CAPÍTULO 8

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Francisco dice que está listo para trabajar como cualquiera, como camarero, lavando platos, etc., porque es solo por un par de semanas. Hablaré con Don Carlos - promete Rosario. No sé si hay alguien como tú en el mundo, pero estoy seguro de que simplemente no hay una persona más amable y generosa  A la salida del centro comercial, Pacho y Rosario vuelven a pasar por las ventanas están mirando una una grabadora. Recuerde, esta grabadora será suya, lo prometo. - Sí, y afuera hay una limusina esperándonos - responde Rosario.

En el autobús, Rosario se para junto a un hombre que comienza a mirarla (para ser más precisos, su mirada se fija debajo de su espalda  Francisco, con expresión feroz en el rostro, se interpone entre ellos y bloquea al intruso consigo mismo.

En el autobús, Rosario se para junto a un hombre que comienza a mirarla (para ser más precisos, su mirada se fija debajo de su espalda  Francisco, con expresión feroz en el rostro, se interpone entre ellos y bloquea al intruso consigo mismo

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Los padres de Emiliano parecen haber caído en un estado de perplejidad para siempre (y se pueden entender). Doña Gabriela (la madre de Emiliano) está preocupada - con quién se comunica su hijo, cuáles son los 2 hombres y mujeres, por qué necesita tantos aparatos domesticos  muchas preguntas y ni una sola explicación inteligible. Don Roberto comienza a tener dudas sobre la inocencia de su hijo, pero doña Gabriela es inquebrantable, conoce a su Emiliano y nada puede cambiar su opinión sobre él. ¿Lo sabemos o creemos que lo sabíamos? Pregunta Don Roberto. Pero la madre, ella es la madre, no tiene dudas. Cristina entra corriendo a la oficina con el correo electrónico de su hermano. Se puede ver que es un gran alivio para la familia saber que todo está bien con él, los tres tienen lágrimas en los ojos. Cristina está perpleja por lo que dice su hermano sobre los ángeles y doña Gabriela dice que seguro que su hijo tiene alguien que lo ayuda.

 Cristina está perpleja por lo que dice su hermano sobre los ángeles y doña Gabriela dice que seguro que su hijo tiene alguien que lo ayuda

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En el bar, Pacho y Rosario le preguntan a Sigi y Fer si pueden ayudar a Francisco con el trabajo, tal vez tengan mecánicos familiares. Sigi promete averiguarlo, aunque no tiene conexiones especiales. Coloso tiene muchos conocidos, mecánicos (lo cual es lógico, ya que trabaja como taxista durante el día), apunta Fer. Manuel no moverá un dedo para ayudar a Francisco, Rosario está segura. Todos están tratando de averiguar cuánto dinero necesita Francisco para este par de semanas. Trabajar en este país no es un derecho, sino un milagro - transmite Fer proletario - y eres un inmigrante ilegal sin documentos, para vivir necesitas recibir al menos un salario mínimo, pero en tu puesto no es nada fácil encontrar un trabajo, y mucho menos uno bueno. Rosario nuevamente lo invita a cantar. ¿Tu cantas? - Fer y Sigi se sorprenden. Ni siquiera te imaginas cuál es su voz - alaba Rosario. Canto solo con amigos y después de unas cuantas botellas y prefiero pedir ayuda a Coloso que subir al escenario. Al enterarse de que Don Carlos está allí, Rosario va a hablar con él sobre el trabajo para su mexicano.

LA HIJA DEL MARIACHIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora