Dando un portazo, JiSung exhaló frustrado, al borde de la locura. Estaba irritado, en realidad, lo estaban irritando.
¿Quién? Si JiSung tuviera más de dos manos, apuntaría a MinHo, echándole toda la culpa de su frustración y enfado. Él era el dueño de los pensamientos del pelinegro en todo momento, y aún por más que sacudiese la cabeza e intentara mantenerse distraído, por ejemplo de las clases del profesor Kim, no lo lograba.
Se podría decir que MinHo era el ombligo del mundo de JiSung a estas alturas.
Castigos, regaños, llamadas de atención; JiSung tenía que pasar cada una de estas cosas, y más, por mantener su mente en el estructural cuerpo de su mejor amigo en lugar de la realidad. Su penosa realidad, como él lo llamaba.
Y al llegar a su casa, directamente subió las escaleras en dos por dos escalones para luego encerrarse en su bendita habitación. Lanzó su mochila mientras se tiraba a su cama, enterrando su cabeza en la almohada, esperando que por arte de magia a esta le saliera una boca y se lo comiera. Algo raro, pero lo agradecería, ya que más que nunca deseaba desaparecer de la faz de la tierra.
Por más que dijera lo harto, frustrado, enfadado, y otras mierdas más, no podía alejar el precioso rostro de MinHo de su mente, y la idea de declararse también.
Indirecta tras indirecta, ¡¿qué más tendría que hacer?! No podía simplemente ir y besarle, bajarse los pantalones y mostrar su trasero para que él lo apreciara y supiera lo que se estaría perdiendo, o aparecer con lencería diciendo un sensual “Tómame” y allí mismo el mayor se riese de él. Todas esas ideas cruzaban los límites de JiSung, él tenía orgullo, bueno, aún tenía un poco de ello, y no lo tiraría por la ventana haciendo una de esas bizarreadas.
¿Y siendo directo de una puta vez? Seguía teniéndole miedo al rechazo, burla, y en los peores de los casos, que lo ignorara. Así que necesitaba nuevas ideas ¡Ahora!
Tres toques en la puerta fueron necesarios para que JiSung girara su cabeza a ver, evitando que se terminara asfixiando dándole vueltas constantemente al tema.
— Mamá, no molestes. — dijo, haciendo un puchero inocentemente.
JiSung estaba teniendo problemas amorosos y de seguro ella vendría a darle la típica charla o a avisarle de algo que no le importaba en lo absoluto. No se escuchó nada del pasillo, así que supuso que se habría ido; más equivocado no pudo estar cuando nuevamente la puerta fue tocada.
Bufando, el pelinegro se levantó de su cama para abrir la puerta.
«Hablando del rey de Roma...» pensó en el momento que abrió la puerta, dejando ver la sonrisa deslumbrante de su mejor amigo.
Por un segundo, la idea de cerrar y poner seguro para luego volver a tirarse a su cama a quejarse de la vida se le cruzó por la mente, pero MinHo fue más rápido que la mano de JiSung, entrando a la habitación de este.
— Me aburro en mi casa. — hizo un mohín, cruzándose de brazos mientras se dejaba caer sentado en la alfombra.
El menor sintió un hormigueo en su cuerpo, era demasiado aniñado y tierno. MinHo dejó de mirar a quién sabe dónde para dirigir sus ojos a su amigo.
«No, MinHo. No pienso entretenerte como un jodido payaso.» se mordió la mejilla interna.
— ¿Jugamos un video juego? — sugirió, con ojos suplicantes.
Pensaba negarse, estaba muy destrozado como para prestarle atención a un juego. Pero, como una bombilla recién colocada en un abandonado y oscuro sótanos, una idea lo iluminó. Sonrió para sí mismo, tal vez así alguna indirecta podría sacar. Asintiendo, JiSung prendió la consola mientras que MinHo elegía un juego.
— ¡Este! — voceó el castaño, entregándole el juego seleccionado al menor. El susodicho lo analizó y suspiró pesado al darse cuenta que era uno de pelea. A ver qué mierda se le ocurría con esto, sólo esperaba no meter la pata.
Ya puesto el juego y haber elegido los respectivos controles de colores, ambos se hayan viendo la variedad de personajes. JiSung miró de reojo al mayor, observando cómo este presionaba su lengua con sus labios sin despegar su atención de la pantalla. Al principio pensó que lo hacía a propósito, pero enseguida negó, el contrario no sabía nada de sus sentimientos. Volvió la vista al juego, sin saber a quién elegiría.
Rápidamente se percató que dos de los personajes masculinos llevaban casi la misma vestimenta, miró nuevamente a MinHo, esta vez analizando su ropa que, para sorpresa del menor, era también casi idéntica a la suya. El mayor llevaba una camisa roja con rayas blancas horizontales, mientras que él con una sola raya en cada manga.
— Esos dos llevan casi la misma vestimenta. — habló, con la voz temblorosa debido al repentino golpe de nervios que comenzaba a perjudicarle la garganta. — Parecen pareja. — se mordió el labio inferior. — ¿Te lo imaginas? Sería lindo. — musitó.
«Estúpido, estúpido, estúpido.» se maldijo a sí mismo por haber hablado.
Para su desgracia, MinHo sólo se encogió de hombros, indiferente, mientras elegía un personaje al azar. JiSung frunció el ceño, ¿y ahora qué haría? Con un estúpido juego de pelea no podía hacer ninguna comparación, pero por lo menos agradecía que no haya sido alguno de carreras.
¿Y si le insinuaba físicamente? Es decir, si hacia algún movimiento en vez de taladrarse la cabeza usado las palabras.
En tan solo pensarlo, hizo que un leve color carmesí invadiera sus mejillas.
— Quiero el control azul. — reclamó, girándose a mirar a MinHo, este alzó una ceja.
— Pero ya elegí a mi personaje. — se negó el mayor, cruzando sus brazos.
La escena era algo infantil, demasiado para ser sincero, pero a JiSung no le importó e inmediatamente se abalanzó encima del mayor con intenciones de “quitarle el mando”, quedando a pocos centímetros de su rostro. Vió cómo su nuez se movió, tragando saliva.
Y sin esperarlo, ya tenía el control azul delante de sus ojos acompañada de una mueca del castaño. JiSung lo miró confundido, agarrándolo.
— No hacía falta que fueras bruto, Jisunggie. — MinHo apartó al susodicho de su regazo, mientras se frotaba su dedo índice. — Me pisaste el dedo. — frunciendo el entrecejo, él se quejó.
— Lo siento. — fue lo único que pudo articular JiSung, bajando la cabeza. Lo había arruinado.
— Está bien. — tomando la barbilla del menor para nuevamente alzar su vista, MinHo le sonrió cálidamente, dándole a entender que se despreocupara. — Pero igual te partiré el culo. — rió mientras sacaba su lengua en forma de burla, y comenzado la partida.
JiSung puso los ojos en blanco, encontrando un doble sentido a sus palabras, que obviamente el mayor no lo hizo intencional.
— ¿Eres idiota o le tiras piedras a los aviones? — masculló el menor, sintiéndose avergonzado.
Definitivamente tuvo que haberle cerrado la puerta en la cara.
◞♡°
1140 palabras.
— Nanay.
ESTÁS LEYENDO
𝐘𝐎𝐔'𝐑𝐄 𝐒𝐓𝐔𝐏𝐈𝐃 ー minsung.
Fanfic╰─╮❛𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈;੭ೃ༉❜╭─╯ ˙·.( Donde MinHo no capta las .·˙( indirectas de JiSung. ꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷ minho ≡ top !! jisung ≡ bottom ¡¡ ꒰꒰ ❛ ❏ historia corta. ꒰꒰ ❛ ❏ vocabulario vulgar [mínimo]. ꒰꒰ ❛ ❏ adaptación autorizada de: okayvk ꒰꒰...