Capítulo 4. "Aún te amo"

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Naruto aún no lograba encontrar un trabajo, por lo que la mayor parte del día se la pasaba limpiando, entrenando o hablando con el abogado para conocer los avances del caso. -Me temó que el juicio tardara más de lo previsto, es complicado conseguir que todo el consejo de guerra se reúna en Konoha.

-¿No puede hacer nada mientras tanto? ¿Tiene que estar encerrado?

El abogado negó con la cabeza. -Créame que intente conseguir arresto domiciliario, señor Uzumaki, pero lo descartaron por el entrenamiento del sargento, temen que pueda escapar mientras sucede el juicio.

Naruto suspiró, agotado y frustrado, la impotencia era lo peor, no podía hacer nada para ayudar a Shikamaru y tampoco podía verlo. -Señor, si me lo permite, yo le recomendaría que se reuniera con los miembros del consejo-El doncel miró al varón de traje beige frente a él, invitándolo a que se explicara. -No voy a mentirle, señor, las probabilidades de que el sargento Nara salga libre de cargos son mínimas, lo más que podemos conseguir es apelar por una sentencia corta, 5 o 7 años máximo.

-No, es demasiado.

-Esa cantidad podría reducirse, si conseguimos poner al consejo o, al menos, a unos cuantos de ellos de nuestro lado.

El rubio aceptó que el abogado tenía razón, moralmente, él debería asumir la decisión de los altos mandos y regresar a su puesto mientras Shikamaru cumplía su sentencia, pero no podía. Lo quería, no supo cuándo, ni cómo pero el hombre se había ganado una gran parte de su corazón junto a su hijo. Naruto, simplemente no podía quedarse de brazos cruzados y hacer cómo si no hubiera sucedido nada. -¿Cómo puedo hacerlo?

-Yo le recomendaría encuentros casuales, una cena, tragos, golf, busque momentos y lugares donde los generales vean en un usted más que un subteniente, muéstreles a un buen amigo que resulta ser un esposo preocupado por el padre de su hijo.

-Conozco a los generales, dudo mucho que se compadezcan de un doncel preocupado, sobre todo cuando tienen una guerra que ganar.

-Tendrá que intentarlo.

El mismo día, Naruto contacto con algunos conocidos en la base del centro de Konoha, por fortuna, el capitán Ao aún lo recordaba y el favor que le debía, por lo que al día siguiente el doncel volvía a llevar el uniforme. -Issey, vamos o llegaremos tarde.

El doncel se levantó de la mesa para tomar su mochila, deteniéndose cuando vio a su papi. -¿Volverás a la guerra?

-No, solo iré a la base a ver a algunos oficiales.

-¿Fuiste convocado?-Tsunade salió de la cocina preocupada de que hubieran obligado al rubio a volver.

-Algo así.

Naruto tomó la mochila de Issey para irse juntos a la escuela. -¿Qué tal la escuela? Ya ha pasado un tiempo desde que empezaste, ¿te has logrado adaptar?

-Si, tengo algunos amigos.

-Me alegra escuchar eso.

-¿Volveremos a visitar pronto a papá?

-Bueno... No creo que sea pronto, estos días tendré el tiempo algo ajustado, pero... ¡Podemos escribirle una carta! ¿Qué opinas?

-Bien.

Naruto dejó al niño en la escuela, llamando la atención de otros padres y alumnos por la presencia de un militar en el colegio. Las personas se relajaron un poco al darse cuenta que sólo estaba ahí para dejar a su hijo. Hinata, por otro lado, se impresiono de ver al nuevo Naruto, lucía más alto, fuerte y maduro que el adolescente que se fue de Konoha hace 12 años, desvió los ojos al pequeño Issey, sin duda era su hijo, el cabello rubio lo delataba, aunque el tono del niño fuera más claro que el de su papi.

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