CAPITULO 18

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La boya atada al sedal no se había movido ni una vez. La somnolencia invadía mi

conciencia mientras miraba la danzante luz solar reflejada por la las ondulaciones de

brillante agua del lago.

Bostece enormemente y enrolle el sedal. Solo un vacio anzuelo de plata al final brillaba

en la luz, la carnada que había colocado se había ido.

Más de diez días había pasado desde que nos mudamos al piso veintidós. Con el

propósito de conseguirnos comida cada día, elimine mi Skill de espadas de dos manos,

que había entrenado brevemente hace mucho tiempo, y lo cambie por el Skill de pesca.

Comencé a imitar a Taikoubou79 en la pesca. Pero por alguna razón, no podía atrapar

nada. Los puntos de entrenamiento ya habían pasado los 600, por lo que no esperaba

capturar nada grande, pero pensaba que por lo menos ya habría pescado algo hasta

ahora. En vez de eso, simplemente me pasaba día tras día desperdiciando los estuches

de carnada que compre en la aldea.

―Uff, esto es tan irritante...‖

Masculle mis quejas, arroje mi caña a un lado, para luego dejarme caer en el suelo. El

viento que se precipitaba sobre el agua era glacial, pero el abrigo que Asuna me había

hecho con su Skill de tejido me mantenía caliente. Asuna estaba todavía en el medio del

entrenamiento de ese Skill, aunque el abrigo no era tan bueno como la ropa de las

tiendas de los NPC. Pero como era utilizable y me mantenía caliente, no había ningún

problema.

Estábamos en ―El mes de los Ciprés‖ en Aincrad, lo que significaba que era Noviembre

en Japón. Aunque era casi invierno, pescar en SAO no tenía nada que ver con las

estaciones. Tal vez era simplemente porque use toda mi buena suerte en conseguir a mi

bella esposa.

Cuando pensé esto, mi ser entero se lleno con alegría, y una amplia sonrisa se esparció

por mi cara. Luego repentinamente, una voz alcanzo mis oídos.

―¿Cómo lo hiciste?‖

Di un rápido salto sorprendido y mire a un hombre parado allí al girarme.

Estaba envuelto en una abultada indumentaria, que incluía un sombrero con orejeras, y

tenía una caña de pescar en sus manos al igual que yo. Pero la parte sorprendente era su

edad. No importaba como lo mirara, parecía de al menos cincuenta años. Sus ojos detrás

de anteojos de metal mostraban la edad de un veterano. Entre los jugadores realmente

adictos de SAO, era extremadamente raro ver alguien tan viejo. En realidad, nunca

había visto siquiera uno antes. ¿Tal vez...?

―No soy un NPC.‖

Sonrió amargamente como si hubiera leído mis pensamientos, y luego lentamente

descendió por la colina.

―L-lo siento. Solo me estaba preguntando...‖

―No está bien. Es comprensible. Soy probablemente el jugador más viejo de aquí.‖

Sword Art Online Aincrad Volumen 001Donde viven las historias. Descúbrelo ahora