~ Narras tú~
*1 semana después*
- ¡No puedo creer que nos graduamos en 15 días!- dijo Jane.
- ¡Lo sé! Finalmente serémos libres.- exclamó Lucy.
Estaba con mis amigas hoy, insistían en que fuera con ellas, de verdad que eran insistentes estas chicas, no se irían si no decía que sí. Así que aquí estaba, las tres hablaban de lo mismo, hasta que recordé que yo también estaba y me hicieron hablar también. Fernanda conducía el auto de sus padres.
- Bueno, Nathan dijo quenos invitaba a una fiesta este viernes.- dijo Fernanda. Sentí todas sus miradas en mí.
¿Por qué no mejor alguna de ellas se hace novia de Nathan y así por fín puede ser feliz? Bueno, despues de todo no es mi novio.
- ¿_____?- me llamó Lucy, volté hacia la ventana.
- ¿Hmm?- respondí.
- ¿Quieres ir a la fiesta con nosotras?- preguntó Jane.
- ¿Irán todas?- pregunté.
- ¡Claro que sí! Será de nuestras últimas fiestas juntas antes de graduarnos.- dijo Fernanda. Oh cierto, la graduación.
- Mmmmh, no creo.- contesté, comenzaron a quejarse y a decir todas sus tonterías.
- ¡Oh vamos ____!
- Pareciera como si nos evitaras.- agregó Fer. Diablos...
- ¡Por favor _____! Nathan estará ahí, a el le encantaría que fueras.- dijo Lucy.
- Pero yo no quiero nada con él.- exclamé. Todas se callaron.
- Eso dices ahora.- dijo Jane.
Pff ¡Nunca! Volteé a lo lejos en silencio, se habían calmado por un momento, llegamos al centro comercial y nos bajamos del auto, Lucy me tomó del brazo y me jaló.
- No correré Lucy.- le advertí.
- Oh sí, sí lo harás.
Entramos al centro comercial, Fernada y Jane se pusieron a lado de nosotras y entramos al primer piso. Talvez esto sería divertido.
~ Narra Jason ~
- De nuevo.- me ordenó.
Comenzé a hacer lagartjas de nuevo, hacía todo tipo de ejercicios, en las mañanas me ejercitaba y en la tarde era puro papeleo.
- ¡McCann! Haz 10.- me ordenaron. Las hize. - Otras 20.- de nuevo, las hize. -¡Otras 40!.- y de nuevo, las hize.
Aquel hombre era muy agresivo y estricto, era el líder, se apellidaba Mendez o algo así.
- Descánsa 10 minutos McCann.- exclamó Mendez.
Me acerqué a las bancas, me senté. Todos me miraban incómodos, sí, lo sabía, aún no encajaba. Pero no era para tanto pareciera como si no quisieran que les contagiara algo.
Tomé agua y descanze un poco, los maestros de aquí pensaban en darme algún extra. ¿Que mierda era eso? Todo lo que sabía era que tenía que aguantar.
Después de una hora, me dirigí hacia las duchas, caminaba hacia mi ducha privada en la esquina cuando de repente un chico latino se interpuso en mi camino.
- Disculpa.- le dije. Traté de esquivarlo pero se puso enmedio de nuevo, cerré mis ojos y los abrí con fuerza.
- ¿Qué dijiste niño bonito?
- Díje que te movieras.- exclamé.
Soltó una risa y me dejó pasar. Los prisioneros nisiquiera eran tan engreídos, talvez por que yo pertenecía ahí con ellos. Sacudí mi cabeza mientras me dirigía de nuevo a la ducha y cerraba la puerta.
Era genial tener una ducha privada donde nadie te mira, me quité la ropa y me duché. Puse el uniforme en la esquina, era una camisa azul marino con un pantalon negro, bueno, por lo menos era mejor que el uniforme de prisión.
Tomé una larga ducha y me vestí, tomaría un descanso en mi habitación, unas dos horas no me vendrían nada mal. De repente... me detuve, escuché algo dentro. No sería facil vivir aquí supongo. Tomé un respiro, bueno, aquí voy.
Abrí la puerta y me atacó un chico caucásico, perdí mi equilibro y ambos caímos al suelo, movi mi cabeza equivándolo y él golpeó el suelo, entonces lo golpeé justo en la cara. Ouch...