capitulo *2

115 12 3
                                    

La música de Cardi B nunca fue de mi gusto, mucho menos a un volumen tan exagerado y viendo una orgia en la escalera.

Estoy suspirando mucho, estoy estresado, no quiero estar aquí, es abrumador, no por ser hombre disfruto de ver a las chicas, que deberían de estar aprendiendo cosas de provecho, mover el trasero con aquellos mini shorts.

Bebí un sorbo de aquella bebida de frutas, ligeramente alcoholizada, sintiendo como cada gota entra hasta llegar a mi garganta y recorre mi sistema digestivo, eso pasa cuando tengo hambre.

Tuve que dirigirme a la cocina por algo que saciara mi apetito, debía haber algo de fruta, por lo menos. Necesito avena, eso siempre me pone feliz.

--¿Hambriento, conejo?

Conejo, Madeleine solo me decía así cuando estaba nerviosa, o ansiosa, además, creo que siempre tuvo un conflicto con que yo sea vegano, no le cabía en la cabeza que alguien pudiera vivir sin productos de origen animal.

--Hola, Mad ¿Qué hay?

--¿Te estas divirtiendo? —Balanceo. su mano hacia adelante y arrugo la nariz, ella estaba nerviosa.

Era malo mintiéndole a esa chica, aunque su vestimenta fuera gótica y rebelde, al igual su comportamiento, tenía esos grandes ojos tan inocentes a los que jamás podría mentirles.

--Uhu—sorbí un trago de mi ponche y miré hacia otro lado tratando de disimular.

Ella rio por lo bajo

--Lamento que no te la estés pasando bien—Nerviosa rasco su nuca-- vamos a comer con algunos amigos para huir de esto.

Señalo a nuestro entorno con su vaso rojo.

--Tampoco te gusta ¿eh? —Arquee la ceja vacilante

--Para nada, quería una fiesta y se convirtió en una casa rebosante de hormonas.

Ambos reímos, me di el lujo de seguir mirando el azul electrificante de sus ojos por un momento más, creo que no borre la sonrisa de mi rostro, porque la hice desviar la mirada, ¡IDIOTA! la incomode.

--Ven, hay alguien a quien te quiero mostrar—Ella por fin hablo antes de hacer más incómoda nuestra situación.

Nos dirigimos a una esquina donde se encontraba una chica, castaña, piel morena, y grandes ojos color avellana. Me gusto su vestido, rosa con pequeños girasoles adornándolo, no era muy corto, como el de las otras chicas, lo suficiente como para poder admirar cómodamente sus botas negras de charol.

--Tienes buen gusto—Dije sin pensar cuando llegamos a ella

Me dedico una sonrisa amable

--Gracias

¿Hablo de – de tus botas, me- me gustaron mucho—¿por qué me puse nervioso?

--A mí me gusta tu chaqueta—Dijo confiada mientras me guiñaba el ojo

La forma en la que lo dijo fue tal, que hizo que sonriera de lado y me ruborizara, esa acción fue estúpidamente incomoda.

--Por cierto, soy Lidia.

--Yo... Aidan.

DEJA DE TRABARTE TANTO

Solo sonrió, y creo que oí una pequeña risa, se mordió el labio inferior, haciendo que yo repitiera su hecho... ¿Por qué?

--Bueno, ella es la chica a la que te quería presentar. No es de por aquí, viene de México.—Explico Mad.

--Oh, guau, México, sin duda mi país favorito—Con entusiasmo lo recalqué.

--El mío igual, lo extraño mucho—vacilo con un gesto de tristeza—Y más su gastronomía

--Hablando de... vamos a comer a un lugar mejor, que la niña tiene hambre—Dijo Madeleine mientras nos jalaba a Lidia y a mi hacia la salida.

Les hizo señas a los chicos que integraban su banda, uno de ellos, el baterista, ese tonto que se creyó muy gracioso cuando me empujo al lodo y manche mi ropa nueva, excusándose de que era mi "amigo" y solo jugaba. Ese rubio maloliente, abrazo a Lidia de los hombros, y la acerco, demasiado, a decir verdad, a su cuerpo sudoroso, ella rápidamente deshizo el abrazo, y le dio la espalda.

--Y bien, Aidan —Dijo mientras me examinaba de pies a cabeza, fue tierno porque ella es más bajita que yo y tuvo que inclinar su cabeza hacia atrás para poderme ver bien.

--¿Qué edad tienes?

--Diez y siete, ¿y tú?

--Quince, acabo de cumplirlos.

--¿En serio? ¿Cuándo?

--El veintinueve de Mayo ¿y tú?

-- ¡Yo también! —Dije vacilante

-- ¿En serio? —Dijo emocionada

--No—Le dije cortante

Empezamos a reír al unísono, me dejo ver sus dientes color leche, era bastante lindo verla.

--Ya, en serio—Dijo cuándo pudo calmar la risa.

-- Diez y ocho de septiembre.

--¿Tienes hermanos? —Cambio de tema.

Era curioso como hablaba de una manera atrabancada pero no era molesta, ni mucho menos irrespetuosa.

Me quede pensando un momento, era obvio que no tenía, pero el simple hecho de que preguntara me hizo pensar... ¿Por qué no tenía? Era lo que desde que tengo memoria me he preguntado, causa un poco de tristeza saber que tengo que esforzarme más de lo que pienso, nadie tiene que sobresalir aparte de mí. Me hace sentir solo.

--No, soy único—Dije al fin.

Creo que presintió algo de tristeza en mi respuesta, porque hizo una mueca.

--¿Único y diferente? —Vacilo

--Te falto "especial".

Espero les gusto estos primeros capítulos, espero subir cada jueves. si quieren continuación, no se olviden de comentar y votar. chaoo

pd. comenten ahhhh

The Light Behind Your Eyes//Aidan GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora