La última palabra

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Han pasado los tres días, y Naruto ruega internamente no toparse con el chico de cabellos azabaches. Mientras se encuentra concentrado en el juego pasando el balón a sus compañeros. A esas horas de la mañana y como venía siendo una costumbre, entrenaban un poco con el equipo de Suna. Pese a ser las nueve de la mañana, muchos admiradores apoyaban con entusiasmo desde las gradas, tanto a su equipo como al rival.

Entrar y comenzar a jugar, nada mejor que eso, divertirse y relajarse. Olvidar por un pequeño laxo de tiempo los estudios. En otras palabras, amaba el Básquet. Con sus respetivos uniformes cada miembro se movía ágilmente por la pista brillante y poder tener la dicha de encestar otra vez. El conjunto para el equipo de Konoha, era de un short corto por arriba de las rodillas y una musculosa holgada con cuello de tortuga, la mayor parte de la tela era blanca con bordes rojos y negros en cuello y mangas.

El blondo escuchaba cada grito de la tribuna y uno que otro cartel deseándoles el triunfo. Solo era un partido amistoso, pero da igual para ellos, siempre esperaban que su equipo fuera el ganador. Gritaban las chicas emocionadas al verle saltar en el aire y encestar dentro del aro, mientras el sudor adornaba su cara y mojaba su musculosa pegándose a cada instante. Más el hecho cuando levantaba parte de su playera para limpiarse la traspiración del rostro y dejaba al descubierto su formado abdomen.

—¡Waaaa, Naruto, eres el mejor!

—¡Eres tan sexy!

—¡Mi amor!

Gaara rió acercándose a su amigo y posando una mano sobre su hombro izquierdo, observó a la tribuna fuera de control violando con la mirada al rubio ex doncel. Ya sabían la verdad por los rumores dentro de los pasillos y aún así, Naruto no perdía tanta popularidad como algunos pensaban, todo lo contrario; los donceles y mujeres lo amaban más.

—A este paso, tendrás a tu novia o doncel en cuestión de días.

—Como te dije antes, me he dado un tiempo. No me relacionaré con nadie hasta estar listo por completo-murmuró de mala gana.

—¿Cuánto más, Naruto? ¿Cuatro años no te parece suficiente?

—Ya, Gaara, no hagas que me enfade contigo-se apartó de su lado para empezar el segundo tiempo.

Al culminar la actividad deportiva, saludaron a sus rivales estrechando sus manos y agradeciendo por el tiempo brindado de su juego. Nuevamente Konoha había ganado. Los cinco miembros fueron al vestíbulo para darse un baño rápido en las duchas antes de entrar a la siguiente clase. Pero mientras su pelirrojo amigo iba con el resto, él permaneció sentado en una banca quitándose la playera y mirando detenidamente el piso con el torso desnudo.

—Hola, Naruto.

Levantó sorprendido el rostro topándose con la mirada negra de Sasuke, quien traspasaba la puerta con una botella de agua mineral. Este se acercó frente a él y estiró el brazo dándole a entender que tomara la botella.

—¿Qué haces aquí?-preguntó recibiendo el preciado liquido sin intenciones de agradecerle. Le quitó la tapa y comenzó a beber de ella.

—¿Qué hago? ¿No es obvio? Dije que sería tu amigo. Así que mi querido rubito...

El blondo escupió el agua a un lado y frunció el ceño con las mejillas lamentablemente para él, ruborizadas.

—¡No me llames así, idiota!-le empujó para atrás junto con la botella ya cerrada en su pecho, el moreno la tomó riendo procurando no tocar su mano.

—¿Te hice sonrojar? Debo decir que es hermoso en ti esa cualidad.

—Cállate-tomó una toalla y se acercó a la puerta que conectaba con las duchas.-Vete ya, Sasuke-habló dándole la espalda.

Doncel fallidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora