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Hijo de puta fueron las palabras que pensó el pálido chico mientras se preguntaba si de verdad creía que se iba a ir así de fácil.

- bueno sí, deberías sentirte halagado de que alguien como yo sé haya fijado en ti a pesar de que en este lugar haya muchos rostros bellos- respondió. -deberías sentirte halagado porque alguien como yo desee follar contigo.- finalizó para tomarlo del mentón mirándolo fijamente. -el baño está arriba, segunda puerta a la derecha te acompaño?- añadió sonriendo ladino.

-¿Debería sentirme? ¿Tengo suerte? - respondió el contrario riendo.- si esas palabras vinieran de aquel de camiseta guinda de seda con ajustados pantalones, habría dicho que esta noche hice algo buenísimo para tenerlo justo donde tú estás,pero, supongo que hoy no es mi día de suerte...-añadió e hizo una cara de lástima para después tomar la mano de Hendery. -te consederé tu deseo... ya que... lo deseas tanto que puedo sentirlo ¿donde hay un lugar especial para ambos?-

- puedes sentirlo o lo deseas tanto como yo?- le preguntó mirándolo directo a los ojos ladeando un poco su cabeza.

-Puedo sentirlo, mis deseos son mis secretos, soy alguien bondadoso y viendo tu necesidad, he de complacerte, pobre alma- le respondió para después echarse a reir. 
Hendery rodó los ojos y se dio la vuelta llevándolo arriba, segunda puerta a la derecha justo como le había dicho.
Al entrar en este lugar no se trataba de un baño, era un pequeño apartamento/Loft que tenía dentro del mismo club.
Le cedió el paso para después entrar y cerrar la puerta con seguro para evitar interrupciones.
Lo volteó a ver, se acercó a el  acariciando su cuello.

- Sabes... casi siempre yo soy el activo, pero hoy tengo ganas de que me azoten.- mordió su labio.

Las palabras salieron de su boca sin filtros y cuando se dio cuenta de lo que dijo ya era muy tarde.

Hace mucho que no se encontraba en este estado y no podía soportarlo más, el problema que se encontraba dentro de su pantalón palpitaba y le dolía como el infierno.

- Pues ahora que lo mencionas... no pareces de la clase activo...- mencionó Hero acercándose lo suficiente a el para juntarle a la pared. -Pareces una exquisita víctima, dispuesta a hacer todo para no hacer enojar a su mayor... te pondrás a mis pies Hendery- dijo su nombre lento y diciendo cada palabra con caricias desesperantes sobre su entrepierna. -Ya había visto este tipo de casos, quítate la ropa...- dijo en un susurro provocativo encima de su boca con pequeños toques labios. -quitatela para mí.-

- ¿estás seguro de que soy una víctima...?-. Hendery maldecía internamente ya que tenerlo así de cerca no le ayudaba a controlarse.
Hero acariciaba su entrepierna de tal manera que no podía con ello, era tan hipnotizante, sus caricias eran magnetizantes en pocas palabras, se estaba volviendo loco.

El le obedeció agarrando delicadamente el cuello de su camisa y empezó a desabotonar está dejando a la vista sus pálidas y marcadas clavículas.
- este tipo de situaciones se empiezan con un beso ¿no crees?- relamió sus labios viendo con deseo los del cazador.

-Te besaré, una ves que obtenga lo que acabo de ordenarte- dijo arrimando su cuerpo hacia el. Frotando un poco más su entrepierna entre bruscas tomadas con su mano. Estrujaba su miembro y bolas juntas, tallaba debajo de la tela. A lo que Hendery respondió haciendo una mueca y soltando un jadeo involuntario.

Hendery de verdad estaba perdiendo la cabeza, la forma en la que lo tocaba le hacia perder la poca cordura que tenía.
Terminó de desabrochar su camisa tirando está a un lado dejando la parte de arriba de su cuerpo totalmente desnudo. Su cuerpo estaba ardiendo.
- por favor...- dijo suplicando y jadeando ligeramente a lo que el sonrió ante la súplica, Hero estaba disfrutando verle así, se le notaba en la cara.

Así que tomó su cuerpo y lo arrojó a la cama mirando  como aquello entre sus piernas se volvía complicado al paso de los minutos.

Se puso en medio de sus piernas para agacharse y besar sus labios a los que no tardó en tomar como suyos en un intenso y candente beso, metiendo la lengua en su boca y estimulando su entrepierna en su mano, aquella droga que Hendery tenía dentro, sabía que estaría interesante; él era suave y fogoso, un manjar, pero estaba frío lo que le hacía pensar algunas cosas pero... Hendery estaba frotando su rodilla con su pequeña erección y los sonidos que hacía de él con su boca y los jadeos e intensionales gemidos hacían que nuestro cazador olvidara de lo que tenía que acordarse.

Sadistica Serendipia [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora