahora por lo menos.

-En realidad, hay una cosa más que tengo que hacer.-respondió mientras se me acercaba.

-¿Qué cosa?-pregunté confundida.

-Esto.-dijo para luego dejarme un fugaz beso en los labios.

Él salió del cuarto dejándome ahí parada. En cuanto reaccioné, me acerqué al barandal del primer piso.

-Sabes que te puedo haber contagiado, ¿verdad?-grité hacia la entrada, donde ahora se encontraba Johnny.

-Correré el riesgo.-gritó en respuesta para luego salir y cerrar la puerta.

Todo esto me resultó muy extraño. Primero, Johnny averigua donde vivo, luego me besa, y lo más raro de todo, ¿desde cuándo Johnny hace la tarea?

***

Nota de la autora: Holaa!! Espero que les haya gustado el capítulo :) Como habrán visto (o tal vez no), la novela está pausada. Esto va a ser temporal, así que quédense tranquilos. Esto se debe a falta de tiempo y de imaginación. Todo este tiempo que estuve sin actualizar fue porque hacía cosas de la escuela (ahora tengo dos semanas de vacaciones yey :D ) o porque salía con amigos (yo también tengo una vida). Además, tengo muchas ideas para la historia pero sigo tratando de encontrar la forma de unirlas D: . Bueno, ya no los aburro con mi vida. En cuanto la siga, prometo subir una semana de por medio, es decir, una semana si, otra no, y así. Si les gustó voten y comenten. Saludos!!

-Joy 

Troublemakers [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora