Capítulo 3

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—Estuvo bien —comentó Emma haciendo alusión al Día de la Madre.

Estábamos en la cafetería comiendo juntas como siempre. El Día de la Madre ya había pasado y debido a que nosotras lo organizamos, todo salió a la perfección. Mi madre no llegó, en realidad no le gustaban esas cosas; pensaba que eran una pérdida de tiempo.

A veces me sorprendía lo diferentes que éramos. A mí me gustaba la atención y hacerme notar; ella no tenía amigas, puesto que Anne no cuenta como una porque es su hermana. Yo me divertía mucho y me encantaba salir; el semblante de mi madre siempre era muy triste, muy serio, muy... desolado.

—Hablando de todo un poco —comenté, obteniendo la atención de ambas—. El viernes hay una fiesta.

Lo que se traducía como oportunidad.

Avery se mordía las uñas frenéticamente. A veces no entendía muy bien su preocupación. Si, acepto que todo era arriesgado con respecto a lo que significaba llevar a cabo la movida, pero ella no era de las que se acobardaba.

«Aunque en su defensa, nunca había intentado infiltrarse a la base de datos de una estación policial»

Todo lo que hacíamos y todo lo que haríamos en adelante tenía un propósito. Se podría considerar ridículo, pero todas estas variables, por pequeñas que fueran, contaban. Nada era seguro y por lo tanto no estábamos dispuestas a equivocarnos.

—Recuerda que lo necesitamos —le recordé a Avery en un intento de que el ambiente se hiciera más ligero.

Ella se encargaría de esa parte en específico.

—Le doy una semana —bufó con superioridad.

Entorné los ojos y torcí el gesto. Dudaba mucho que se diera en esa cantidad de tiempo, igual yo tenía un plan "B" pero quería comprobar hasta dónde era capaz de llegar en caso de no lograrlo.

—No creo —Negué con la cabeza—. ¿Cuánto apostamos?

—¿Cuánto quieres perder? —Me miró con diversión.

—Cien.

—Hecho —Extendió su mano.

—Hecho —La estreché con la suya.

Emma solo presenció todo con gesto reprobatorio. Ya era costumbre entre nosotras apostar cosas cada vez que se daba la ocasión; algunas veces yo ganaba, en otras ella. Éramos así.

Recogimos y botamos la basura, cada quien se fue a su salón para recibir clases y lo recordé. Hoy me tocaba Literatura con...

Estaba decidida, dejaría de pensar tanto en el chico y me concentraría. Dejé de lado mi búsqueda absurda y enfrasqué toda mi atención en la investigación de las desapariciones. Agradecí haber llegado temprano esta vez por lo que me senté en la primera mesa. No pensaba volver a sentarme con él, en mi vida había estado tan incómoda... Excepto aquella vez en la que fuimos a una fiesta y terminamos tan borrachas que Emma vomitó en el coche de uno de los chicos que nos trajo a casa.

—Psss —le susurré a la chica del Comité. Si, la que me había arruinado todo la semana pasada.

Ella estaba con la cabeza agachada mientras sostenía un libro entre sus manos. Con su mirada buscó la fuente del sonido hasta que dio conmigo. Le hice un gesto con la mano para que se acercara y tomara asiento al lado mío.

—¡Hola! —Se acercó y depositó un beso en mi mejilla.

—Hola... —Esperé a que ella lo completara por mí.

—Sara.

«Así que ella era Sara»

—Cuéntame —Le sonreí amablemente antes de seguir hablando—, ¿qué estás leyendo? ¿De qué trata?

EL JUEGO: INICIANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora