Mantener la vida de un organismo refiere un equilibrio biológico y físicoquímico, al romperse ese equilibrio, se produce la muerte, así el cuerpo inerte comienza a sufrir acciones de dichos órdenes (físicos, químicos, microbianos) que se manifiestan en los llamados signos o fenómenos cadavéricos.
La siguiente clasificación corresponde a la división de estos fenómenos:
Fenómenos cadavéricos tempranos. Son los primeros que se manifiestan en un cuerpo sin vida.
Algor mortis. Al morir un organismo, la producción de calor en éste se detiene y su temperatura baja hasta equilibrarse con la del medio ambiente en el que se encuentra, esto tarda aproximadamente entre 15 y 20 horas en promedio. Las partes expuestas son las primeras en presentar el enfriamiento y los órganos internos son los últimos en sufrirlo.
Está determinado que dentro de las primeras la pérdida del calor es de entre 0.8 a 1º C. por cada hora transcurrida y a partir de las primeras 12 horas cumplidas la razón cambia a entre 0.3 y 0. 5º C. por cada hora.
Existen factores que aceleran el enfriamiento como lo son la desnudez, la intemperie, el frío del medio en que se encuentra el cadáver, la hemorragia previa, la agonía, la caquexia, la inmadurez orgánica en el caso de los niños o el deterioro en el caso de los ancianos.
Por otro lado, la buena salud de la persona fallecida, las enfermedades febriles, el estar abrigado el cadáver o que se encuentre en un lugar caluroso, puede retardar la aparición de este fenómeno.
Debe tenerse en cuenta dentro de la investigación que, en los casos de insolación, meningitis, tétanos, estricnina, tifoidea o cólera, el cuerpo no se enfría, sino que se calienta; y todo ello debe ser documentado para obtener la correcta data de muerte.
Por lo general, un cadáver promedio tiene una temperatura equilibrada con la del medio ambiente cuando han pasado ya 24 horas del deceso.
Deshidratación cadavérica. Se debe a la evaporación del agua en el cuerpo, principalmente se manifiesta en los ojos:
Los ojos pierden su turgencia rápidamente, por lo que la cornea se vela y luce opaca, a este fenómeno se le conoce como el signo de Stenon Lois. Por otro lado, debido al plisado de las capas celulares del globo ocular se produce una transparencia en la esclerótica, por lo que aparece el llamado signo de Sommer.
En los ojos abiertos, estos signos aparecen a los 45 minutos de haber acaecido la muerte y en los ojos cerrados no aparecen hasta después de las primeras 24 horas.
Por otra parte, la desecación de los labios, el glande y la vulva, son otros signos de deshidratación cadavérica, así como el apergaminamiento de los tejidos expuestos al medio ambiente. Esto sucede cuando la epidermis ha sido desprendida o bien por la desecación de la dermis después de la muerte.
La deshidratación de los tejidos explica la pérdida de peso de los cadáveres, en promedio de entre 10 a 18 gramos por día.
Livor Mortis. Es como se denomina a las manchas rojo-violáceas que aparecen en la superficie de la piel debido a la acumulación de sangre en las partes declives. Se llaman hipostasias viscerales cuando están constituidas en los órganos internos.
Las livideces cadavéricas pueden observarse a partir de las primeras 3 horas de muerte y obedecen a cambios de posición en las primeras doce horas, es decir que, como la sangre sigue líquida dentro del cuerpo en ese periodo de tiempo, puede trasladarse a las nuevas partes declives que genera el cambio de posición o ubicación del cadáver.
Después de 24 horas ya no se forman nuevas livideces, y las ya formadas respetan las zonas de presión. La fijación de las livideces se da por la coagulación de la sangre que las forma.
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Breviario de Medicina Forense
Non-FictionEste es un breviario con algunos de los temas más relevantes acerca de la medicina forense, tales como la clasificación de lesiones según el Código Penal Federal, los signos cadavéricos, generalidades del procedimiento de una necropsia, así como la...