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El clima está bastante cambiante para gusto de Yoongi. En ese mismo instante, está usando un abrigo enorme de piel de oso que Taehyung le regaló el invierno pasado, mientras que también trata inútilmente de calentarse con un té de canela. Recién le echó leña a la chimenea y el fuego se mantiene agradable, pero no es suficiente para calentar la habitación; a través de su ventana, puede ver que ha comenzado a nevar y que Hoseok junto a unos cuantos pequeños corren a refugiarse en casa de Seokjin debido a una repentina ventisca que los sorprende.

No entiende cómo es que recién tres horas atrás el sol había estado brillando cálido y agradable (tanto que incluso el río de plata había fluido como si no tuviera la mitad de sus aguas congeladas) y ahora todo el mundo se está congelando de esa forma.

Jungkook le ha comentado esa misma mañana que se debía a Jimin, que cuando el omega sale a pasear el sol parece iluminar y calentar a todos con sus rayos, como si quisiera protegerlo. Yoongi, por supuesto, le ha explicado con calma que no es posible. Que el sol no puede estar cuidando así de Jimin.

Pero ahora, viendo el clima tan extraño, empieza a dudar de sus propias palabras, pues todo comenzó a cambiar precisamente cuando el peliplata regresó a casa para dormir la siesta después de un arduo día de trabajo. Racionalmente, lo sabe. El sol definitivamente no tiene preferencia por ese hombre, pero entonces... ¿Entonces por qué un rayo comienza a filtrarse por la ventana ahora que Jimin ha despertado y camina hacia él?

—Siento que dormí demasiado... —el omega sonríe perezoso, y se estira dentro de su abrigo de lana, disfrutando de la suavidad que siente contra su piel. Parece satisfecho por el corto descanso que tuvo, pues su postura es suelta y su rostro está relajado—Pero veo que no te has ido a cazar, así que supongo que no tardé.

El pelinegro asiente y deja su taza en la primera superficie plana que encuentra. Jimin está viéndolo fijamente y él, a pesar de ser el alfa, se siente intimidado y desvía la mirada.

—Como media hora, quizá debió de dormir un poco más y, Jimin, hoy hace mucho frío, ¿por qué no va a calentarse frente al fuego?—el pelinegro dice, olfateando discretamente el aroma dulzón al que ya se está acostumbrando. Odia admitir que a su animal interior parece gustarle demasiado y odia también admitir que tiene ese molesto sentido protector de alfa con el menor.

Jimin se balancea en su lugar y señala hacia las alacenas de la cocina donde finalmente hay más ingredientes que sólo carne o huevos. Esa mañana, Hoseok apareció con una gran despensa que cuidadosamente acomodó en el sitio por órdenes de Yoongi.

—Es que le dije a Jungkook que haría galletas con él—Jimin camina hacia la cocina y se asegura de que todo esté tal cual lo dejó antes. Revisa que cada uno de los ingredientes que escogió junto al menor se encuentren todavía ahí y que no le falte ni un solo huevo para la tarde que tiene planeada pasar con él—. ¿No ha llegado aún?

—Tal vez más noche, cuando pase la ventisca. No me gustaría que atrapara un resfriado.

— ¿Resfriado? ¿Eso es malo? —Jimin ladea la cabeza y arruga ligeramente el cejo, adquiriendo un gesto preocupado y poco común en él.

El lobo de Yoongi se alerta, levantando las orejitas ante el cambio de humor de Jimin quien, siendo así de ingenuo, pareciera venir de otro mundo.

—Sí, Jimin, ya sabe, cuando le da fiebre y le duele el cuerpo, ¿Acaso nunca se ha enfermado?

—No, claro que no—el omega se lava las manos y suspira pensativo. Yoongi podría creer que Jimin siempre medita antes de hablar—Soy un humano muy fuerte.

Luna de plata [Yoonmin].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora