21.- "Visita Espontánea"

912 114 50
                                    

Anthony Walker

—¿Cómo que no están?— pregunté en queja.

Es lo que dije— dijo mi hermano en la otra línea, la voz inocente del pequeño Sam de quince años, pasó a ser más clara y un poco menos aguda —Ayden está en el restaurante, y Frank solo está en la empresa, ni siquiera sé por qué te sorprende, es lo único que hacen.

—¿Y que no deberías estar ahora en clase?— agregué al adolescente que pasó ahora a sus diecisiete años.

Estoy a meses de salir de preparatoria, no pasa nada si falto a una clase innecesaria— recalcó —¿Estás ocupado hoy? Necesito que alguien me lleve a una agencia de autos.

No me digas que ya tienes el dinero— puse el altavoz, dejando el celular sobre el escritorio —si apenas te dieron el permiso de conducir.

Lo tengo, pero no compraré el mejor auto del año, quiero uno pequeño, prefiero mil veces mis patines. Por lo tanto, exijo que me lleves.

Al parecer mi hermano pequeño ya no era tan pequeño.

Me rendí al final. —Voy por ti a las cinco, no quiero peros ni retrasos.

Es lo menos que puedes hacer por mi, lo merezco por ser el mejor hermano del mundo— finalizó con ego, y colgó rápidamente.

Volví a centrarme en papeles de contratos sobre el escritorio, jamás sabré por qué los otros tres decidieron darme sus propios contratos para que yo los guardara.

Tenía una teoría, quizá era porque yo no dejaba que entraran tantas personas a mi dormitorio, los únicos que tenían acceso eran Tristán y Chadler, y solo los dejaba tocar mi cama o mi guitarra, nada más.

Fuera de eso, me di cuenta que en verdad pasó mucho tiempo desde que lo había notado.
Sam Walker dejó de ser el chico que estaba en su primer año de preparatoria, y ahora se encontraba a algunos meses de salir de ella para entrar a la universidad.

Hace seis meses, que fue la última vez que lo ví, dejó de llegar su cabeza a mi pecho, y poco a poco se acercaba a mis hombros, estaba cambiando tanto física como mentalmente.

No en el mejor de los sentidos, si antes mi hermano era alguien reservado en sus sentimientos y emociones, ahora lo era más.

Luego de descubrir que hace dos años su novia le dejó una gran herida en el corazón, me explicaba que esa podía ser una de las muchas razones por las que el pequeño Sammy se abstenía a expresarse demasiado.

Ni modo.

Mis planes de visitarlos volvían a cancelarse. No era novedad.

Aún así, no tenía nada qué hacer hoy, jamás tengo deseos de entrar a clases que no tienen nada qué ver con mi carrera, y hoy justamente mi horario estaba lleno de ese tipo de clases, no pensaba entrar.

Pensé arduamente, ¿A qué otras personas hace mucho tiempo que jamás las veo?
Podría ir a visitar a alguien de imprevisto.
Desconocía el por qué, pero quería ver a alguien de mi familia.

Frank y Ayden estaban ocupados.
La última vez que ví a Daniel y Bruno fue en la graduación de su hijo, en la cual arruinaron una escultura de hielo junto con mi primo.

Así como todos los días, salía de la universidad a cualquier parte que pudiera querer ir, el hecho de que estábamos teniendo bastante buena racha en el tema de la música, nos daba la oportunidad de conocer cada vez mejores lugares para pasar un buen rato, además de que nos pagaban muy bien.

Pequeño Artista [Walker #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora