열섵

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— ¿Mi familia no te molestó cuando me fui? — preguntó de la nada HyeBin al pelinegro quien yacía abrazándola desde atrás. Ambos se encontraban en el balcón observando la luna llena que se encontraba hermosa esa noche.

— Tu padre me dijo unas cuántas cosas a las que nunca le presté atención. Él no se entendía ni así mismo, por lo que no podría entendernos.

— ¿Le dijiste algo?

— Claro que no, decidí simplemente no gastar saliva en vano y, a pesar de las ganas que tenía de ponerlo en su lugar, nunca cedí ante la ira.

HyeBin observó al pelinegro quien yacia mirando la cuidad nocturna con un brillo especial en los ojos. Su pálida piel era bañada por la luz de la luna y sus cabellos se movian suavemente gracias al viento que les acaricio el rostro.

— Eres único JungKook. — le dijo HyeBin sonriendo. El mayor la observó esperando a que dijera algo más por lo que la castaña continuo. — Me alegra que hayas llegado a mi vida porque tu eres el único motivo por el cual yo aún respiro. — HyeBin dejó de ver a JungKook para seguir apreciando la hermosa vista de Seúl. — Si nunca te hubiese conocido, yo ya hubiese escapado de esta vida. Cuando me dispuse a terminar con todo, llegaste tu a interrumpir mis planes de morir, llegaste como un ángel guardian y me mostraste lo bella que es la vida. Es preciosa hasta el mas mínimo detalle, ¿Y sabes por qué? — preguntó mirando nuevamente al mayor. — Porque te conocí y ahora estás conmigo. Lo nuestro fue efímero, pero a pesar de que nos separamos por tres años, siento que toda esa espera valió la pena e hizo nuestro vinculo más fuerte... O eso siento yo.

JungKook se quedó atónito ante las palabras de la menor y por un momento tuvo ganas de llorar. Esas palabras parecían ser simples, pero escondían mucho dolor y lágrimas. Él entendió todo perfectamente y lo único que logró hacer, fue juntar sus labios con la fémina.

Lo que no salió de sus labios, lo demostraría con el contacto de ellos.

La menor se aferro fuertemente al abrigo del pelinegro, disfrutando sus suaves y adictivos labios, embriagandose en ese dulce licor.
Ladeaban sus cabezas en busca de más contacto, era un beso profundo pero suave al mismo tiempo. En ese momento no habían prisas ni nadie que les pudiera molestar por lo que se tomaron el tiempo en probarse el uno al otro, besándose con ganas y con timidez al mismo tiempo.

Finalmente se separaron con la respiración agitada. HyeBin escondía un suave color rosa adornando sus pómulos y a JungKook le parecio lo más tierno del mundo. Aquella mirada que le estaba dando era una mirada expresando todo su amor, junto a la inocencia derramada mezclándose con una pizca de perversidad. Oh Dios, esa mujer era tan perfecta.

— HyeBin, te amo. No se que me hiciste, pero me hechizaste, desde el primer momento en que cruzamos miradas lo supe, supe que caería rendido a tus pies. — tras eso, beso la punta de la nariz de la castaña a lo que está rió.

— Hagamos el amor.

Grande fue su sorpresa cuando salieron esas palabras de la boca de HyeBin. Claro, estaba seguro de que rostro lo demostraba por completo.

— ¿Q–Qué? — preguntó el masculino. Ahora él fue el que se sintió avergonzado. ¡Esa mujer le estaba pidiendo que hicieran el amor! Si bien no era virgen, podía contar con los dedos de una mano las veces que había estado con una chica, claramente habían sido dos veces y había sido hace varios años. Se sentía virgen nuevamente.

«Diablos, soy virgen de nuevo.»

— Lo siento... — la mas baja desvio la mirada para terminar bajando la cabeza. Sus orejas se habían calentado a causa de la vergüenza y estab segura que toda su cara tambien estaba roja. — No debí decir...

ʜᴡᴀ-ʀᴀɴɢ [Jjk] || Taekwondo BOOK 2|| PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora