CAPITULO 25

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El aire está mezclado con numerosos olores.

Primero el hecho de que estaba vivo me conmociono.

El aire que fluía hasta mi nariz estaba trayendo abundante información. Primero vino el

picante olor del desinfectante. Seguido del olor de la ropa secada al sol, el dulce aroma

de frutas, y el hedor de mi propio cuerpo.

Lentamente abrí mis ojos. Por un momento, sentí como dos poderosos rayos de luz

blanca se incrustaban profundamente en mi mente, por lo que rápidamente los cerré

nuevamente.

Poco después, cuidadosamente intente abrir mis ojos de nuevo. Miles de colores

danzaron a través de mis pupilas. Fue solo entonces que me percate que había una gran

cantidad de líquido cubriendo mis ojos.

Parpadee en un intento de deshacerme de ello. Pero el líquido continuaba saliendo. En

realidad son lágrimas.

Estaba llorando. ¿Por qué? Había un profundo sentimiento de dolor y pérdida dentro de

mi corazón. Voces continuaban haciendo eco dentro de mis oídos, como si alguien

estuviera llamándome.

Entrecerré mis ojos por la fuerte luz y finalmente me las arregle para deshacerme de las

lágrimas.

Se sentía como si estuviese acostado en algo blando. Podía ver un techo sobre mí. Había

hileras paneles color blanco, a través de ellos entraba suavemente la luz. En una esquina

de mi visión, podía ver un aire acondicionado, que soplaba con un leve sonido.

Un aire acondicionado... En otras palabras, una maquina. ¿Cómo podía algo como eso

estar aquí? Ningún herrero podía hacer una maquina, sin importar cuán alto fuesen sus

Skill o Stats. Si lo que veía era realmente una maquina— entonces este lugar... —

No es Aincrad.

Me quede mirándolo. Mi mente se despertó completamente al pensar esto. Me apresure

a levantar mi cuerpo—

Pero mi cuerpo no se movía. No podía aplicar ninguna fuerza. A pesar de que mi

hombro derecho se levantara un par de centímetros, inmediatamente cayó.

Solo mi mano derecha consiguió moverse. La alce sobre mi cuerpo y luego la traje hasta

delante de mi ojos.

Por un momento no pude creer que este flacucho brazo fuese mío. No había forma de

que fuese capaz de sostener una espada con esto. Cuando lo inspeccione detenidamente

la blanca piel se veía enfermiza y tenía incontables penachos de vellos cubriéndola.

Podía ver las venas azules debajo de mi piel y las arrugas en las articulaciones. Todo se

sentía atemorizante, era tan realista, tan biológico que se sentía anormal.

En mi muñeca, un trozo de cinta mantenía una aguja en su lugar, tenía una larga

manguera conectada a ella como si fuese usada para inyectarme algo. Mis ojos siguieron

Sword Art Online Aincrad Volumen 001Donde viven las historias. Descúbrelo ahora