Dos

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Choi Minjae era rencoroso. Muy rencoroso.

¡Él era el atacante del equipo, sin él eran nada!, pensó su arrogante mente.

Pero le tenía más miedo al capitán del equipo, no importaba que tan alto es su ego, Min YoonGi tenía la facultad de mirarlo y reprocharle como si fuese una cucaracha sin neuronas.

Un sonoro golpe le propinó a su casillero de los vestidores furioso, aún humillado por un regaño tan estúpido frente a todos los jugadores y al entrenador. Las cosas no se quedarían así, miró su rostro en el espejo y sonrió de lado en una sonrisa maliciosa. YoonGi necesitaba una lección, sabía que atacar a su capitán sería una sentencia de muerte, sabía que no saldría vivo y no continuaría en el equipo si YoonGi lo descubría. Ese chico era misterioso, pero no importaba si existía alguien que podría darle información que pudiera ayudarlo y luego solo podía hacer un plan que perjudicara la reputación de Min aún más, tanto para que lo expulsaran del equipo.

Salió de los vestidores, colgándose el bolso de deportes en el hombro mirando desinteresado a su alrededor hasta que sus ojos captaron un cabello rosa esponjoso y su diablillo interior encendió una bombilla al lado de su cabeza.

Un empujoncito y todo saldría bien.

Lo que no sabía Minjae es que sus malvadas intenciones desencadenarían algo increíble...

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Minjae estaba recostado sobre la superficie plana de un café a unas cuadras de su universidad, esperando al informante gracias al cual pondría en proceso su plan.

Un chico pelinegro caminaba despreocupado, portando una sudadera con el logotipo de call Of duty en el frente, los auriculares del chico pelinegro cayeron sobre su hombro cuando los arrancó mirando a su cliente recostado en la pared.

Tarde Jk— reprocha Minjae cruzado de brazos.

El contrario se encoge de hombros con una mínima sonrisa.

—Las cosas buenas tardan en llegar.— replica.

Choi rueda los ojos y estira su mano.

—Trajiste lo que pedí — el pelirrojo asiente sacando su capucha dejando al vuelo sus cabellos rojos.

Rebusca en la parte delantera de la sudadera y le da un trozo de papel, parecido a una hoja de cuaderno

—Gracias por la información— el azabache le tendió un par de billetes al pelirrojo que se encontraba frente a él.

El chico los recibió con ojos brillantes.

—No crees que esta mal decir secretos de tu hermano.

El muchacho con sonrisa de conejito le dio una sonrisa ladeada.

—En la guerra y el amor todo vale hyung, además YoonGi hyung me la debe—contó la paga y se la metió a la sudadera negra que portaba—Fue un placer hacer negocios.

Murmura, Minjae lo mira irse.

Jungkook silba una canción contento, retorciéndose de la risa por haber conseguido dinero tan fácil por un par de mentiras escritas en una hoja, con diversión saca su teléfono del bolsillo trasero de sus jeans marcando al número que hará que todos se diviertan, incluso su hermano YoonGi.

Aló, ¿hyung?—

Kook cuanto tiempo, nos vimos qué ¿el fin de semana? Y ya me molestas de nuevo se queja el otro en broma, Jungkook se ríe.

Blank Space (Yoonmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora