일곱

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— No puedo creer que el torneo sea mañana, estoy muy nerviosa. — dijo HyeBin tirando su bolso de Taekwondo en el sillón mientras se quitaba el cinturón y la chaqueta del Dobok quejándose en una playera blanca holgada.

JungKook se sentó en el sillón viendo a la menor desaparecer en su habitación.

— ¡Recomiendo que mañana comas un chicle antes del torneo, eso evita que los nervios sean más fuertes! — grito desde la sala el pelinegro. Al no oír respuestas de la menor, supo que había entrado al baño, motivo por el cual sacó su celular para jugar al Call of Duty y entretenerse un rato. Sabía que HyeBin tardaba en asearse.

Por otro lado, HyeBin ya se encontraba en la ducha eliminando cada residuo del entrenamiento, totalmente machacada.
Apoyó su frente en los azulejos del baño y se quedó pensando.
A pesar de los años, aún seguía siendo una chica insegura de sí misma, tal vez no tanto como antes, pero en el fondo seguía esa HyeBin rota en busca del amor de su familia.

— Tengo a JungKook y a mis amigos, no estoy sola. — negó mientras eliminaba el agua de su rostro para poder ver y empezar con su ritual de limpieza.

HyeBin salió del baño con su pijama puesta y una toalla envuelta en su largo cabello. Eran al rededor de las 7 de la noche, casi 8, por lo que debería preparar la cena, la joven moría de hambre y sueño.
Tenía suerte de que el torneo se realizaría pasando el mediodía por lo su podría descansar y prepararse tranquilamente.

La castaña quito la toalla de su cabeza dejándola en el baño y salió de su habitación para ver a JungKook encontrándolo dormido.

Su hermosa carita se encontraba en calma, parecía un bebé durmiendo después de haber jugado todo el día.

HyeBin se acercó hasta donde se encontraba y se arrodilló en el suelo alfombrado, contemplando la belleza de ese hombre tan hermoso y perfecto.

«¿Qué hice para merecerte en mi vida? A veces pienso que eres mucho para mí.»

JungKook abrió los ojos lentamente dejando liberar un bostezo.

— ¿Qué haces mirándome tanto? — preguntó dándose la vuelta para tener mejor vista de la castaña. JungKook había reposado sus brazo en su cabeza para estar mas cómodo mientras la otra yacía en el borde del sillón.

Los rostros de ambos estaban frente a frente, mirándose a los ojos y pasando tantos pensamientos y emociones en cada uno.

— ¿No puedo mirarte? — preguntó HyeBin queriendo hacerse la valiente aunque por dentro estaba que moría, ¿Por qué JungKook siempre estaba un paso más adelante que ella?

— Nunca dije eso. — el pelinegro se levantó para estirarse y otro bostezo salió de él. — ¡Ah! Que cansado estoy.

— ¿Trabajaste mucho hoy?

— Si, pero no fue nada. — se encogió de hombros viendo a la menor que aún se mantenía arrodillada. Le ofreció su mano para ayudarle a levantar a lo que ella aceptó con una sonrisa. — Más bien estoy aburrido. ¿Tienes Netflix?

La castaña asintió.

— Sí. Pon lo que quieras y yo prepararé palomitas, ¿Te parece?

— ¿Y si lo hacemos juntos? No quiero que tengas que hacer todo tú.

HyeBin negó rápidamente ante lo dicho por el mayor.

— No, no, no me molesta JungKook.  Quédate aquí que vuelvo en unos minutos. — se apresuró en decir la fémina saliendo de la sala para preparar las cosas.

ʜᴡᴀ-ʀᴀɴɢ [Jjk] || Taekwondo BOOK 2|| PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora