Los tiempos de guerra eran reconocidos como las más difíciles para una nación, especialmente para aquellos que tenían la desafortunada suerte de encontrarse en zonas estratégicas para las maniobras militares. En las fronteras que limitaban el territorio de Konoha con el de Amegakure, las personas que contaban con los medios abandonaron sus casas y se trasladaron a otras regiones del país donde estuvieran más seguro. Los pueblos fronterizos eran solo la sombra de lo que antes fueron, la mayoría de la población en el lugar eran principalmente soldados que estaban en constante movimiento y el resto eran los civiles que no tenían forma de comenzar una nueva vida en otro lugar o que simplemente temían abandonar la vida que habían construido en el lugar que ellos llamaban hogar. Tobirama había visto con sus propios ojos los locales de las tiendas cerrarse por falta de clientes y a la gente esforzándose por ganarse la vida mientras temían por otro ataque de extranjeros. La ciudad capital era todo lo contrario, un lugar donde la guerra solo infundía un miedo tenue, no los congelaba, ni tampoco los agobiaba día y noche, sin embargo, sabían que estaba ahí, pero simplemente no era asunto suyo. Anhelaba abandonar ese lugar lo más pronto posible, realmente él no habría puesto un pie en la ciudad hasta obtener la victoria si no sospechara de que Shikamaru Nara era un traidor que cooperaba con las fuerzas enemigas.
Si podía hacer hablar al topo, seguramente obtendría información crucial para adelantarse a los planes de Amegakure. Conocía perfectamente la reputación del Sargento Nara, inteligente y hábil para la estrategia, un hombre como él era seguro que sería tentado por los hombre de la lluvia para integrarse a sus filas. No estaba seguro de que fue lo que pudieron haberle prometido, dinero, poder o quizá protección para su familia, pero fuera lo que fuera había sido suficiente para conseguirlo. Por otro lado estaba Naruto Uzumaki, subteniente y esposo del sargento, si Shikamaru se había aliado al enemigo era altamente probable que el doncel lo hubiera seguido. En cuánto tomara la cabeza del topo su esposo rubio sería el siguiente.
Todos los generales estaban de acuerdo en que el sargento era culpable de insubordinación, cierto era que nadie lo podía negar. Pero no todos estaban convencidos de que Nara fuera un traidor, razón por la que llegar a un veredicto estaba tardando más de lo esperado. La nueva información que llego del frente lo cambio todo.
La misma mañana del juicio, cuando los rayos de luz apenas comenzaban a asomarse, una de las bases de las fuerzas de Konoha situadas en territorio de Amegakure se vio atacada por lo que los testigos llamaron "un golpe divino". De acuerdo con el testimonio de los sobrevivientes una ráfaga de luz cubrió todo el cuartel, incrementando su potencia de forma inesperada hasta que comenzó a quemarle la piel a las personas. Los desafortunados que estaban al descubierto perecieron por las altas temperaturas, los más afortunados que lograron cubrirse a tiempo sufrieron de quemaduras de tercer grado y algunos llegaron a perder la vista.
Todos quedaron horrorizados por lo que acababan de escuchar, si era cierto todo lo que les habían descrito, Amegakure poseía un arma que podría llegar a destruir el país entero. -Debemos atacar antes de que ellos lo hagan-grito el general A.
-Imposible, no sabes lo suficiente, si atacamos directamente sin ser conscientes del alcance de ese golpe divino, entonces solo estaremos yendo hacia una muerta segura-Contesto Mei.
-Tiene razón, estamos en una situación crítica, cada paso que demos a partir de ahora es crucial para nuestra supervivencia-Onoki hablaba con un tono neutro, a sabiendas de que no podía caer en la desesperación especialmente frente a subalternos. -Ah llegado el momento de ponerle fin a esta guerra, antes de que esto se salga más de control.
Tobirama se levantó de su asiento, captando la atención de todos los presentes. -General, permítame hacerme cargo. Al igual que usted, mis deseos son los de terminar con esto antes de que más gente inocente muera. Si me lo permite, yo personalmente me encargare de que eso suceda.
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Parte de mí
Fiksi PenggemarEl desamor puede llegar a hacerte sentir que tu vida ya no tiene sentido sin esa persona. Naruto, después de ser abandonado por su pareja y con un niño en camino, buscara la forma de seguir con su vida. ¿Qué decisiones tomara en el camino? Sobre tod...