Sadistica Serendipia [EDITANDO]

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Nuestro pequeño chico dejó de serlo para volverse ahora un apuesto joven de 20 años, pasaron tres años.

Y su nombre Hendery Rockefeller es uno de los más conocidos en Oxford, su hogar. Se volvió un Rey de las apuestas y del engaño además de ser el dueño de uno de los clubes con mayor demanda; su vida después de tanto tiempo ahora se encontraba dentro de lo que cabe estable, pero por su mente nunca pasó que aquel chico enigmático que robó su mirada cuando cruzó por esa puerta entraría como una estaca a su corazón.

aquel chico tiene por nombre Hero Osborne.

-En el mundo hay cosas buenas y cosas malas, cosas especiales y cosas dañinas, el mundo está podrido...-

Eso le dijo su padre la última vez que lo vio, antes de que Hero siguiera con el negocio de la familia.

- Joven Osborne, está demasiado encorvado, cuando apunte debe de sujetar bien la ballesta, un desvío de su brazo y habrá fallado-

Constante entrenamiento, constante sufrimiento, los castigos que lideran la disciplina de este chico costaron cada gota de ardiente sudor sobre sus heridas. Rasguños, fracturas, moretones y ni un solo descanso, más que los domingos pero se encontraba tan cansado y tan adolorido que el domingo entero la pasaba en cama descansando.

Todo un entrenamiento, preparándose para ser el siguiente líder del gremio de cazadores de vampiros más elogiados de toda la ciudad cosa que actualmente es.

Lastimosamente su padre fue tomado en una emboscada de esos seres, seres de colmillos afilados y elegantes vestimentas pero monstruoso ser, seres inmortales con piel muerta, piel fría como cadáver, seres hermosos pero en algunos casos, realmente horribles.

Su honor, lealtad y pacto a su legado esta sellado por la sangre de todos ancestros de la familia Osborne,por eso, ha prometido eliminar a todo vampiro que moleste la ciudad de Oxford e incluso si no lo hace.

-Todo vampiro debe ser... exterminado.- es su lema

Esa noche nuestro cazador llevaba loción en el cuerpo, un traje elegante y cabello bien recogido, entró a un famoso club que atraía a mucha gente, era su primera vez ahí así que no le apetecía hacer mucho más que observar, pero un curioso siempre es blanco perfecto para cualquier atentado, lo que no sabía era que esa noche su vida daría un giro de 360 grados, al final entró al club, se acercó pidiendo un trago a la barra de bebidas.

Hendery, el dueño del club estaba bajando las escaleras saludando a sus conocidos que se hallaban pasando un buen rato, cuando vio al cazador. Aunque claro, el no sabía que lo era.

Es perfecto; se dijo para sus adentros, la colonia de el contrario se podía percibir a mil kilómetros y eso lo estaba volviendo loco.

Se acercó a la barra de bebidas posicionándose a su lado.

-tráeme dos mojitos- le dijo al bartender que estaba cubriendo sus horas laborales. -rápido y bien preparados, sabes de lo que hablo.-

-por supuesto señor, enseguida- le respondió el empleado, después solamente y se fue de ahí dejándole solo con el.

bien preparado es la clave, pues sabe perfectamente que lo que el dueño quiere es que uno de los vasos contenga éter en los hielos, sustancia la cual si se consume puede causar somnolencia, mareo, vómitos, respiración irregular, aumento de la salivación y excitación.

Se relamió sus labios y miró al chico

-no eres de por aquí verdad? -

Mientras tanto Hero de reojo había observado la comunicación entre el mesero y el e internamente se preguntaba si el chico era el jefe del negocio, lo supuso por la manera tan gélida y demandante en la que el chico se había dirigido al bartender. - Adivinó, tiene muy buen ojo- le respondió apartando su copa, se acomodó en su asiento para dirigir la atención a Hendery el cual tenía una vanidad reflejada en los ojos sus almendrados y brillantes ojos.

al notar la acción del cazador Hendery se dio cuenta de algo, era más atractivo de frente que de perfil.

-lo sé- sonrió - ¿Eres nuevo por la zona o solo vienes de paso?-

Enseguida se acercó el mesero con los dos vasos acercando uno a cada uno.

- solo vengo de paso como todo el tiempo, ¿y tú? ¿Eres nuevo o ya tienes un nombre reconocido del lugar? - le preguntó y en eso un compañero del contrario se acerco a el para saludarle tocando su hombro regalándole una sonrisa, de igual manera, fue ahí donde nuestro astuto Hero cambió los vasos, era un tanto paranoico pero más valía prevenir que lamentar. Hendery después de intercambiar sonrisas y unas cuantas palabras con su colega volvió a dirigir la mirada hacia el chico que iba a estar en su cama esa noche.

- Soy el dueño del bar así que si, soy muy conocido por la zona-

Hendery Jugaba con su vaso haciendo movimientos circulares cortos para después verlo a los ojos y con un ademán ofreciéndome un pequeño trago, al verlo Hero solo sonrío relamiendo sus labios para después tomar un sorbo de la bebida y sentir el licor en su boca.

-¿Puedo saber su nombre?- preguntó mirando con desdén al vampiro.