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La castaña se tiró en la cama de su nuevo apartamento ni bien llegó. Estaba cansada, el viaje había sido muy cansador.
Tuvo suerte en haber invertido el dinero que su padre le había mandado en su estadía en LA, pues este, le mandaba dinero para que HyeBin viviera en un departamento 5 estrellas, un departamento de lujo.
En vez de alquilar un lugar tan caro habiendo otros departamentos mejores y no tan caros, rentó uno normal como una persona sencilla, pues así era HyeBin, sencilla.
El dinero que le sobraba, lo depositaba en el banco y así, en esos tres años había podido ahorrar bastante - no una cantidad exuberante - pero sin duda en esos momentos le era de gran ayuda.

HyeBin cerró los ojos y se puso a pensar en su padre, no le había dicho que regresaría, pues desde que la había obligado a marcharse y separarse de las personas que más quería, su relación había cambiado por completo. El señor Lee la había visitado en varias ocasiones pero con la familia completa, esta última de mala gana, pues no querían estar en una "pocilga" como llamaban al departamento de la castaña.

- Tengo dos días de descanso... - observó el techo de madera y sonrió. - Pero ya quiero verte de nuevo JungKook.

Al pensar en el pelinegro, la joven chilló y pataleó, ya no aguantaba más, tenía inmensas ganas de verlo.


Su estómago rugió y dejó su celular un momento, mirando el techo de su departamento.

- Tengo mucha hambre. - tocó la zona en donde su estómago se encontraba. - Pero no he comprado nada... - un suspiro salió de sus labios.

Se levantó rápidamente y trató de mantenerse animada. Después de varios años, visitar las calles por donde ella solía caminar no sonaba mal.


Se llevó el dedo índice a sus labios mientras pensaba que en qué decidirse. Finalmente había salido de su departamento para poder pasear un poco después de tanto tiempo.

- Ya está, llevaré mi Banana Milk y... Unos snacks. - la castaña quiso alcanzar las papas fritas que estaban en lo alto de un estante, pero no llegaba. No había crecido tantos centímetros en esos años que estuvo ausente, de medir 1,53 terminó quedándose en el metro 58. - ¡Oh, vamos! No me puedes hacer esto. - comenzó a dar pequeños saltitos, sin embargo sus dedos llegaban a rozar el paquete.

- Déjame ayudarte. - dijo una voz a su lado pasándole las papas fritas.

HyeBin se quedó observando a la persona unos instantes y el hizo lo mismo segundos después.
Las papas fritas se le cayeron a la castaña por lo que se agachó rápidamente para tomar lo que se le había caído, el también hizo lo mismo y terminaron por chocar sus frentes.

- Auch... - se quejó HyeBin y rió segundos después junto con JungKook.

Ambos se levantaron y se miraron sonrientes.

- JungKook, no esperé verte por estos lares. - dijo HyeBin con una sonrisa en sus labios.

El pelinegro sonrió.

- Había vuelto a Busan, pero tuve que volver por motivos del torneo.

- Estarás ahí, ¿Verdad? - preguntó la joven queriendo abrazar al pelinegro, pero no quería hacerlo, se sentía un poco rara.

- ¡Claro, ni loco me pierdo tu pelea! - el pelinegro agarró varias cosas de los estantes. - Haz crecido mucho Hye, claro, en altura no, pero me refiero al Taekwondo.

- ¡Oye, no te burles de mi estatura! - le golpeó suavemente el brazo del pelinegro.

- Estás por ser punta negra, estoy orgulloso de ti y...

- ¡JungKook-ah! - una voz femenina se escuchó.
HyeBin se tensó cuando esta se colgó del brazo del pelinegro.
- Te he estado esperando y decidí venir porque no traías las cosas que... - la atención de la pelinegra recayó en HyeBin y le sonrió. - ¿Y ella es?

- ¡Oh, soy HyeBin, un gusto! - la joven hizo una pequeña reverencia nerviosa. - Bien, yo me debo ir, nos vemos.

- ¡HyeBin! - JungKook intentó acercarse a la menor pero esta se movió del lugar.

- ¡Adios! - se alejó rápidamente. Comenzó a pestañear al sentir que estaba por llorar.

¿JungKook estaba en una relación? De tan solo pensar en eso, el mundo de la castaña se hacía trizas.

¿Cómo él pudo olvidarla así de fácil? Ella después de tanto tiempo aún seguía amándolo... Tal vez los sentimientos de él fueron efímeros.
Claro, después de todo ella aún en ese tiempo era una niña y JungKook ya era un hombre adulto, ¿Por qué justamente se fijaría en ella? ¿Y por qué la esperaría?

«Me siento patética.»

Las ganas que tenia de todo se esfumaron, dándole paso a un nudo en el estómago y un dolor punzante en el corazón, sentía un peso en ella.

«Vamos, no me puede pasar esto.»

¿Por qué debía ser tan sensible? Ella odiaba eso.
Rayos, ya no quería cruzarse a JungKook, al menos hasta que ella se diese un pequeño tiempo para reflexionar un poquito... ¡Diablos! Ese era uno de los peores problemas que tenia HyeBin cuando algo le pasaba, ¡Pensaba mucho para nada! Se hacia la cabeza una y otra vez, pensando qué hacia bien, qué hacia mal, sacando conjeturas al azar por tener la mente nublada.

¿Y si era un simple error suyo? ¿¡Y si había reaccionado así por nada!?

Sea lo que fuese, ya estaba hecha la odisea y no podía regresar el tiempo hacía atrás.

- ¿Por qué debo ser tan impulsiva? - dijo caminando hasta la caja para pagar por su banana milk y sus papas fritas. Genial, por culpa de su estupidez sólo había comprado esas dos cositas. - Moriré de inanición.

Se acercó hasta el cajero en donde dejó las cosas, pagó y salió rápido del súper. No quería ver a JungKook.

Bieeeeeeen, corto pero con mucho amor? Literal le puse mi sangre, sudor y lágrimas! No salia nada de mi cabeza y bueno... Se me corto la inspiración justo ahora ._.
Mejor que nada (? Algo es algo :u

PROMETO QUE EL SIGUIENTE CAPITULO SERÁ MÁS LARGO, DESPUÉS DE TODO SE LOS DEBO.

Quedé así :vAhora me voy a matar mi cerebro viendo qué sale en Contrato Infernal

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Quedé así :v
Ahora me voy a matar mi cerebro viendo qué sale en Contrato Infernal.

ʜᴡᴀ-ʀᴀɴɢ [Jjk] || Taekwondo BOOK 2|| PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora